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El Tren Interoceánico y los sueños rotos

El TI no suscitó el interés de los partidos ni de los políticos ni de los empresarios mexicanos y extranjeros

voces de la uam

El interoceánico se construye sobre el tendido del viejo tren.

El interoceánico se construye sobre el tendido del viejo tren.

El Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (TI), de Salina Cruz, Oaxaca, a Coatzacoalcos, Veracruz, atraviesa una franja estratégica del país que estuvo en el radar de los norteamericanos antes del Canal de Panamá. Con el abandono del tren de pasajeros que comunicó e impulsó a esa región, se apagaron hasta los sueños.

Ese territorio rico en biodiversidad, productor de ganado, maíz y frutas tropicales, solo tiene una pequeña carretera libre, antes siempre en malas condiciones, para comunicar a la Ventosa, Oaxaca, con Sayula de Alemán, Veracruz, unos 180 km. Así, cruzar del Golfo al Pacífico o del Pacífico al Golfo, en autobús o en auto, era una verdadera osadía, tal vez una odisea. Esa pequeña carretera se fue convirtiendo también en la calle principal de las poblaciones que atraviesa porque era el único camino pavimentado.

Escasos autobuses locales que se descomponían cada cierto tiempo y una carretera que no daba chance de disfrutar el viaje, se combinaban apara ahuyentar cualquier espíritu aventurero. La temperatura es poco amigable. Húmedo, a veces muy lluvioso, y siempre un Sol que imprime en las personas un color azulado. Cuando en la CDMX se habla de “golpe de calor”, a 31 grados centígrados a la sombra, allá es como en invierno. Eso no los salva de los mosquitos, moscos, zancudos, garrapatas. Se mueven caminando a sus parcelas, ranchos y a su jornal, o a caballo o como puedan, porque tampoco hay rutas adecuadas todo el tiempo. Si llueve, pues en el lodo.

El poeta español, Miguel Hernández (1910-1942), hizo del campo su medio de vida, aunque sólo durante un tiempo, y siempre acompañado de un lápiz y una libreta. El niño yuntero, del que tomo algunos fragmentos, ayuda a comprender:

Nace, como la herramienta,

a los golpes destinado,

de una tierra descontenta

y un insatisfecho arado.

A lo largo de la carretera, entre Sayula y Palomares, Oax., hay unos tres o cuatro ranchos ganaderos, más o menos desarrollados, pero nada parecidos a los de las películas clásicas mexicanas ni a los que hay en Texas. Entre Matías Romero y La Ventosa, existe un conjunto sucesivo de pequeños poblados y, carretera adentro, a ambos lados, están otros pequeños poblados a los que se llega por caminos de terracería o por alguna otra pequeña ruta.

Empieza a vivir, y empieza

a morir de punta a punta

levantando la corteza

de su madre con la yunta.

Con ser uno de los grandes proyectos nacionales, el TI no suscitó el interés de los partidos ni de los políticos ni de los empresarios mexicanos y extranjeros. La explicación es, seguramente, que se trata de una región donde no vieron réditos económicos. Se entiende. Sin autopistas, sin siquiera una carretera transitable, sin ferrocarril, ni aeropuertos, ni puertos marítimos, es más, sin señal para teléfonos celulares, no hay oportunidades de negocios.

Por eso tampoco hay desarrollo industrial, no podía haberlo en esas condiciones. No hay inversor que meta su capital a la construcción de infraestructura básica, no es redituable. Si los Gobiernos no lo hacen, encuentran siempre otras opciones, en otros lados. A eso se debe el estancamiento de esa parte del territorio nacional. Lo único que destaca por ahí, tampoco en abundancia, pero con suficiencia, son las cerveceras.

La señal de teléfono celular es por tramos; los centros de auxilio carretero, inexistentes; los servicios públicos, como drenaje y agua entubada, escasos, y los bloqueos de la carretera principal, por movimientos de protesta, muy frecuentes, sobre todo en período de vacaciones o en días festivos.

La información y discusión de aquel proyecto del gobierno federal, en la prensa nacional, ha sido muy escasa. Únicamente se difunde algún bloqueo de las obras o algún reclamo relacionado o no con esas obras. Imperan, sin embargo, las exigencias que se hacen al gobierno, de resolver conflictos no atendidos por los anteriores gobernantes.

En esa ruda realidad, se diluyen los sueños de los padres que quieren una mejor vida para sus hijos; los de los hijos que tienen que contribuir al sustento familiar; los de las niñas que desde la adolescencia encuentran pareja esperando cimentar su futuro. Y el círculo se reproduce en un eterno recomenzar.

Contar sus años no sabe,

y ya sabe que el sudor

es una corona grave

de sal para el labrador.

Los niños miran los autos que pasan por ahí y sienten que en ellos viajan los sueños rumbo a lugares desconocidos. Así van viviendo, hasta que las limitadas condiciones van estrechando incluso sus sueños. Tal vez el TI también les proporcione incentivos y herramientas para una mejor calidad de vida y les aporte la riqueza del conocimiento y de otros horizontes. Tal vez el TI sea el verdugo de esa cadena.

Me duele este niño hambriento

como una grandiosa espina,

y su vivir ceniciento

revuelve mi alma de encina.

El interoceánico se construye sobre el tendido del viejo tren. Se proyectan, además, 10 parques a vocación industrial y agrícola. La primera etapa entrará en funciones antes de que termine 2023. Empresarios, pequeños productores y personas comunes tendrán abierta una formidable vía de comunicación que los unirá con Europa y el Este de los EUA, a través del Golfo de México, y con Asia, por Salina Cruz.

Me da su arado en el pecho,

y su vida en la garganta,

y sufro viendo el barbecho

tan grande bajo su planta.

Entre la construcción del puerto marítimo de Salina Cruz y el de Coatzacoalcos, pasando por las obras del interoceánico y la ampliación de la carretera, el impulso económico de la región es visible por la importante inversión pública y la mano de obra empleada. Transporte de personas, de materiales, venta de comida, renta de alojamiento están modificado el panorama. Si a eso se suman los programas de apoyo directo, entre otros, las Becas a niños y jóvenes de escuelas públicas, se va dibujando otro país, el de las oportunidades que establezcan las bases para renovar los sueños.

Ricardo Espinoza Toledo.

Ricardo Espinoza Toledo.

*Profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana