Universidades, autoridades y organizaciones no gubernamentales lanzaron el Reto Edificios Eficientes (REE) 2022, en la Ciudad de México, que busca reducir el consumo de energía en por lo menos un 10 por ciento, después de un año de ajustes. Los participantes serán acompañados con asesoría técnica y simultáneamente se colectarán datos para mostrar que el ahorro energético deriva en beneficios económicos, ambientales y sociales, tanto para las empresas como para las ciudades participantes.

En la convocatoria participan la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el World Resources Institute (WRI), el Gobierno de la Ciudad de México, el Lawrence Berkeley National Laboratory (LBNL), la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee). Luis Gutiérrez, de la Dirección General de Atención a la Comunidad, de la UNAM, aseguró que esta institución busca ayudar a que las ciudades reduzcan su impacto en el ambiente, mejoren su calidad del aire y la salud de la población.

“Las ciudades siguen siendo un espacio fundamental para poner en marcha las soluciones a los problemas del cambio climático. El 55 por ciento de la población global vive en ciudades y, en México, es el 79 por ciento”, destacó el representante universitario.

CALIDAD Y CANTIDAD.

A pesar de que la Ciudad de México cuenta con edificios más eficientes, la proliferación de edificaciones provocó un aumento del 25 por ciento en sus emisiones en las últimas dos décadas. Con ello, los edificios siguen siendo responsables de un enorme porcentaje de las emisiones en el mundo, entre el 25 y el 35 por ciento, de acuerdo con datos presentados por la UNAM.

El Reto es parte del proyecto llamado Acelerador de Eficiencia en Edificaciones (BEA) de la iniciativa Energía Sostenible para Todos (SEforALL) de la Organización de las Naciones Unidas. En la capital de la República mexicana, el reto es organizado por el gobierno local, a través de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y el WRI México, con el apoyo de la Conuee, la UNAM y el Lawrence Berkeley National Laboratory.

En la inauguración, Isabel Studer, directora de la Alianza México de la Universidad de California, reiteró el compromiso de esta institución de trabajar con las contrapartes en México para generar un espacio de colaboración en temas tan importantes como la eficiencia energética.

“La eficiencia energética se tiende a olvidar en el discurso público. Hablamos de la transición, de las energías renovables, pero todos deberíamos de tener un interés en la eficiencia”, expuso.

Michael McNeil, director de la Iniciativa de Energía del Laboratorio Nacional de Berkeley, aseguró que esta iniciativa busca que una parte de los edificios en la Ciudad de México sean totalmente libres de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs).

“Nuestro reto es fortalecer la capacidad técnica en el sector privado para hacer esta transición”, explicó el académico.

Adriana Lobo, directora Ejecutiva de WRI México, aseguró que, para la organización, la eficiencia energética es una de las medidas más costo efectivas para la mejora económica, ambiental y social.

De acuerdo con el más reciente informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en 2019 las emisiones globales directas e indirectas de los edificios no residenciales aumentaron en aproximadamente 55 por ciento en comparación con 1990.

“El sector energético generó aproximadamente 34 por ciento de emisiones de GEI en 2019; el sector de las edificaciones fue responsable del 6 por ciento. Sin embargo, si las emisiones por generación de electricidad y calor son atribuidas a los sectores que utilizan la energía final, el 90 por ciento de estas emisiones indirectas provienen del sector industrial y de edificios, lo que incrementa las emisiones relativas de este último sector de 6 a 16 por ciento”, indicó Lobo.

EL RETO EN EDIFICIOS.

El REE inicia con un registro y análisis de datos en cada edificio inscrito. El segundo paso es desarrollar capacidades acordes a cada construcción. El tercer paso es involucrar a la comunidad residente a través de una campaña de concientización en eficiencia energética. Como cuarto paso se implementan acciones de eficiencia energética específicas. El quinto paso es analizar y presentar resultados y retroalimentación a lo largo del año que el edificio participa en el reto y durante el tiempo que su comunidad o dueños establezca.