La organización ambientalista Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (ENDESU), la compañía de moda sustentable Pimperl y la consultoría en comunicación y gobernanza Zamia, pusieron en marcha un movimiento mexicano de economía circular llamado No hay futuro sin planeta, que incluye acciones como colecta y reciclaje de ropa usada, fabricación de nuevos materiales a partir de textiles reciclados y mitigación de su huella de carbono por medio de acciones para proteger especies silvestres de flora y fauna en pastizales de Zacatecas.

Pimperl es una empresa fundada en 2019 por jóvenes mexicanos que elaboran prendas de vestir con fibras extraídas de bambú, plástico tipo PET y de textiles que han sido desechados. ENDESU es una organización fundada hace 28 años que ha sido una de las principales defensoras del Águila real (Aquila chrysaetos), que aparece en el escudo nacional, y de uno de los roedores que son el principal alimento del águila: el perrito llanero mexicano (Cynomys mexicanus). Zamia es una consultoría especializada en comunicación, educación, gobernanza y financiamiento de proyectos sustentables.

ECONOMÍA CIRCULAR

El nuevo esfuerzo de economía circular tiene varios eslabones que inician con la colecta de ropa usada en contenedores colocados dentro de algunas universidades y espacios públicos de la Ciudad de México. Después se realiza trabajo de selección y procesamiento de la ropa colectada y esos textiles se destinan a la fabricación de nueva materia prima para relleno de colchones, fibras para industria automotriz, aislantes de sonido en construcciones o hilo para fabricar calcetines, entre otros usos.

Simultáneamente a las anteriores acciones, que se realizan en las ciudades, se trabaja en espacios silvestres para mitigar la huella de carbono que generen las acciones de reciclaje de textiles. A través de ENDESU, el movimiento No hay futuro sin planeta canaliza fondos económicos para investigación, conservación y rescate de pastizales en el estado de Zacatecas donde viven colonias de especies amenazadas como el perrito llanero mexicano, el águila real y el tecolote pocero (Athene cunicularia).

En entrevistas con Crónica, el fundador y director de ENDESU, José Warman, y el cofundador y director de PimPerl, Carlos Toledo, explicaron que el proyecto No hay futuro sin planeta es pionero en México por varias características, pero principalmente por reunir dos grandes agendas de cuidado del medio ambiente: la agenda verde, que enfoca sus esfuerzos hacia la conservación de ecosistemas, y la agenda gris, que se especializa en reciclaje y reducción de contaminantes en zonas urbanas.

“Este es un movimiento de reciclaje textil y de conciencia ambiental”, explica Carlos Toledo. “El proyecto nace a raíz de una problemática que nosotros identificamos, en Pimperl, cuando pensamos en crecer dentro de la industria textil, porque tomamos conciencia de la gran cantidad de desperdicio de fibras que se genera en los procesos. Después conocimos y empezamos a trabajar con ENDESU y a Zamia para poder encontrar los procesos y la estructura que ayude a reducir y compensar el desperdicio de materiales”.

Para José Warman, este proyecto puede convertirse en una fuente de aprendizaje para muchas organizaciones ambientalistas y para empresas responsables con el medio ambiente.

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“En ENDESU hemos trabajado con más de 700 comunidades rurales, en casi todo el país, en diferentes ecosistemas. Este proyecto es importante para nosotros porque la mayor parte de nuestros esfuerzos ha sido directamente en los ecosistemas, pero con este movimiento No hay futuro sin planeta, podemos ayudar a trabajar en la llamada Agenda gris, que es donde se actúa para reducir la generación de contaminantes y el gasto excesivo de agua. Esta colaboración ayudará a que Pimperl compense las emisiones de carbono que se desprenden de sus procesos y a nosotros nos aportará recursos para el rescate y recuperación del pastizal norteño. Empezaremos con la recuperación de 40 hectáreas, con recursos que nos aportará directamente Pimperl y eso beneficiará muchas especies, como las que ya mencionamos: águila real, perrito llanero mexicano y tecolote pocero, pero hay muchas más dentro de ese ecosistema”, indicó el ambientalista fundador de ENDESU.

El primer eslabón es el reciclaje textil

La industria de la moda ha sido calificada por la ONU como la segunda más contaminante del mundo, por la gran cantidad de desechos que genera y su alto consumo de energía y agua. Ahora, gracias a nuevos esfuerzos para reciclar fibras textiles se han generado datos sobre la importante reducción en el consumo de agua, energía y herbicidas que ha alcanzado la producción de ropa. “Es muy importante comunicar más a la gente la importancia del reciclaje textil pues todavía no hay mucha conciencia del tamaño del problema y la gente que lo conoce no sabe bien cómo ayudar. Eso es lo que nosotros queremos comunicar”, dice Carlos Toledo.