
Sin duda, el cometa interestelar 3I/ATLAS, recién llegado a nuestro Sistema Solar, se ha convertido en todo un misterio cósmico y ha generado rumores y preguntas sobre si podría haberse desintegrado, ya que desde su identificación ha presentado patrones de comportamiento poco usuales de un cometa. Incluso se planteó la teoría de que era una nave alienígena, cosa que hasta el momento sólo pareciera ser parte de una trama de ciencia ficción.
A pesar de que en redes sociales corrió el rumor de una supuesta desintegración, la evidencia sugiere que no se ha desintegrado por completo. Y es que esta hipótesis surgió a partir de que otro objeto celeste llamado K1/Atlas, situado en la constelación de la Ursa Major, sí sufrió una desintegración. De ahí la confusión.
¿Qué es exactamente el K1/Atlas?
El K1/Atlas se refiere al cometa C/2025 K1 (ATLAS), un cuerpo celeste descubierto en 2025 que ha llamado la atención de los astrónomos por su posible visibilidad y su desintegración reciente. Este cometa, proveniente del exterior de nuestro sistema solar, está actualmente en la constelación de la Ursa Major.
Este objeto celeste fue descubierto en mayo de 2025 por el sistema de búsqueda de asteroides ATLAS. Se originó en la Nube de Oort, y se espera que realice un paso cercano al Sol, alcanzando su perihelio en octubre de 2025.
Sus características son muy peculiares, pues su trayectoria es hiperbólica (no está ligado gravitacionalmente al Sol), y su velocidad es extremadamente alta, lo que reafirma su origen fuera del Sistema Solar.
La complejidad de su coma (la nube de gas y polvo) y su composición “extraña” han alimentado teorías, pero hasta ahora no hay noticias de que el cometa se haya fragmentado en pedazos irrecuperables.
¿Qué se sabe hasta el momento del 3I/ATLAS?
Por otro lado, una de las actualizaciones más recientes en torno al 3I/ATLAS procede del James Webb Space Telescope (JWST) el cual reveló que espectros infrarrojos revelaron que la coma de 3I/ATLAS es excepcionalmente rica en dióxido de carbono (CO₂) en comparación con el agua, con una relación CO₂/H₂O muy alta en términos cometarios. También se detectaron CO, OCS, agua en fases de gas y hielo, y polvo.

Esa firma química sugiere que el cometa pudo formarse en un entorno con una concentración distinta de hielos o que su historia térmica fue distinta a la de los cometas nativos del Sistema Solar.
3I/ATLAS ha mostrado jets activos, cambios de brillo y una cola iónica en expansión (fenómenos habituales en cometas, pero llamativos por su intensidad en este objeto). Esa actividad intensa y variaciones rápidas de brillo pueden dar la impresión de fragmentación en imágenes de baja resolución o en observaciones esporádicas. Por lo tanto, es falso el rumor que plantea una supuesta desintegración.