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Madres buscadoras de desaparecidos, "su tenacidad es admirable"

Noé Zavaleta publica “Las buscadoras”, que reúne relatos de mujeres y familiares que buscan a sus desaparecidos en México, que ascienden a cerca de 120 mil · Ha rebasado a los desaparecidos de la dictadura argentina y del terrorismo y militarismo colombianos, señala el periodista 

entrevista

Cuando una madre logra identificar a su ser querido, la madre se retira del colectivo, cierra el círculo y las demás mamás lo entienden, dice Noé Zavaleta.

Cuando una madre logra identificar a su ser querido, la madre se retira del colectivo, cierra el círculo y las demás mamás lo entienden, dice Noé Zavaleta.

Cuartoscuro

“A la mamá del Chapo sí, a nosotras no”, fue el grito crudo y desgraciado que no encontró más que desdén, tal vez desprecio, tal vez incomprensión, por parte del Presidente aquel 15 de junio de 2020, a las afueras del batallón de El Lencero, en Emiliano Zapata, Veracruz.

La imagen de la camioneta negra en la que viajaba el presidente Andrés Manuel López Obrador acosada por madres y familiares en desesperanza será la que perdure cuando se recuerde qué hizo esta administración por los desaparecidos del país, imagen captada en video por el periodista Noé Zavaleta que se volvería viral y con ello politizada, por ende, desestimada y desprestigiada desde el púlpito presidencial.

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Algunas madres de este país dejaron su trabajo y sus labores para ir a buscar a sus hijos desaparecidos, puesto que el Estado no lo quiere hacer, no le interesan. Estas señoras, con pico y pala rascan la tierra, bajan en rapel a buscar “tesoros”, van a cárceles, centros penitenciarios, a manicomios e incluso entran en contacto con el crimen organizado, lo cual puede ser cuestionable, pero entendible ante el sufrimiento y la desesperanza, relata Noé Zavaleta, autor del libro “Las Buscadoras. Madres que buscan personas desaparecidas en México”, que inicia con el relato de aquel desencuentro de las madres que alguna vez apoyaron al presidente siendo embestidas por el desdén desde esa camioneta negra.

En “Las Buscadoras” (HarperCollins México), el periodista narra historias de muchas de estas mujeres, madres de los desaparecidos de México que ascienden a cerca de 120 mil en el escenario más brutal de inseguridad en el país tras detonar la “guerra contra el narco”. La publicación es un relato duro sobre una realidad que para mayor desgracia de las madres y familiares se ha politizado por el Estado, pero es también un tributo y homenaje a estas mujeres y madres, algunas de las más tenaces en la historia reciente de este país.

Noé Zavaleta ha cubierto casos de desaparecidos desde hace más de una década.

Noé Zavaleta ha cubierto casos de desaparecidos desde hace más de una década.

Cortesía

“Esta publicación es un reconocimiento a estas mujeres, cuya tenacidad, voluntad y tozudez son admirables. Estas madres no descansarán hasta encontrar a los suyos”, señala el periodista en entrevista, quien ha documentado el tema de desapariciones por más de una década.

Estas madres y familiares se han aglutinado con otras por razones diferentes a las cuales las personas se reúnen cotidianamente, es a causa del dolor y de la ausencia de un ser querido, agrega el también autor de “El infierno de Javier Duarte”.

“Llega el Día de las Madres y no hay festejo para ellas, puesto que su familiar fue sustraído por células criminales o por una desaparición forzada. Estas mujeres salen a luchar contra ello y tienen una resistencia civil dentro de esta crisis humanitaria, que son los desaparecidos de México. Esto es algo de lo que busco compartir con el lector.

–En este panorama tan cruel, no terminamos de empatizar con esta terrible realidad, no obstante que es algo que nos puede ocurrir a cualquiera, como lo plasmas en tu libro.

– Es una realidad. La primera vez que hice un reportaje de desaparecidos, en 2011, y no tenía conocido, familiar o vecino desaparecido, diez años después no es así. Amigos de la infancia ejecutados, amigos desaparecidos… Desde el gobierno de Felipe Calderón hemos normalizado la violencia y los desaparecidos. Me cuestionaba como periodista y como ciudadano este cambio, ahora, tras cubrir decenas de casos en varios estados, entiendo que es problema multifactorial que, si bien hay cientos de desaparecidos por pugnas criminales, entre cárteles, hay miles más de personas que estuvieron en el lugar, hora y momento equivocado. Daños colaterales, decía Calderón. En “Las Buscadoras” recojo algunos de esos testimonios para que los ciudadanos sepan que también hay jóvenes que fueron tragados sin deberla ni temerla, que iban rumbo a la escuela y se perdieron en un taxi, acudieron a una falsa promesa de empleo, pero fueron levantados con rumbo desconocido… En el libro busco ilustrar que aquellos desaparecidos no siempre se los llevaron “por algo”, muchas veces les tocó estar en el lugar equivocado.

–Señalas que existe un abismo de información, más allá de estas situaciones multifactoriales, y que es casi empírica porque no hay un análisis del Estado para llevar a cabo una estrategia.

–He entrado a varias fiscalías de desaparecidos –incluso me han llegado a infiltrar colectivos como familiar del desaparecido– para entrar a estas audiencias y revisar carpetas. Las revisas y observas que saben más los familiares y las mamás que lo investigado por los fiscales, los abogados del Estado, porque es oficio tras oficio y sólo es burocracia, intercambios interminables de respuesta de oficios pidiendo información; además, algunas bitácoras de campo en desapariciones llevan hasta una década acumulándose. Es el tema del tortuguismo de la burocracia en las fiscalías, aletargamiento de las carpetas. He pensado que en las mismas fiscalías o ex procuradurías apuestan a que la madre se resigne y deje de buscar a su hija o hijo, que sin embargo, del lado de los familiares es inconcebible. En esta crisis humanitaria, las mujeres dicen “no les importamos, les valemos madre, somos nosotras quienes nos vamos a organizar para buscar a nuestros desaparecidos”.

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Ximena Chávez Balderas, perito del Departamento de Antropología Forense de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo.

El periodista enfatiza que el crecimiento de las desapariciones en el país ha desbordado en una crisis humanitaria que está rebasando incluso a las dictaduras y terrorismo más temidos en Latinoamérica.

En una fosa positiva entre lágrimas, relata, las buscadoras de tesoros enfrentan el sentimiento agridulce de “encontramos algo”. “Lo que está bajo la tierra tiene nombre y apellido, y muchas veces se descarta que sea su hijo y ‘pueda regresar a casa’. Hace 30 años no habríamos imaginado esta crisis humanitaria que sólo va en aumento y ya rebasó por mucho al movimiento de madres de la Plaza de Mayo en Argentina por la dictadura militar, la época de terrorismo y militarismo en Colombia con los falsos positivos –civiles arrojados a fosas para que el ejército los hiciera pasar por paramilitares y obtener mayores recursos–; si los juntamos y los cotejamos con los de México los superamos en miles y por mucho.

Extinción de fideicomiso y apoyo gubernamental

Noé Zavaleta ha cubierto casos de desaparecidos desde hace más de una década.
“Los Colectivos hacen rifas, kermés, botean… para obtener recursos y financiar brigadas de búsqueda (…) El gobierno creyó falsamente que sin dinero dejarían de buscar, pero les salió peor porque cayeron en mayor descrédito, mientras las madres se fortalecieron”

Ya será tarea de académicos analizar cómo cambió el panorama de seguridad y desapariciones entre las transiciones de gobierno desde la llegada del PAN, el regreso del PRI y la llegada de Morena y la 4T, agrega Zavaleta. No obstante, el común denominador permanece: corrupción, colusión de policías con el crimen organizado, reacomodo de estructuras criminales, a veces con apoyo oficial.

“Varios civiles han tenido que pagar los platos rotos, a veces con su vida, otros siguen desaparecidos. Seguramente muchos ya no existirán, pero sus madres no descansarán hasta encontrarlos y darles cristiana sepultura. Va para largo, este gobierno dijo que cesarían las desapariciones y no lo cumplió, por lo que hay colectivos que dan por terminado este periodo de gobierno y ya piensan en el siguiente, para sentarse a platicar de esta prioridad nacional, que es la atención a la crisis humanitaria de 120 mil desaparecidos de México”.

POLITIZACIÓN Y MERCANTILISMO.

Noé Zavaleta recuerda que las mismas madres que apoyaron a López Obrador en campaña, quienes lo siguieron a mítines porque les prometió –y le creyeron– que se atendería el tema de los desaparecidos, fueron las mismas que detuvieron el paso de su camioneta en Veracruz en 2020.

Hubo una luna de miel entre el entonces candidato de Morena AMLO y los colectivos de desaparecidos de varios estados. “Basta con revisar fotos de esos mítines. Siempre en primera fila están los colectivos de desaparecidos levantando las lonas con imágenes de sus hijos al lado del candidato presidencial. Había besos y abrazos, ‘no están solas…’”.

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Claudio Lomnitz, miembro de El Colegio Nacional.

Llegó el 2018 y tomó protesta, pasó 2019 y 2020, llegan recortes presupuestales para la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), y cuando ven que la comisión nacional de búsqueda es una oficina burocrática más, cuando ven que la fiscalía no da atención, se acaba esa la luna de miel y comienza el divorcio, que se firma con esa tarde en que gritaron “¡a la mamá del Chapo sí, a nosotras no!”, apunta.

Ante el desdén o incompetencia de las autoridades, las madres y familiares de desaparecidos buscan “tesoros” en brigadas de búsqueda.

Ante el desdén o incompetencia de las autoridades, las madres y familiares de desaparecidos buscan “tesoros” en brigadas de búsqueda.

Cuartoscuro

“Son las mismas mamás que votaron por él y le depositaron su confianza (…) Al día siguiente AMLO dice en la mañanera que todo fue orquestado por un grupo de conservadores y da una total desinformación. Caímos en el mercantilismo político de un gobierno que en su momento las utilizó y que, ya en el poder, no sólo no cumplió, sino que las tachó de formar parte del grupo conservador”. Los desaparecidos no votan, los pobres sí, apunta Zavaleta, por eso, el tema no es prioridad del gobierno.

“FÁCIL” DE RESOLVER.

Noé Zavaleta refiere que quien llegue a la presidencia el próximo gobierno tendrá que entrarle al toro por los cuernos o el problema seguirá creciendo.

–¿Cómo se podría atajar el problema? ¿Cuál es el plan inmediato para resolver y cambiar este panorama?

–Es facilísimo, muy sencillo: terminar los amasiatos entre policías estatales, municipales y fiscales con el crimen organizado. La mayoría de las desapariciones que narro tiene participación de estas complicidades, una sociedad conyugal que parece casi inseparable. En cuanto termine, las desapariciones bajarán considerablemente. Al cortar estas ligas y los policías dejen de estar en la nómina de los cárteles, ahí cesarán por completo.

Por otra parte, para la identificación también hay un plan de trabajo “fácil”, señala. “Hay miles de cuerpos en fosas comunes de los panteones municipales con claves ‘NI’ (No Identificados), miles de cuerpos en las congeladoras de los servicios médicos forenses. Cuando tengamos este presumido y no logrado Banco nacional de datos de ADN de desaparecidos y se cotejen con estos cuerpos no identificados y en fosas, se podrá avanzar. Hay que ser realistas, habrá algunos miles que nunca los van a encontrar por la forma en que los criminales eliminaron los cuerpos, a veces de forma salvaje, pero muchos más sí".

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