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La ciencia del amor

Cuando una persona se enamora, se guía por las feromonas que percibe en el aire

la ciencia en el país

Diagrama del cerebro.

Diagrama del cerebro.

¿Alguna vez has dicho o te han dicho “te amo con todo mi corazón”? Esta es la frase típica entre enamorados, pero pocos saben que nosotros no amamos con el corazón sino con nuestro cerebro.

La comunicación cerebral se lleva a cabo por medio de neuronas que son capaces de conducir estímulos eléctricos. La neurona presináptica libera sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, los cuales se unen a receptores que están en la neurona postsináptica produciendo potenciales de acción.

LOS NEUROTRANSMISORES DEL AMOR

Cuando una persona se enamora, se guía por las feromonas que percibe en el aire. Estas sustancias, junto con las hormonas sexuales –los estrógenos y la testosterona– son las encargadas de estimular el deseo hacia la otra persona.

El pulso se acelera, la presión arterial sube, la irrigación sanguínea se intensifica, la boca se seca, las pupilas se dilatan y nos ponernos nerviosos. Todos estos cambios se originan por la adrenalina que se libera de la hipófisis, provocando que se pierda el sueño, el hambre y que hagamos cosas temerarias y de alto riesgo.

La dopamina, también llamada la droga del amor y la adicción, es la encargada de que sintamos placer cuando nos enamoramos. Interviene en los procesos de adicción a las drogas o al juego, ya que genera una sensación de recompensa y euforia, haciendo que queramos repetir los comportamientos que nos habían hecho sentir tan bien.

La oxitocina es la hormona del apego, se libera en grandes cantidades durante el parto y la lactancia. También se ha visto que se relaciona con la monogamia y el orgasmo. Esta hormona se libera por el contacto físico o la idea de tenerlo, cuando hay fantasías sexuales, eróticas, abrazos, caricias, besos y se relaciona con el fortalecimiento del vínculo.

Las endorfinas son neuropéptidos que se liberan cuando nos sentimos muy felices y que, junto con la dopamina, contribuyen a idealizar el amor, a ver a la persona perfecta y justificar situaciones o actitudes que no toleraríamos estando en un estado de no enamoramiento.

La serotonina es un neurotransmisor que también se relaciona con estados de felicidad.

La doctora Nadia Caram.

La doctora Nadia Caram.

EL SISTEMA DE RECOMPENSA Y EL AMOR

El sistema donde se integra el “amor” y las emociones se llama sistema límbico, el cual es el más primitivo que tenemos. Se encarga de procesar el miedo, la alegría, el enojo, la tristeza, el placer, la recompensa, las adicciones y por supuesto el amor.

Las áreas principales de esta maquinaria del amor son el hipocampo, que se relaciona con la orientación, memoria espacial y el aprendizaje; la amígdala, encargada de la consolidación de la memoria y la toma de decisiones; el tálamo, que ayuda a generar el carácter emocional de una experiencia vivida, y el hipotálamo y la hipófisis que controlan la función de varias glándulas liberadoras de hormonas.

FASES DEL AMOR

Fase 1. El amor romántico. En esta fase prevalecen pasión, euforia, excitación, erotismo y actividad sexual. Esta fase dura alrededor de medio año. Predomina el estrés y la excitación constante. Además, se pueden generar conductas o sexo de alto riesgo y entrar en un estado de obsesión o adicción hacia la persona amada; se pierde el juicio sobre las conductas y actitudes de la persona amada, ya que las áreas relacionadas con la recompensa están totalmente activadas. La persona es la ideal y se generan muchas inseguridades y cambios del estado de ánimo. Neurofisiológicamente se debe a que los niveles de adrenalina, cortisol y dopamina se elevan, mientras que los niveles de testosterona y serotonina disminuyen.

Fase 2: Amor apasionado. Después de seis meses a un año, comienza la fase del “amor apasionado”, en la cual los enamorados se sienten más seguros, calmados y en equilibrio. Los niveles de estrógenos, testosterona, cortisol, noradrenalina, al igual que el de serotonina se encuentran normales. En esta fase, se mantiene la pasión. Hay un aumento en los niveles de dopamina, oxitocina y vasopresina, lo que origina que la intimidad, el compromiso y el apego se consolide. El estrés disminuye y la salud emocional y física aumenta.

Fase 3: Amor de compañía o apego. Después de aproximadamente cuatro años del “amor apasionado” sigue la fase del amor de compañía, caracterizada por una disminución de la pasión, mientras que la intimidad y el compromiso siguen siendo altos. La oxitocina y la vasopresina aumentan considerablemente fortaleciendo el vínculo en la pareja, el ser amado se convierte en un compañero de vida. Se ha observado que 50% de las relaciones terminan durante las fases anteriores, ya que la pasión y la intimidad disminuyen ocasionando la probable infidelidad de alguno de los enamorados. Así que, si se llega a la fase de amor de compañía, la relación se fortalece y la pareja podría compartir el resto de sus vidas.

Fase 4. Ruptura romántica. En esta etapa los niveles de dopamina, serotonina, oxitocina, vasopresina y endorfinas se encuentran disminuidos en las áreas de recompensa del cerebro y en áreas del control de la ira. Por ello, las personas podrían experimentar síntomas clínicos similares a los de abstinencia a las drogas, depresión y ansiedad; sensaciones parecidas al duelo por la muerte de algún ser querido, lo que provoca un factor de riesgo para la depresión clínica y los sentimientos suicidas.

¿Usted, qué fase de enamoramiento está viviendo?

*La Dra. Nadia Lizeth Caram Salas, investigadora por México (Conacyt), trabaja en el Departamento de Innovación Biomédica del CICESE.