Academia

Cuidados no remunerados, nudo crítico en desigualdad de mujeres jóvenes en AL

En la región cerca del 80% de estas actividades son realizadas por mujeres jóvenes, lo que impide su acceso a educación trabajo remunerado, dice informe de la UNESCO

8M-Día internacional de la Mujer

Las mujeres emplean entre 15 y 30 horas más en trabajos de cuidado que los hombres, refiere el informe.

Las mujeres emplean entre 15 y 30 horas más en trabajos de cuidado que los hombres, refiere el informe.

Carlos López / EFE

En América Latina, el 77% de las personas jóvenes en el mundo sin trabajo remunerado son mujeres; sólo 6% de las madres adolescentes alcanzan la educación terciaria, frente al 19 % que fueron madres en la primera década de la edad adulta; las mujeres dedican entre 15 y 30 horas más a trabajos de cuidado que los hombres. Estos son algunos de los datos de la región actualizados vertidos en el informe “Danzar en las brumas. Género y juventudes en entornos desiguales en AL y el Caribe”, realizado por la UNESCO, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y El Colegio de México (Colmex).

Durante la presentación del informe, Paola Aguilar, integrante del comité académico y co-autora de éste, refirió que el documento aporta datos actualizados y desagregados de la región sobre las desigualdades que enfrentan las juventudes, principalmente en mujeres, que las convierte en víctimas de la privación de otras libertades sociales, económicas y políticas.

En su participación, Silvia Giorguli, presidenta del Colmex, expuso que la actual generación de mujeres jóvenes en América Latina enfrenta condiciones de trabajo caracterizadas por su precariedad, inseguridad, falta de protección social, por los bajos ingresos en general. “El desempleo de mujeres jóvenes es mayor respecto a cualquier otro sector de la población, hasta el 20%; adicionalmente, la falta de prestaciones es mayor en este grupo, tan sólo en Argentina y México, el 50% no las tiene”.

Las mujeres, agregó, emplean entre 15 y 30 horas más en trabajos de cuidado que los hombres. “El informe evidencia que las desigualdades están relacionadas unas con otras, las cuales pueden perpetuar círculos de pobreza”.

Por su parte, Karina Batthyány, secretaria ejecutiva de Clacso, enfatizó que el tema de cuidados no remunerados es un tema central del informe, puesto que está directamente relacionado con otras desigualdades.

“Este tema es un rasgo estructural de América Latina y el Caribe y está en la base de lo que llamamos la ‘insostenibilidad del modelo de desarrollo’”. La especialista puntualizó que, como otros temas, éste fue agravado por la pandemia. “Identificamos que el tema de los cuidados no remunerados es un nudo crítico de la desigualdad. En la región, las mujeres realizamos más del 80% de este trabajo y tiene consecuencias directas en el ejercicio de los derechos de las mujeres”.

Añadió que cuando las mujeres destinan tanto tiempo a estas tareas, no hay tiempo para otras cosas y se recortan sus derechos en la educación, el trabajo remunerado, así como en los derechos de participación social y política. “Afecta a las jóvenes mujeres particularmente, ya que son quienes deben hacerse cargo de estas tareas en los hogares”.

CONCLUSIONES.

Durante la presentación del informe, realizado el 7 de marzo, Paola Aguilar refirió que los investigadores y especialistas llegaron a cuatro grandes conclusiones.

1. Las desigualdades sociales impiden que las juventudes ejerzan sus derechos de manera plena. “La pandemia recrudeció las barreras geográficas, económicas y culturales, así como el acceso a los servicios de salud, las condiciones de trabajo precario, alta informalidad y la reducción de redes de apoyo, en tanto que aumentó la violencia doméstica”.

Lo anterior, añadió, impactó la capacidad de resiliencia en las jóvenes, en sectores como el desempleo: durante la pandemia significó entre 10 y 20% de la población en este sector.

2. Más y mejor información desagregada por género y edad permitirá construir políticas públicas más efectivas para las juventudes. “Las investigaciones en muchos países son limitadas por no tener información desagregada de estos grupos. Los tomadores de decisiones deben saber dónde intervenir y qué políticas son más efectivas”.

3. La participación activa de las personas jóvenes fortalece la ciudadanía y supera la perspectiva de tutelaje de derechos para las políticas de las juventudes. “La agencia de las jóvenes es fundamental para promover la reivindicación de los derechos y su acceso a ellos para en el objetivo de participar en el desarrollo económico, para encontrar trabajo fuera del hogar e incluso para tomar decisiones en su éste y en su comunidad”.

Añadió que el empoderamiento de las mujeres potencia su papel en las decisiones públicas y reconoce las necesidades en poblaciones sub representadas: indígenas, negras y campesinas, donde no necesitan tutelaje, sino ser actores de su propio proceso.

4. Es indispensable establecer políticas públicas activas que empoderen a las mujeres jóvenes. “En Argentina, Colombia, Brasil y México, la precariedad laboral disminuye entre 30% y 50% en mujeres con mayor nivel educativo. El empoderamiento de las mujeres es vital para afrontar las crisis climáticas y sanitarias, para facilitar transiciones de vida o redistribuir los trabajos de cuidado, ya que la sobrecarga se ha evidenciado en mujeres con niveles socioeconómicos más bajos y en los hogares pobres”.