Academia

Carlos Martínez Assad: "En México siempre hay una centralidad política y económica que resulta impresionante”

El investigador emérito de la UNAM es uno de los galardonados con el Premio Crónica 2022, en la categoría de Academia. “Me sorprendió la distinción que me hace el diario Crónica pero entiendo el motivo en la medida en que es uno de los diarios que pone de relieve el trabajo académico, científico y humanístico”

entrevista

“Mis libros de historia han llegado a ser libros de textos en dos estados de la República, lo cual me enorgullece, dice Carlos Martínez Assad.

Carlos Martínez Assad es investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

La descentralización en México no es una realidad y por eso las investigaciones regionales que desde hace 50 años realiza el sociólogo Carlos Martínez Assad (Jalisco, 1946) mantienen una vigencia al grado de convertirse en libros de texto. Este investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha estudiado desde la construcción del Paseo de la Reforma hasta las revoluciones que en 1910 se iniciaron en Tabasco.

Gracias a esa trayectoria académica y por acercar a los mexicanos el cómo nos afectan los acontecimientos políticos de Medio Oriente, en específico, de Líbano, Martínez Assad es uno de los galardonados con el Premio Crónica 2022, en la categoría de Academia.

“Me sorprendió la distinción que me hace el diario Crónica pero entiendo el motivo en la medida en que es uno de los diarios que pone de relieve el trabajo académico, científico y humanístico que se realiza en México; es poco frecuente encontrar un medio de comunicación que le dedique un espacio al desarrollo de la ciencia, de los descubrimientos y de la problemática que enfrenta el país”, indica.

En opinión del también historiador es inusual que la prensa nacional acepte un escrito de más de dos cuartillas sobre un tema específico.

“Agradezco que Crónica nos ha dado un espacio a los que integramos el Consejo Coordinador de Ciencias que está conformado por los Premios Nacionales de Ciencias y Artes y que podemos escribir de forma constante sobre los más diversos temas: la astrofísica, la salud, la sociología, la historia, la ingeniería, la arquitectura… temas tan variados como el conocimiento que se genera en México a través de las universidades y de las instituciones de educación superior”, afirma.

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Martínez Assad es egresado de la licenciatura en Sociología de la UNAM, es doctor en Sociología por la Escuela de altos Estudios en Ciencias Sociales de la Universidad de París, Francia, y sus obras destacan por revisar la historia regional, es el caso del libro “El Laboratorio de la Revolución. El tabasco Garridista”, que se ha editado cinco veces.

¿Por qué es importante mirar las historias locales?

En 50 años dedicados a la UNAM he tenido el apoyo para poder llevar adelante investigaciones que me han hecho ir a la búsqueda de procesos que, aunque están ahí, no son tan visibles para el conjunto de la sociedad.

En esa medida es que prácticamente desde mis inicios en la carrera de sociología me interesó lo que sucedía en las regiones ¿por qué para los diarios nacionales el punto de referencia es lo que acontece en la Ciudad de México? Entiendo que es la sede de los poderes y aunque se habla mucho de la descentralización del país, esto no sucede, siempre hay una centralidad política y económica que resulta impresionante.

Lo que Martínez Assad se propuso fue mirar el país desde diferentes regiones, es decir, no conformarse con la narrativa de la capital.

“Mi primer trabajo es sobre el Valle del Mezquital, viví en esa región alrededor de un año haciendo la investigación de campo para saber cuáles eran los problemas que se enfrentaban en esa parte del país, una región indígena muy deprimida económicamente y que alberga un grupo amplio de la población indígena, en este casi ñhañhu”, comenta.

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Ahí comenzó la idea de la historia de las regiones, añade enumerando algunas de sus investigaciones en Tabasco, San Luis Potosí, Veracruz, Jalisco y Guanajuato.

“Una de las hipótesis importantes que logré desarrollar es que la Revolución Mexicana no fue una sola, sino que fueron varias revoluciones de México porque sucedió de manera diferente según la región, tuvimos regiones más liberales, más radicales, donde lo religioso resultaba muy importante y regiones absolutamente laicas, incluso, antirreligiosas”, expresa.

En ese un mapa de diversidad también aparecen las distintas relaciones de los estados con el centro, con la Ciudad de México.

“Con esa misma intención realicé otros trabajos que me llevaron a acercarme más a qué era la Ciudad de México, cuáles eran sus principales formas de desarrollo, de relación de las personas porque finalmente lo que hacemos los sociólogos, los investigadores, es entender las relaciones sociales que se establecen o se han establecido en la historia”, indica.

A partir de entonces, Martínez Assad comenzó sus reflexiones sobre la centralidad, de cómo la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Chihuahua concentran recursos.

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“Me adelanté como 30 años porque en un libro dije que la Ciudad de México debería de municipalizarse, deberían de establecerse alcaldías en lugar de delegaciones”, comenta.

Sin embargo, reconoce que la legislación actual de la Ciudad de México no fue capaz de ir a lo más profundo. “También era importante que fuesen más alcaldías, que no mantuviéramos la idea de mantener marcaciones territoriales que son más grandes y más pobladas que varios estados de la República, entonces su manejo es muy difícil para quien pueda ejercer las posiciones de poder”.

Una de las obras de Martínez Assad que ya es una consulta obligada se titula “La patria en el Paseo de la Reforma” (2005), donde explica el sentido de esa avenida vinculándola con los hechos históricos.

“De acuerdo con un planteamiento de los liberales del siglo XIX resultaba muy importante que toda la gente pudiera transitar por esa calle, que fuera un transeúnte presenciando la historia que ha tenido la ciudad y el país, y por eso están ahí los héroes del mundo prehispánico, de la guerra de intervención estadounidense, de la guerra de Reforma, de la Independencia”, señala.

Un investigador desearía escribir sus trabajos para que fuesen consultados, añade el académico con un tono de felicidad para agradecer que él sí ha tenido esa fortuna.

“Mis libros de historia han llegado a ser libros de textos en dos estados de la República, lo cual me enorgullece, pero para entender esa riqueza y diversidad de México sería importante que pudiéramos incentivar más las lecturas porque encierran lo que es la historia nacional”, externa.

Martínez Assad se define como un observador constante de la política nacional y le impresiona que el Paseo de la Reforma, con todo lo que contiene, se esté desfigurando.

“Se esté desvaneciendo la idea que había prevalecido como un libro abierto a la historia, como lo habían calificado grandes historiadores como Vicente Riva Palacio, Manuel Payno e intelectuales diversos que consideraron la importancia de ese paseo y que es lo que rescato y trato de darle difusión para que la personas de nuestro tiempo puedan entender de qué se trata, sin embargo, pareciera como que a veces no importa”, afirma.

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En el homenaje participaron Eduardo Matos Moctezuma, Mardonio Carballo, Norma Sánchez Merino, Leopoldo Trejo Barrientos y Patricia Ledesma Bouchan, entre otros.

El investigador de la UNAM lamenta que en años recientes han sido robadas alrededor de 20 esculturas del Paseo de la Reforma.

“Las autoridades no tienen interés en restaurar y hacer que ese patrimonio cultural e histórico de México se preserve. Por ejemplo, el hecho de que la escultura ecuestre de Morelos, que está en el camino a Cuernavaca, haya sido robada… ¡una escultura que pesaba varias toneladas!, ¿cómo se puede robar eso sin que nadie lo pueda reportar, en una carretera donde están pasando miles de vehículos?”, cuestiona.

Medio Oriente, origen de identidad

Es algo extraño que alguien que le ha dedicado tanto trabajo a México también tenga su mirada en lo que sucede en Medio Oriente, en especial, en Líbano.

“Se me fue imponiendo a lo largo del tiempo, en la medida en que me empezaron a interesar las migraciones a México. Por mi propia familia siempre escuché hablar de Medio Oriente, particularmente de Líbano, tuve la inquietud de saber más lo que esto representó para México”, narra Martínez Assad.

El investigador señala que Medio Oriente es la tierra originaria de las tres religiones más importantes del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

“México por su propia filiación histórica está dentro del orbe católico y a veces es muy difícil entender que su religiosidad surgió en Medio Oriente, en esa tierra que volteamos muy poco a ver y que a pesar de ser un territorio pequeño ahí surgieron religiosidades que dieron sentido a varias culturas en el plano mundial”, explica.