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Documenta UNAM que Omega 5 nanoemulsificado puede atenuar síntomas motores del Parkinson

Este compuesto se extrae de la semilla de la granada roja. Los resultados generados hasta ahora por los investigadores de la UNAM han sido presentados y sometidos a discusión con evaluaciones favorables en el Congreso Internacional de Neurociencias 2021

investigación

Una de las causas del Parkinson es la muerte neuronal asociada al exceso de estrés oxidativo en las células del cerebro.

Una de las causas del Parkinson es la muerte neuronal asociada al exceso de estrés oxidativo en las células del cerebro.

Parkinson's Foundation

La intensidad de los síntomas motores de la Enfermedad de Parkinson, pueden ser reducidos mediante un tratamiento con el ácido graso Omega 5 nanoemulsificado; que se extrae de la semilla de la granada roja. Además, estudios llevados a cabo en ratas mostraron que al administrarse este compuesto a madres gestantes expuestas a neurotóxicos la gran mayoría de los descendientes desarrolla un efecto protector contra la neurotoxicidad que inducen algunos contaminantes y que conduce, en la vida adulta, al desarrollo de síntomas motores equivalentes a los observados en pacientes con Parkinson.

Así lo documentaron los investigadores mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Margarita Gómez Chavarín y Gabriel Gutiérrez Ospina, quienes han trabajado en esta línea de investigación por más de cuatro años.

Gómez Chavarín, de la Facultad de Medicina, y Gutiérrez Ospina, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, obtuvieron primero resultados favorables en estudios preclínicos con animales de laboratorio, que inspiraron la ejecución de un estudio de investigación clínica con personas voluntarias que han sido diagnosticadas con Parkinson, en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).

Según los datos colectados por sus investigaciones: la administración de Omega 5 nanoemulsificado corrige algunas de las manifestaciones motoras observadas en roedores que desarrollan parkinsonismo experimental. Hasta el momento, los resultados son alentadores pues alrededor del 80 por ciento de los animales alimentados con el compuesto corrigen su motricidad al mejorar su estado oxidativo, por lo que los universitarios han planteado que podría coadyuvar a mejorar la condición de vida de los pacientes que sufren enfermedad de Parkinson.

Escalas nanoscópicas

Los resultados generados hasta ahora por los investigadores de la UNAM han sido presentados y sometidos a discusión con evaluaciones favorables en el Congreso Internacional de Neurociencias 2021, que se realizó en Chicago, Estados Unidos.

En entrevista con Crónica, el Doctor Gutiérrez Ospina explicó la secuencia de procesos que permite la llegada del ácido graso Omega 5 hasta las neuronas, para poder ejercer una función neuroprotectora.

“Cuando están en solución, las grasas que forman parte de nuestra dieta son ingeridas como grandes gotas que el cuerpo transforma en gotas microscópicas mediante enzimas secretadas por el estómago y el páncreas, para que puedan ser absorbidas por el intestino y transferidas posteriormente al torrente sanguíneo. No obstante su tamaño microscópico, la talla de estas últimas gotas todavía no es suficientemente pequeña como para permitir la penetración del ácido graso Omega 5 al cerebro. Por ello, para mejorar la absorción intestinal y la penetración del Omega 5 al torrente sanguíneo, se decidió nanoemulsionarlo. Este procedimiento permite, a través del uso de ondas ultrasónicas, fraccionar al Omega 5 o ácido punícico, como también se conoce, una vez extraído”, explicó Gabriel Gutiérrez Ospina, investigador titular de tiempo completo en el Departamento de Biología Celular y Fisiología del IIB-UNAM.

La formulación explicada permite a esas moléculas de Omega 5 alcanzar un tamaño de nanómetros o millonésimas de milímetro, con lo cual pueden llegar hasta las células nerviosas del cerebro y reducir su destrucción por estrés oxidativo.

Mecanismo protector

La investigación mexicana coincide con estudios que señalan que el Parkinson es una enfermedad asociada con un daño acumulado a las mitocondrias, que son los organelos que producen energía para las células. Esos daños a las mitocondrias pueden ser causados por la exposición a contaminantes, como el plomo o insecticidas, incluso cuando una nueva vida está en gestación. Es por ello que el estudio comentado es valioso, al demostrar el efecto protector del Omega 5 nanoemulsionado para proteger la salud de las membranas de las mitocondrias.

El proceso es el siguiente: una vez que se encuentran en la sangre los ácidos grasos Omega 5 nanoemulsionados, el corazón, el intestino y el propio cerebro transforman ese Omega 5 en un ácido graso más pequeño llamado Ácido Linolénico, capaz de cruzar las membranas de las células y llegar a su interior.

“El ácido linolénico puede entrar en las membranas celulares y cuando llega hasta ellas las estabiliza. Aquí hay que explicar que cuando la membrana celular tiene extrema fluidez o extrema rigidez, no se realizan normalmente los procesos de intercambio de la célula con su exterior y puede morir. Lo que hace Omega 5 nanoemulsificado, después de que el cuerpo lo transformó en Ácido Linolénico, es intercalarse en la membrana y le ayuda a mejorar el estado de fluidez. Eso hace que los intercambios entre las células y su medio ambiente sean mucho más fáciles, incluso en condiciones en las que las células están sometidas a mucho estrés y están muy oxidadas”, continúa detallando el científico mexicano que es miembro regular de la New York Academy of Sciences, la American Geophysical Union, la Society for Neuroscience y la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas.

Dentro de las células, están las mitocondrias, que son las responsables de producir energía celular y también tienen membranas. Mantener saludable a las mitocondrias está vinculado a la protección contra el Parkinson porque así se combate el exceso de estrés oxidativo, que produce el oxígeno que libera la mitocondria durante la producción de la molécula portadora de energía primara, llamada ATP o Adenosín Trifosfato. De esta forma, la membrana funciona también como un “atrapador de oxígeno” y al reducir el estrés oxidativo desacelera el envejecimiento celular.

“No conocemos todos los detalles sobre la etiología u origen del Parkinson, pero sólo 3 por ciento de los casos tiene origen genético. Esto nos lleva a enfocar la atención en posibles causas ambientales. Hasta ahora, sabemos que los agentes contaminantes que dañan a la mitocondria están presentes cuando aparece la enfermedad y que la membrana saludable de la mitocondria genera un efecto neuroprotector”, señala el Doctor Gabriel Gutiérrez Ospina.

La muerte neuronal progresiva que ocurre en el proceso de desarrollo de la Enfermedad de Parkinson, puede iniciar hasta 20 años antes del diagnóstico. Entre los mecanismos relacionados con su desarrollo, se encuentra cambios de la actividad de enzimas antioxidantes y exceso en la producción de especies reactivas de oxígeno que causan un envejecimiento acelerado a nivel neuronal, mismas que hasta ahora las terapias farmacológicas disponibles no han sido capaces disminuir. Actualmente no existe una cura para el Parkinson, a pesar de los grandes esfuerzos que se realizan en investigación en este campo.

Los resultados de los trabajos colaborativos llevados a cabo por los doctores Gómez Chavarín y Gutiérrez Ospina en la Facultad de Medicina y en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, proveyeron de la información pre-clínica suficiente para desarrollar estudios clínicos Fase 1 en humanos, autorizados por el Comité de ética, en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez, de la Secretaría de Salud.

(DESPIECE 85 PALABRAS)

Parkinson.

La enfermedad neurológica

de mayor crecimiento.

La Enfermedad de Parkinson se asocia con la edad avanzada, pero en México el promedio de la edad de diagnóstico es poco mayor a los 50 años. El origen de la enfermedad tiene componente genético en algunos casos, pero también influyen factores ambientales y contaminantes. El Parkinson afecta a más de seis millones de personas en el mundo y se calcula que para el año 2040 los casos se duplicarán, lo que la ubica como la enfermedad neurológica con mayor crecimiento de 1990 a 2016