Mil 400 millones de personas en todo el mundo padecen problemas de sobrepeso y 500 millones tienen obesidad. Estas dos condiciones médicas pueden generar hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, daños al riñón, hígado y accidentes cerebrovasculares. En el caso de quienes tienen obesidad, al menos 66 por ciento ya tienen una, dos o tres de las complicaciones señaladas.

Lo anterior se informó ayer en la jornada de apertura del Congreso Europeo de Obesidad (ECO por sus siglas en inglés), que reúne a 3 mil médicos y científicos expertos en el tema. El Congreso es organizado por la Asociación Europea para Estudios de la Obesidad (ESAO) y la Federación Internacional de Cirugía para Obesidad, con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los asistentes no sólo son europeos sino de diferentes continentes.

Este año es el primer encuentro presencial de ECO desde el inicio de la pandemia de COVID19. Entre otros temas de interés central se espera la publicación del estudio más importante realizado hasta ahora sobre la percepción de la obesidad en adolescentes y cómo influye en la atención temprana a esta enfermedad multifactorial.

“La obesidad aumenta el riesgo de muchas enfermedades no transmisibles, incluyendo cánceres, enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2 y enfermedades respiratorias crónicas. Por ejemplo, la obesidad se considera una causa de al menos 13 tipos diferentes de cáncer, y es probable que sea directamente responsable de al menos 200 mil nuevos casos de cáncer al año, sólo en Europa. Esta cifra aumentará más en los próximos años”, explicó el miércoles el doctor Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, al leer el mensaje de la OMS para los científicos que participan en el Congreso.

“El sobrepeso y la obesidad también son el principal factor de riesgo para discapacidad, que ocasiona que haya personas que vivan con enfermedades incapacitantes el 7 por ciento del total de sus años vividos. Además, las personas con sobrepeso y las que viven con obesidad se han visto afectadas de manera desproporcionada por las consecuencias de la pandemia de COVID-19”, señaló el mensaje oficial de apertura de la OMS.

A nivel mundial, la obesidad está relacionada con cambios desfavorables en la preparación de alimentos y patrones de consumo, así como reducción generalizada en la actividad física, que se marcó mucho más durante la pandemia.

“El efecto de la pandemia de COVID-19 en áreas de la salud, como la obesidad, se podrá medir con más precisión en los próximos años, y necesitará un esfuerzo significativo para revertirla”, indica la OMS

ESTIGMAS SON UNA CARGA

La mayoría de quienes sufren problemas de exceso de peso no busca ayuda médica por barreras culturales o prejuicios. 63 por ciento de los pacientes desean bajar de peso pero les cuesta hablar del tema.

En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a la obesidad como enfermedad afectada por estigmas sociales, debido a que muchas personas asocian el sobrepeso con descuidados, negligencia o irresponsabilidad con su propio cuerpo. Ante esos estigmas, la OMS y los especialistas en obesidad generan y difunden datos donde se explican factores de riesgo genéticos, sociales, económicos, psicológicos y metabólicos.

El indicador que se usa para saber si una persona tiene sobrepeso u obesidad es el Índice de Masa Corporal (IMC).

Para obtener su IMC cada persona debe saber su estatura y multiplicarla por sí misma (por ejemplo: 1.70 por 1.70). Después debe medir su peso entre el número que resultó al multiplicar su estatura por sí misma. Una persona tiene sobrepeso si su IMC es mayor a 25 y sufre de obesidad si es superior a 30.