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Más café, menos Alzheimer

El consumo moderado reduce el riesgo de pasar a un deterioro cognitivo, señala estudio

neurociencias

András Arató, también conocido como “pain Harold”, bebiendo su café.

András Arató, también conocido como “pain Harold”, bebiendo su café.

Un estudio a largo plazo ha revelado que beber mayores cantidades de café puede reducir la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, según publican los investigadores en la revista Frontiers of Ageing Neuroscience.

En el marco del Estudio Australiano de Imágenes, Biomarcadores y Estilo de Vida sobre el Envejecimiento, investigadores de la Universidad Edith Cowan (ECU) estudiaron si el consumo de café afectaba a la tasa de deterioro cognitivo de más de 200 australianos durante una década.

La investigadora principal, la doctora Samantha Gardener, destaca que los resultados mostraron una asociación entre el café y varios marcadores importantes relacionados con la enfermedad de Alzheimer. "Descubrimos que los participantes sin problemas de memoria y con un mayor consumo de café al inicio del estudio tenían un menor riesgo de pasar a un deterioro cognitivo leve -que suele preceder a la enfermedad de Alzheimer- o de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en el transcurso del estudio", explica.

Así, beber más café dio resultados positivos en relación con ciertos dominios de la función cognitiva, concretamente la función ejecutiva, que incluye la planificación, el autocontrol y la atención. Y un mayor consumo de café también parecía estar relacionado con la ralentización de la acumulación de la proteína amiloide en el cerebro, un factor clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

La doctora Gardener afirma que, aunque es necesario seguir investigando, el estudio es alentador, ya que indica que beber café podría ser una forma sencilla de ayudar a retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer. "Es algo sencillo que la gente puede cambiar –comenta–. Podría ser especialmente útil para las personas que corren el riesgo de sufrir un deterioro cognitivo pero que no han desarrollado ningún síntoma. Podríamos desarrollar algunas pautas claras que la gente pueda seguir en la mediana edad y, con suerte, podría tener entonces un efecto duradero".