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Impacto sobre ríos y lagunas costeras: repercusión sobre la ecología y economía costera.

La red hidrológica de la costa de Chiapas está constituida por 20 ríos juveniles y más de 30 arroyos, con una longitud reducida (70 y 120km de longitud)

opinión

Los dragados mal planeados, suelen provocar daños mayores que el problema que tratan de resolver.

Los dragados mal planeados, suelen provocar daños mayores que el problema que tratan de resolver.

ANTECEDENTES

El manejo inadecuado de las cuencas y la rectificación del cauce de los ríos ha degradado fuertemente la estructura y ecología de los ríos del litoral de Chiapas. Esto ha repercutido fuertemente sobre los humedales en la cuenca baja y sobre la economía de las comunidades costeras de esta entidad.

La red hidrológica de la costa de Chiapas está constituida por 20 ríos juveniles y más de 30 arroyos, con una longitud reducida (70 y 120km de longitud), se forman a 2300-2800 m.s.n.m.m, en la parte alta de la sierra, en la primera parte el cauce tiene forma de “V” debido a la gran pendiente forman caídas de agua o cascadas, el cauce está constituido por grandes rocas, pedruscos y gravas, con notables variaciones (60%) del volumen entre lluvias y secas. Esta red hidrológica es valiosa porque permite la estabilización del clima y la recarga de los acuíferos sobre la planicie, en el pasado ocupaban una extensa área a partir de la vía del ferrocarril construido entre 1895 y 1903.

La geomorfología de la planicie costera estaba en gran medida moldeada por la red hidrográfica, donde las grandes avenidas durante el periodo de lluvias constituían eventos notables al desbordarse los ríos entre agosto-noviembre, llegando a constituir gran cantidad de lagunas estacionales y pantanos, las cuales rebosaban de una biodiversidad muy notable en todo el pacífico sur de México.

Las grandes avenidas anuales determinaban procesos ecológicos muy complejos de conectividad con el mar, provocando migraciones faunísticas en ambos sentidos, siendo importantes por la abundancia de moluscos, crustáceos y peces, soporte de la economía de muchas comunidades costeras, cuya pesquería se realiza en los ríos, “pampas”, y lagunas costeras. Los meandros o curvas de los ríos que llegan a constituir la sinuosidad de los ríos son muy importantes para disipar la energía del agua a lo largo del gradiente altitudinal, desde la cuenca alta hasta el mar. De esta manera se favorece la depositación de los sedimentos a través del cauce y se evita que las avenidas de los ríos, principalmente durante lluvias lleguen con gran fuerza a la parte baja donde se ubican las planicies de inundación constituidas por pantanos, lagunas costeras, manglares y esteros, constituyendo el hábitat de una gran biodiversidad.

La dinámica de explotación incentivada desde los años de 1940-1950 por el modelo de desarrollo actual, el cual promueve la conversión de los paisajes naturales a sitios dedicados a la producción y amplio uso de los recursos y el agua, sin considerar aspectos ecológicos de cada sitio. En ese sentido la estructura y funcionalidad de los ríos y bosques riparios asociados a ellos han sido afectadas por actividades como la agricultura de monocultivos, ganadería, deforestación, explotación forestal y urbanización, amenazando la diversidad biológica y conectividad hidrológica de los ríos, los humedales asociados, así como la calidad y disponibilidad de agua con la desviación y desecación de los ríos, canalizaciones y extracción de agua; asociados a los dragados realizados en las lagunas costeras.

Una planeación deficiente del uso de la tierra y la sobreexplotación de los ríos, son elementos que degradan el equilibrio ecológico sobre las cuencas. En los últimos 25 años, la canalización o rectificación de los ríos en la cuenca media y baja (Figura 1), para desecar los humedales y ganar áreas de cultivo para el establecimiento de plantaciones de monocultivos como el banano, caña de azúcar y recientemente la expansión del cultivo de palma africana para extraer aceite, están provocando un grave deterioro a nivel regional.

Figura 1. Canalización del Río Cintalapa a lo largo de 12 km.

El paso de los huracanes “Mitch” y “Stan” en 1998 y 2005 aceleraron el azolvamiento de las lagunas costeras en detrimento de las pesquerías en los sistemas lagunares. Posterior al paso de los huracanes, se empezaron a realizar grandes obras de canalizaciones en todos los ríos de la costa, sin ningún estudio de impacto ambiental por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y con la complicidad de la SEMARNAT, Protección Civil y el Gobierno estatal. Estas obras en una primera etapa (2005-2008) se realizaban a partir de la carretera hacia la cuenca baja, con la finalidad de proteger a las poblaciones; posteriormente entre 2009-2016 se completó la canalización de la parte baja de 18 ríos, hasta el límite con los manglares y pantanos.

La canalización formó líneas rectas de 8 a 20 km en los ríos, además generó una cantidad inmensa de sedimentos (250,000 a 500,000 m3 de arena y grava) colocado a la orilla del canal (figura 3), con llegada de las lluvias, este sedimento fue arrastrado por la corriente río abajo en los siguientes años, este proceso provocó el azolvamiento de todas las lagunas costeras y esteros al interior de la Reserva de La Biosfera “La Encrucijada”. Actualmente todos los sistemas lagunares de la costa padecen diferentes grados de azolvamiento, presentándose con mayor gravedad en las lagunas: Teculapa, Cerritos, Panzacola y Cabildos.

Debido al azolvamiento de las lagunas, ante la exigencia de los pescadores se han realizado grandes obras de dragado en las lagunas para favorecer la pesca, con el financiamiento de la Comisión Nacional de Acuicultura y Pesca (CONAPESCA) y la Secretaría de Pesca del Estado. Los efectos se reflejan en la degradación de los servicios ambientales de los humedales, dentro de los que se encuentran la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de germoplasma, regulación del clima, conservación de ciclos biológicos, captura de agua, suministro de refugio y crianza para una gran diversidad de especies, muchas de ellas de interés económico.

La realización de las obras de dragado comprende la realización de un canal perimetral (2.5 a 5km de longitud) al interior de las lagunas costeras y de 25-30m de ancho por 3-4m de profundidad, lo cual origina grandes cantidades de sedimentos (10,000 a 150,000m3), los cuales se confinan aledaños a las lagunas, en sitios denominados “Tarquinas”, las cuales son montones de sedimentos de hasta 4m de altura en áreas de 0.5 a 10 hectáreas de extensión, están constituidas por un cerco de postes de cemento y una malla denominada “Geotex”. Desafortunadamente la mala calidad de los materiales y la deficiente construcción, provocan que entre 12 y 24 meses el Geotex se degrada liberando el material hacia la periferia del sitio afectando grandes áreas de manglares y pantanos (figura 2).

Figura 2. Los dragados mal planeados, suelen provocar daños mayores que el problema que tratan de resolver.

En todo el litoral de esta entidad, la canalización de los ríos ha provocado en los últimos 40 años el azolvamiento de la totalidad de las lagunas costeras, como consecuencia de este proceso algunas lagunas como Cabildos, Pozuelos, Cerritos-Teculapa, Buenavista y La Joya han reducido el área de pesca entre 30 a 70%, por consiguiente la pesquería se ha reducido hasta en un 75%, adicional a ello existen unas 1150 hectáreas de áreas de dragado o tarquinas, que posterior a 15-25 años de haberse realizados las obras, actualmente los sitios están sumamente salinizados y desprovistos de vegetación, en la mayoría de las veces eran áreas de manglares, tulares y pantanos que se perdieron desde la década de 1990 en los distintos sistemas lagunares de la costa de Chiapas. Actualmente es muy necesario evaluar y cuantificar el costo-beneficio de las obras de la canalización de los ríos y todas las obras de dragado en las lagunas costeras en todo el litoral. Incluso los efectos de la desecación de grandes áreas de humedales por la canalización, para utilizar la tierra para el establecimiento de grandes plantaciones de monocultivos de banano, caña de azúcar y palma africana, a cambio de la pérdida de las áreas ganaderas y agrícolas de maíz, frijol, etc. De esta manera se pretende contar con una base científica para un manejo adecuado de la microcuenca, el aprovechamiento de los recursos hídricos, el uso de suelo, las pesquerías y la conservación de Todos los servicios que proveen los humedales en beneficio de los habitantes, así mismo pueden ser de utilidad para identificar las zonas de prioridad para intervención y conservación.

* Laboratorio de Ecología y Manejo Integral de Sistemas Costeros, El Colegio de la Frontera Sur, Ecosur Unidad Tapachula, E-mail ctovilla@ecosur.mx