Academia

La importancia de las habilidades blandas en la formación médica

Son definidas como el conjunto de aptitudes o destrezas de comunicación social y de acercamiento que nos permiten desarrollarnos en diversos ámbitos, pero especialmente en nuestro servicio médico

voces de la uam

a paciencia, la compasión y empatía son valores que se deben cultivar en el área médica con todos, especialmente con población vulnerable.

a paciencia, la compasión y empatía son valores que se deben cultivar en el área médica con todos, especialmente con población vulnerable.

Los profesionales de la salud jugamos diversos roles que involucran especialmente el trato humano y que promueva la salud en la población con intervenciones preventivas y curativas. Es en esta área en donde nos desarrollamos la gran mayoría de los médicos.

Las habilidades blandas son definidas como el conjunto de aptitudes o destrezas de comunicación social y de acercamiento que nos permiten desarrollarnos en diversos ámbitos, pero especialmente en nuestro servicio médico; éstas son complementarias a las habilidades duras (Hard Skills). En la formación médica se ha privilegiado en casi todos los programas académicos la enseñanza de las habilidades duras.

A lo que cabe responder, que las habilidades blandas son las destrezas no cognitivas, actitudes y prácticas que afectan cómo un individuo enfoca el aprendizaje e interactúa con el mundo que le rodea. Son difíciles de medir, pero son de importancia vital en el proceso de la atención médica. En la educación médica tradicional la enseñanza de las habilidades blandas no existe, pues se da por hecho que es una tarea que corresponde a la familia y a la comunidad, no a la Universidad, ni a los campus clínicos; habilidades que se cree que el alumno ha desarrollado previamente y no siempre es así.

Estas habilidades, según García (2018) se dividen en intrapersonales e interpersonales . Las principales habilidades intrapersonales útiles en la enseñanza médica son la autogestión, la autorregulación, la gestión del tiempo, el autodesarrollo, la honestidad, ética, compasión, paciencia, empatía, el profesionalismo y la adaptabilidad, entre muchas otras. La autogestión consiste en tener un proyecto integral personal de vida, que armonice con los diversos roles que debemos cumplir como individuos. La autorregulación nos permite analizar el entorno y responder de acuerdo con las necesidades. La gestión del tiempo nos permite llevar a cabo tareas o proyectos, repartiendo el tiempo para lograr los objetivos del proyecto. El autodesarrollo es el compromiso de una persona para pensar y decidir por sí misma, para adquirir nuevas habilidades, mejorar hábitos y competencias personales. Ser profesional, honesto y tener ética en el trabajo son esenciales en el trabajo médico en todo momento. La paciencia, la compasión y empatía son valores que se deben cultivar en el área médica con todos, especialmente con población vulnerable. La adaptabilidad permite al individuo ser flexible, responder al ambiente cambiante, resolver problemas, acomodarse a los cambios sin sacrificar eficacia ni compromiso. En el área médica el cambio es constante, el médico y estudiante deberán ser capaces de defender de manera respetuosa su punto de vista, pero también el de los demás, respetar indicaciones de los superiores y realizar trabajo colaborativo en pro de la salud de los pacientes y las comunidades, todas estas acciones reflejan la adaptabilidad.

Thamar Gómez Villegas.

Thamar Gómez Villegas.

Las habilidades interpersonales deseables en la formación médica son principalmente la comunicación, la socialización, el trabajo en equipo, espíritu de servicio, la sensibilización a la interculturalidad y la resiliencia. La comunicación es la más básica que los seres humanos requerimos incluso para sobrevivir; en la enseñanza médica es vital saber escuchar, comprender y explicar adecuadamente a los pacientes y sus cuidadores, así como lograr una comunicación efectiva con el equipo de trabajo para lograr una labor más exitosa. La socialización en la enseñanza de la medicina buscará aprender las conductas consideradas adecuadas en el contexto del quehacer médico, de acuerdo con las normas y valores de la sociedad, el país o la Universidad. El trabajo en equipo es indispensable para coordinar esfuerzos en pro de la salud de la población; siempre es deseable el trabajo armónico porque permitirá mejores resultados.

En un país como el nuestro existen múltiples culturas que inciden en las costumbres y creencias de nuestra población, es deseable que el estudiante de medicina valore la riqueza de éstas, las respete e influya de manera positiva en la salud de la población a quien atiende. La resiliencia es la capacidad del ser humano de lidiar con la adversidad, de superar y afrontar exitosamente una experiencia traumática. En la profesión estamos expuestos en múltiples momentos a estas experiencias traumáticas, por lo que esta habilidad nos permitirá ser fuertes y equilibrados para ayudar a los demás.

A pesar de que tradicionalmente se han privilegiado las habilidades duras sobre las blandas en la enseñanza médica, es conveniente que los docentes dediquemos tiempo y recursos a las habilidades blandas antes descritas; para lo cual, como primer punto será importante comprender la importancia de éstas; en segundo lugar, tanto los docentes como los estudiantes debemos reconocer cuáles son las carentes o deficientes y desarrollar un plan que nos permita mejorarlas.

Es importante entender que el desarrollo de las habilidades blandas es un proceso en desarrollo y cambio constante. Es cambiante porque debe responder a las transformaciones sociales, económicas, culturales, tecnológicas y de otra índole que la población sufre a lo largo del tiempo. Se modifica de acuerdo con los avances científicos, médicos y necesidades específicas de un trabajo u objetivo particular. Por ejemplo, si la población a atender son adultos mayores que padecen enfermedad mental degenerativa, se requerirá el desarrollo de habilidades blandas muy específicas para dicha tarea del personal de salud a cargo de su atención.

Perfeccionarlas requiere practicarlas, así se volverá un hábito que ejecutaremos automáticamente. Si no, no somos conscientes de que es una competencia porque lo realizamos de manera automática y para los demás pareciera ser algo innato.

Con estas líneas, me permito resaltar la relevancia del desarrollo y ejecución de las habilidades blandas en la formación médica, a las cuales se les debe prestar mayor atención en el ejercicio docente. Al hacerlo lograremos no sólo cumplir nuestro objetivo humano de ser médicos, sino que seremos más efectivos y eficientes en prevenir enfermedades y mejorar la salud de la población.

*Médica Especialista en Oftalmología y Neurooftalmología y docente en la Unidad Xochimilco de la UAM

thagovi@hotmail.com