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El tiempo como recurso de características únicas

Dependiendo de cada persona el tiempo puede ser un elemento a favor o de igual manera convertirse en un flagelo o en momentos de más agrado o júbilo

voces de la uam

El reloj de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe en el Centro Histórico de Mexicali.

El reloj de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe en el Centro Histórico de Mexicali.

Al iniciar 2023 es interesante hacer un ejercicio reflexivo acerca del tiempo como elemento central en la vida de los seres humanos contemporáneos.

En el ámbito de la Administración, resulta de particular relevancia el concepto de eficiencia, como un indicador del uso de los recursos para la obtención de los resultados. En ese sentido cobra interés el cuidado de muchos insumos, como pueden ser la materia prima, los materiales o el empleo de la mano de obra. En todo ello, es notorio el énfasis en cuidar los recursos monetarios, por cuanto en ellos es en lo que terminan convergiendo todos los inputs involucrados.

Una vez que se ha hecho esa reflexión respecto de la manera de evaluar la eficiencia en el uso de los recursos, resulta un tanto paradójico el hecho de que normalmente se pasa por alto un recurso de características que lo hacen único respecto de todo lo demás: El tiempo.

En muchas ocasiones se vuelve implícita su inclusión, toda vez que en la mayoría de los costos fijos, éstos se tasan por unidades temporales. De igual manera, las sanciones en el caso de proyectos, muchas ocasiones se penalizan por unidad temporal de retraso. De manera más explícita, se considera a este elemento único, como parte de las características a controlar y evaluar en el caso de los proyectos y su administración.

Mucho de esta situación debe apreciarse a la luz de lo acontecido durante el confinamiento al que orilló la pandemia por Covid-19. Evidentemente ésta tuvo efectos devastadores en muchos aspectos de la vida de una gran mayoría de la población mundial, en lo general, y mexicana en lo particular. Ello se tradujo en desempleo, una brutal caída en la actividad económica y otros elementos derivados de un entorno poco favorable para el grueso de las personas.

Hay una experiencia que parece ser rescatable dentro de todo este horizonte de desolación que ha dejado la pandemia: el carácter de revalorización del tiempo, como un recurso de gran importancia para los seres humanos. Mucha gente redujo significativamente sus tiempos de traslado, ya sea por la notoria disminución en el tráfico y consecuentemente en los tiempos de traslado, o bien, por no tener que trabajar in situ, sino a través de una modalidad remota. Todo ello en mayor medida en las grandes ciudades, donde la relación distancia-tiempo se encuentra totalmente rebasada, volviendo a la gente más aislada por las imposibilidades que la poca movilidad genera en sus agendas sociales. Baste decir que en muchos casos los promedios de velocidad de traslado son cercanos a los 10 kilómetros por hora.

En tal sentido, esta “liberación” de tiempos de recorrido pudo ser canalizada hacia una mejor utilización del tiempo, tanto en espacios de entretenimiento, convivencia familiar, superación personal o simplemente en su uso por motivos de simple y llano ocio.

Luis Fernando Muñoz González.

Luis Fernando Muñoz González.

Dependiendo de cada persona el tiempo puede ser un elemento a favor o de igual manera convertirse en un flagelo o en los momentos de más agrado o júbilo de una persona, hasta pareciera que las cosas fluyen de manera muy rápida. Así se tiene el caso de unas vacaciones, una velada, o una reunión familiar muy esperada. Por el contrario, hay otros momentos que pareciera que el reloj caminara muy lentamente. Tal es el caso de tener un ser querido en una situación de enfermedad terminal, el velorio de algún familiar o amigo entrañable, o incluso el encarcelamiento.

Un aspecto que resulta interesante lo constituye el hecho de que a manera de corolario, por todo lo anterior, se debe atender a un uso mucho más armónico del tiempo. Ello, además por el hecho de que este recurso no es reversible, ni tampoco acumulable.

En muchas estadísticas se aprecia el severo hueco dejado por la caída en el PIB, mismo que paradójicamente es el que redundó en una mayor disponibilidad temporal de las personas.

El uso del tiempo es una responsabilidad compartida. Esto se da principalmente en la mayoría de las actividades humanas, donde se da la interacción entre dos o más personas. Es así que se deben armonizar los esfuerzos de puntualidad de las personas, toda vez que ante un retraso en una de ellas, la otra dejará de usar de manera racional su tiempo, en lo que más le plazca o requiera.

Otro elemento de gran relevancia a considerar en esta revisión del “Cronos” es su valoración en diferentes etapas del ciclo de vida. En ese sentido, en fases tempranas de la vida humana, el tiempo pareciera fluir sin mayor preocupación. Entre tanto, conforme va avanzando la vida, las personas parecen ser conscientes, al menos en su mayoría, de la inelasticidad de la variable temporal, por lo que resulta más apremiante su aprovechamiento pleno.

De acuerdo a su uso, se ha señalado que el tiempo puede ubicar diversas actividades del ser humano, en términos de dos variables: Importancia y urgencia. Muchas veces la interacción con la gente hace que prevalezca el criterio de urgencia sobre el de importancia. Dentro de esa tergiversación juegan un papel central las asignaciones temporales que hacen que este valioso recurso de características sui géneris se utilice de una manera poco racional, a la luz de las prioridades de cada persona.

El tiempo en retrospectiva, hacia atrás, es un mero recuerdo y un recuento de hechos. Revive lo bueno y lo malo. Hacia adelante, como prospectiva, marca una pauta interesante para el proceso de planeación, aunque puede reducir la factibilidad de realización de las cosas, o bien convertirse en un elemento de obstinación mal calculada.

El tiempo es una variable que solamente el ser humano parece ser capaz de identificar, valorar e integrar en su vida cotidiana, así como en el mediano y largo plazos. Vale la pena la reflexión sobre su impacto y relevancia, toda vez que siempre estará vinculado al desarrollo de las actividades de la sociedad contemporánea.

*Profesor-investigador del Departamento de Producción Económica, de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana.