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Casi 440 mil millones de pesos costarían a México las complicaciones cardiacas hasta 2028

>Cada dos minutos muere una persona en este país por un problema cardiaco. Suman 230 mil decesos anuales. No hay recursos económicos, personal ni infraestructura suficiente para atender a todos los que sufran males del corazón.>

La Dra. Ana María Polo, jueza del programa de televisión "Caso Cerrado", durante una entrevista.
Alexandra Arias, Jefa del Departamento de Urgencias en el Instituto Nacional de Cardiología dice que un infarto debe considerarse un fracaso. Alexandra Arias, Jefa del Departamento de Urgencias en el Instituto Nacional de Cardiología dice que un infarto debe considerarse un fracaso. (Antimio Cruz)

Si no hay un cambio en la tendencia actual de casos de enfermedades del corazón en México, entre los años 2019 y 2028 el gasto médico que se desembolsará para atención a Enfermedades Cardiovasculares (ECV) y Diabetes ascenderá a 439 mil millones de pesos, sólo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). A esa cantidad deben sumarse otros 174 mil millones de pesos de gasto por prestaciones para personas que sobrevivieron, con alguna incapacidad, a enfermedades del corazón.

Las anteriores cifras forman parte del estudio prospectivo “Estimación del impacto económico por complicaciones cardiovasculares y de diabetes mellitus 2019-2028”, publicado en 2022 en la Revista Médica del IMSS, y que fue uno de los estudios citados por cardiólogos, endocrinólogos e internistas en el encuentro de 300 líderes nacionales que se reunieron en la Riviera Maya para conocer la nueva molécula de RNA pequeño de interferencia, Inclisirán, que reduce hasta 52 por ciento el colesterol LDL en sangre, con dos inyecciones al año.

Las enfermedades del corazón son un problema importante de salud pública en México donde cada dos minutos muere una persona por un problema cardiaco, hasta sumar los 230 mil decesos anuales. Pero además del sufrimiento humano que causan estas muertes, muchas veces sorpresivas y prematuras, los médicos reunidos este fin de semana señalaron que en el país no hay recursos económicos, ni personal ni infraestructura suficiente para atender a todas las personas que sufran males del corazón si se mantiene la actual tendencia que es más reactiva que preventiva.

En diferentes entrevistas para los lectores de Crónica, especialistas del IMSS, del Centro Médico ABC, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, de la Universidad de Guanajuato y del laboratorio farmacéutico suizo Novartis indicaron que la ruta que se tiene que seguir es comenzar a prevenir las enfermedades cardiacas desde los 20 años y, para ello, hay que enfocar la atención en reducir los niveles en sangre de colesterol LDL o colesterol de baja densidad, pues la población mexicana tiende a restar importancia a la presencia de niveles altos de colesterol, hasta que se ven sorprendidos por un infarto o un accidente cerebrovascular.

CAMBIAR PARADIGMA

Uno de los países que tiene más alta mortalidad por enfermedades del corazón es México. Muchas de esas muertes se presentan de manera sorpresiva en personas que ya habían desarrollado factores de riesgo en su cuerpo, como tener obesidad, colesterol LDL elevado, hipertensión arterial o diabetes.

El doctor Fernando Lavalle, es Internista y Endocrinólogo, además de profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Él explicó a Crónica que el trabajo temprano para detectar niveles altos de colesterol en sangre es necesario porque en la actualidad ya hay muchas personas que desde los 20 años de edad ya tienen dislipidemias; es decir colesterol elevado.

“Si hablamos de la tasa de dislipidemia y de las dislipidemias mixtas. En la población de individuos que tienen entre 20 y 30 años la tasa es de alrededor de 25 por ciento; entre los mayores de 40 años la tasa de dislipidemias es de 35 por ciento, y arriba de los 50 años de edad, las personas con problemas de colesterol LDL elevado ya son casi 5 de cada diez personas. Los estudios demuestran que hay medicamentos que pueden reducir las tasas de colesterol, pero las metas que tenemos que impulsar son lograr que los mexicanos tengan 70 miligramos de colesterol LDL por decilitro en sangre (mg/dL), si no han tenido un infarto; pero si ya tuvieron un infarto deben tener menos de 50 mg/dL".

Según datos presentados en el mismo encuentro académico, en México millones de adultos tienen niveles de colesterol  LDL en sangre por encima de 145 mg/dL y sólo uno de cada diez que está en este caso lo sabe.

La doctora Alexandra Arias es Cardióloga clínica con alta especialidad en urgencias y cuidados coronarios; labora en el Centro Médico ABC y tiene un amplio conocimiento sobre los efectos desastrosos que causan los infartos porque es la jefa del Departamento de Urgencias y Unidad Coronaria del Instituto Nacional de Cardiología. En conversación con este diario dice que se tiene que pensar con mucho más seriedad y atención la vigilancia del colesterol LDL en sangre, pues así se podrían evitar muchos infartos.

“Cuando hay un infarto ya debe considerarse como un fracaso para el sistema de salud porque muchos pacientes infartados mueren y para salvar a los que llegan a los hospitales hay que movilizar muchos recursos. Por esto pienso que la acción y las políticas públicas deben reforzarse en una etapa anterior que la de atención al infarto. Como cardióloga me parece fascinante la atención al infarto, pero no hay recursos suficientes para atender a todos. Yo pienso que en México hemos sido demasiado permisivos con los niveles altos de colesterol LDL. Una persona que tiene más de 100 miligramos de colesterol LDL por decilitro de sangre (mg/dL) empieza a producir enfermedad ateroesclerótica y placa de colesterol en el interior de las arterias que pueden desembocar en un infarto sorpresivo, aunque en el presente sean personas sanas. Desde los 25 años de edad se debería pedir a las personas que midan sus niveles de colesterol LDL y lo ideal sería que los mantengan por debajo de 50 mg/dL”, dice la especialista que trabaja en los sistemas público y privado.

El doctor Adolfo Chávez, Cardiólogo especialista en Insuficiencia cardiaca, del Hospital de Cardiología en el Centro Médico Siglo XXI, del IMSS, señala que además del sufrimiento humano que provocan los infartos, también es grande la carga económica y social que generan las discapacidades con las que quedan los pacientes infartados que lograron sobrevivir.

“El objetivo inicial en toda estrategia de salud pública es prevenir accidentes y reducir los factores de riesgo de enfermedades. En el caso de las enfermedades del corazón, idealmente, una de nuestras metas es evitar que un paciente llegue a un infarto por tener niveles elevados de colesterol LDL. Esto requiere una estrategia mucho más amplia y mucho más temprana que la que estamos usando ahora porque entre más tarde llega un paciente al médico la atención es más cara. Cuando hay un infarto, muchos pacientes no logran sobrevivir y aquellos que sí sobreviven quedan con complicaciones graves, como la insuficiencia cardiaca que les impide trabajar o realizar muchas actividades físicas. Además, la persona que tiene insuficiencia cardiaca, aunque reciba el mejor tratamiento, el resto de su vida será una persona considerada como de alto riesgo para volver a sufrir un infarto. Esto requiere que impulsemos un cambio cultural para que las personas estén más atentas a sus niveles de colesterol; vigilando su dieta, pero también entendiendo que hay muchos casos donde la dieta no será suficiente y deberán tomar medicamentos que reducen la formación de colesterol, como las estatinas, o moléculas nuevas, como el Inclisirán, que ayudan al hígado a tener más receptores que capturen el colesterol presente en sangre y lo eliminen”, explicó Adolfo Chávez.

INVESTIGACIÓN

En Guanajuato estudiarán

salud poblacional del colesterol

Durante el encuentro académico de 300 médicos mexicanos líderes en cardiología, endocrinología y medicina interna, el doctor Daniel Pérez Cervantes, quien encabeza la Red Médica Universitaria de la Universidad de Guanajuato, informó que esa casa de estudios puso en marcha una estrategia de Salud poblacional con sus 13 mil afiliados, con la cual se generarán datos que actualmente no existen en otros sistemas de salud pública en el país para poder conocer los perfiles de colesterol de todas las personas que atienden; este esfuerzo incluirá el desarrollo y uso de una calculadora de riesgos, un banco de datos con seguimiento a los pacientes y, en aquellos pacientes identificados como de alto riesgo, la aplicación de las dos inyecciones anuales de Inclisirán para aumentar los receptores de colesterol en la superficie del hígado y eliminar más colesterol LDL de la sangre.

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