Academia

"El gobierno mexicano no estuvo a la altura del desafío que implicó la pandemia"

La respuesta epidemiológica fue tardía, tibia y descoordinada, entre muchos errores, dijo en el encuentro anual Libertad por el Saber de El Colegio Nacional

Julio Frenk

Julio Frenk coordinó una mesa en la que participaron José Ramón Cossío y María Elena Medina-Mora.

Julio Frenk coordinó una mesa en la que participaron José Ramón Cossío y María Elena Medina-Mora.

Universidad de Miami

“La única manera que tenemos de procesar este gran trauma colectivo que hemos enfrentando estos dos últimos años, es aprender de la experiencia para construir, no una nueva, sino una mejor normalidad”. Estas fueron algunas de las palabras iniciales de Julio Frenk durante la sesión que coordinó en el VI Encuentro Libertad por el Saber de El Colegio Nacional, cuyo tema este año es La Pandemia: Retos y Oportunidades.

El miembro de la institución y ex secretario de Salud (2000-2006) encabezó la mesa “Sistemas de salud: limitaciones y lecciones”, en la que participaron José Ramón Cossío y María Elena Medina-Mora, y la idea central de su exposición fue “renovar el sistema de salud”, cuyas deficiencias dejaron en la vulnerabilidad y crisis que azotó al país con la pandemia de Covid.

El médico recordó que el proyecto de salud de la actual administración “no estuvo a la altura del desafío que implicó la pandemia, ni a la altura de los retos que enfrenta el país en materia sanitaria más allá de ésta. Por eso, es importante corregir cuanto antes”.

RESPUESTA TARDÍA.

Explicó que la pandemia puso a prueba los dos componentes centrales de todo el sistema de salud; 1, la salud pública y la respuesta epidemiológica y 2, la atención a las personas, que incluye la oferta de servicios. Ambos, “pilares de todo sistema de salud pública y atención médica (…), ambos fallaron durante la pandemia”.

“Por un parte, la respuesta epidemiológica fue tardía, tibia y descoordinada”. El primer caso de COVID, recordó, se diagnosticó en febrero del 2020, pero no hubo una respuesta clara, si no hasta marzo. “Las autoridades de salud afirmaron, erróneamente, que el arribo del virus no representaba un peligro. El gobierno federal además ignoró los llamados de la OMS de emplear masivamente pruebas para identificar los casos y sus contactos. México es el único país que llegó a calificar estas pruebas como un ‘desperdicio de tiempo, esfuerzo, y recursos’”.

También refirió otros errores, como la desestimación del uso de cubrebocas al inicio o delegar la responsabilidad a los estados, “cuando que todos los manuales de manejo epidemiológico indica que es necesario desarrollar una respuesta unificada en el nivel nacional para coordinar la toma de decisiones”.

Hacia a finales del 2020, añadió, las cifras de casos y defunciones llegaron a niveles alarmantes, pero SSa descartó modificar la estrategia en la pandemia. “Hoy, México es el cuarto país con más muertes por Covid en el mundo, rebasado por EU, Brasil e India, países con una población mucho mayor que la nuestra”. Recordó también que México es el país con más muertes de personal de salud en América “y quizá en todo el mundo”, con más de cuatro mil defunciones, cifra dos veces y media superior a la de EU y seis veces mayor a la de Brasil.

“Como agravante adicional, la pandemia se produjo en pleno proceso de desmantelamiento del sistema de salud de México y después de cinco años de descenso continuo del presupuesto a la SSa, seguidos de la desaparición del Seguro Popular”, que fue sustituido por el Instituto de Salud para el Bienestar.

“Tétrica coincidencia: el Insabi hizo su desastroso debut en el momento en que surgió el coronavirus. Eso explica la falla en el segundo componente en el sistema de salud: la oferta de servicios”.

Este instituto –que re-centralizó la prestación de servicios de primer y segundo nivel para la población sin seguridad social– “nació sin diagnóstico ni diseño ni reglas de operación”. A ello, se suma “la impericia gerencial de la actual administración federal, que a tres años de entrar en funciones no ha sido capaz de establecer, por ejemplo, un mecanismo mínimamente confiable de compra y distribución de medicamentos, reflejado entre muchas otras cosas en el desabasto de vacunas y medicamentos oncológicos”.

El actual rector de la Universidad de Miami enfatizó que estos errores se deben corregir, no para restituir el Seguro Popular –implementado en su administración–, sino para reestablecer un sistema que garantice a los mexicanos el servicio igualitario y servicios integrales de alta calidad con protección financiera para todos.

Aunque el gobierno federal y la Secretaría de Salud se ufanaron por su programa de reconversión hospitalaria a lo largo de la pandemia, éste fue mal concebido y ejecutado, dijo Frenk. En la mesa de este lunes en El Colegio Nacional, Héctor Hernández Bringas, recordó que sólo el 1.5% de los hospitalizados en el IMSS (institución que recibió al 50% de los hospitalizados en el país) tuvo acceso a cuidados intensivos.

“Los hospitales públicos –agregó Frenk–, la mayoría carente de personal especializado, medicamentos y otros insumos, no pudieron atender de manera efectiva a los pacientes”. Adicionalmente, tuvieron que posponer a su vez la atención de pacientes con otras comorbilidades, lo cual ha dado lugar a un exceso de mortalidad por otras causas, apuntó.

Un ejemplo de ello, acotó, fue la muerte materna, que se incrementó 30% a lo largo de la pandemia, la cual sigue en aumento.

ASPIRACIÓN ESFUMADA.

Julio Frenk recordó que al inicio de su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el sistema de salud mexicano sería como el de los países escandinavos, Reino Unido y Canadá. “Es decir, universal, financiado con recursos preponderantemente públicos, plural y descentralizado. Esa era una muy buena aspiración. El camino de estos países es el indicado, así lo muestran sus niveles de salud y de protección financiera para su población. Sin embargo, conforme se avanzó en el diseño e implementación de estas propuestas, el gobierno se alejó radicalmente de la aspiración”.

Por el contrario, agregó, el Insabi pretende reestablecer el sistema de salud existente en los años setentas del siglo pasado: segmentado, sobre bases corporativistas, con escasos recursos públicos y centralizado.

“Ya sabemos qué necesitamos: un sistema de salud universal que adapte a la realidad de México el sistema más efectivo que existe en el mundo, como el dicho por el Presidente (…), ahora falta establecer el ‘cómo’ hacerlo y avanzar en esa dirección y no en la opuesta, como el país ha hecho hasta ahora”.