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El cometa interestelar 3I/ATLAS desafía a la ciencia: cambió su anti-cola, su cola creció miles de km y su química genera debate, ¿Qué significa esto para la comunidad científica?

Cometa 3I/ATLAS cambia de “anti-cola” a cola convencional: Esto es lo que sabemos

Primeras fotos del cometa 3I/ATLAS luego de atravesar la superficie solar
Primeras fotos del cometa 3I/ATLAS luego de atravesar la superficie solar Foto: James Webb/NASA

El cometa 3I/ATLAS ha desatado expectación, asombro y debate en la comunidad científica mundial. Descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema de vigilancia de asteroides ATLAS, en Río Hurtado, Chile, este objeto interestelar tiene una órbita hiperbólica, lo que confirma que proviene de fuera del sistema solar.

Pero 3I/ATLAS no pasa desapercibido por su origen: lo que realmente ha encendido alarmas y fascinación, son sus comportamientos poco comunes, distintos a los de cualquier cometa observado hasta ahora. Uno de los ejemplos que más ha llamado la atención es el siguiente.

De “anti-cola” hacia el Sol a cola convencional

En sus primeras observaciones, 3I/ATLAS mostró una anti-cola, es decir, una estela de material apuntando hacia el Sol, un fenómeno altamente inusual para cometas, que normalmente desarrollan colas orientadas en sentido contrario al astro rey, empujadas por el viento solar. Esa anti-cola llamó la atención de astrónomos de todo el mundo.

Pero la sorpresa fue aún más allá, dado que en noviembre de 2025, imágenes divulgadas por la comunidad científica revelaron que la anti-cola desapareció. En su lugar emergió una cola tradicional que se apreciaba larga y luminosa, que, según estimaciones de los científicos, supera los 56 mil kilómetros.

Las causas, de acuerdo con los postulados de los especialistas, sucedió debido a una pérdida de masa del 13% al pasar por su perihelio y una aceleración que no concuerda con los modelos tradicionales de desgasificación cometaria.

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Cambios químicos, de color y polarización inéditos

Aunado la anti-cola, 3I/ATLAS ha mostrado señales químicas extrañas. Y es que, análisis preliminares detectaron dióxido de carbono, agua, trazas de cianuro e incluso una aleación de níquel que no se había visto en cuerpos celestes con procesos naturales similares. Hecho que se suma a un cambio de color hacia tonos azulados (posiblemente por monóxido de carbono ionizado) y una polarización de la luz reflejada muy por encima de lo habitual para cometas, lo que sugiere una composición y comportamiento óptico fuera de lo común.

Por si fuera poco, al ser un cuerpo hiperbólico, 3I/ATLAS no está ligado gravitacionalmente al Sol. Su perihelio (o el punto de máxima cercanía al Sol) lo alcanzó entre el 29 y 30 de octubre de 2025. Según la NASA, su velocidad llegó a casi 153 mil millas por hora (246 000 km/h) en su paso más cercano al astro.

Pese a esto, los científicos han descartado que represente un riesgo para la Tierra, ya que su aproximación máxima proyectada será de 1.8 unidades astronómicas (es decir, unos 270 millones de kilómetros), así que no hay posibilidad de impacto, no de algún incidente parecido.

A pesar de estos extraños comportamiento, la NASA insiste en que las evidencias actuales respaldan que 3I/ATLAS es un cometa natural, aunque excepcional, por lo que se tendría que replantear una nueva categoría para este extraño objeto.

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