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Adoptar el Ecodesarrollo ayudaría a encarar la actual crisis civilizatoria: Enrique Leff

Estamos dentro de ese marco anquilosado de producir satisfactores que necesita la humanidad, añade el investigador emérito de la UNAM

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Enrique Leff dice que, aunque a veces no es escuchado, no se siente derrotado gracias a una naturaleza de pensamiento crítico irrenunciable.

Enrique Leff dice que, aunque a veces no es escuchado, no se siente derrotado gracias a una naturaleza de pensamiento crítico irrenunciable.

Redes Enrique Leff

La humanidad experimenta una crisis civilizatoria que amenaza con destruir las condiciones necesarias para que exista la vida misma en este planeta. La raíz del problema parece estar en la filosofía: en una manera de entender el mundo que lleva a los humanos a perseguir el dominio de la naturaleza; la construcción de un saber objetivo y absoluto; el crecimiento económico sin límites y la negación de que sí existen pulsiones subjetivas en cada persona que le arrastran hacia lo que el filósofo alemán Friedrich Nietzche llamó “la voluntad de poder y de dominio”.

Así reflexiona, en voz alta, para los lectores de Crónica, Enrique Leff Zimmerman, pionero mexicano en el estudio y construcción del concepto de Ecodesarrollo, desde los años 70s, quien fue nombrado investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 8 de diciembre.

Hombre de cosmovisión amplia y ecléctica, Enrique Leff se graduó como Ingeniero Químico de la UNAM; doctor en Economía del Desarrollo por la Universidad de la Sorbona, en París, y doctor en Filosofía por la UNAM, donde labora desde hace más de cuatro décadas, en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).

Nacido en la Ciudad de México, en 1946, este humanista fue líder estudiantil de la Facultad de Química durante el movimiento de 1968 y en 1975 publicó un artículo llamado “Hacia un proyecto de Ecodesarrollo”, que abrió la reflexión crítica sobre la necesidad de repensar los modelos de desarrollo económico, considerando sus vínculos con el medio ambiente.

“Lo más importante del nombramiento como investigador emérito de la UNAM no es que se reconozca a mi persona, sino que abre la posibilidad de que se revisen las ideas y propuestas por las que he venido luchando toda la vida. Después de casi 50 años de publicadas, esas ideas que son fundamentales para cambiar la lógica económica todavía no son entendidas totalmente o no se les han prestado oídos suficientes; no se ha generado una escuela de economía ecológica. Simplemente seguimos metidos dentro de esa coraza que es un marco ya muy anquilosado de producir para generar los satisfactores que necesita la humanidad”, comparte el universitario en la conversación con este periódico.

“Aclaro que se necesitan más personas que lleguen a trabajar sobre estas ideas porque no son la verdad última; se necesitan más académicos y estudiantes que se enganchen en esta búsqueda si están interesados en la preservación de la vida en el planeta”, agrega.

PENSAMIENTO CRÍTICO

Escritor prolífico, Leff Zimmerman ha escrito 25 libros y más de 180 artículos sobre sociología ambiental, filosofía, economía y política. Su recorrido profesional no sólo ha transcurrido dentro de la UNAM: entre 1986 y 2008 trabajó como coordinador de la Red de Capacitación Ambiental para América Latina y el Caribe, y también fue coordinador de la oficina de la Ciudad de México del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Su familia y amigos cercanos saben que también es un consumado cantante de ópera, que incluso obtuvo una Maestría en Voz de la Manhattan School of Music. Habla y trabaja en cuatro idiomas: español, inglés, francés y portugués.

“La crisis ambiental es algo mucho más complejo que un desequilibrio ecológico pues implica cómo la humanidad llegó a desprenderse del conocimiento de las condiciones necesarias para la vida”, indica el ex alumno del economista polaco Ignacy Sachs, padre del concepto de Ecodesarrollo.

En su línea de reflexión Enrique Leff argumenta la necesidad de que la academia mire hacia otros modos de saber; los saberes colectivos.

“Los pueblos tradicionales, en toda su modestia y en toda su fortaleza de resistencia a la colonización, han generado saberes que son más armónicos con la vida. No estoy diciendo con esto que son saberes que reflejan las condiciones termodinámicas y ecológicas de la evolución y de la sustentabilidad de la vida; pero son mucho más sintónicos con los equilibrios de la naturaleza. Debemos abrir el oído, desde la sociología, la antropología, las ciencias sociales y las humanidades para tratar de comprender otras constelaciones de saberes y generar un diálogo que potencie la fecundidad del encuentro entre los mejores conocimientos; ese es el desafío más urgente de este planeta y de este mundo en este momento histórico”, subrayó.

CRÍTICOS CON LA RACIONALIDAD

Enrique Leff dice que un ejercicio necesario para generar el diálogo de saberes es ser críticos con lo que llama la falacia del iluminismo de la razón: “Es ser críticos de esa racionalidad que ha buscado controlar al mundo, racionalizando al mundo y que le ha explotado, le ha desbordado. Se busca poder controlar los procesos de la vida a través de un conocimiento científico, objetivo, matematizable. Esa es la arrogancia de la ciencia misma. La actual crisis civilizatoria, marcada por la crisis ambiental, no sólo proviene de condiciones ecológicas o termodinámicas; también debemos reconocer nuestras propias pulsiones inconscientes de poder y de dominio. Eso que está enclavado en ese casi Dictum deico del ser humano, que tiene casi el mandato de dominar a la naturaleza y erigirse como ser supremo de la naturaleza y pretender construir un saber absoluto”.