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Como el viento, la presencia de Rafael Navarro no se ve, pero se siente: Fabiola Aceves

Se cumple el primer aniversario luctuoso del científico. El Premio Crónica es el único mexicano cuyo nombre fue designado por la NASA a una montaña de Marte

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Rafael Navarro diseñó experimentos para que robots exploradores de la NASA puedan identificar aminoácidos presentes en el suelo de Marte.

Rafael Navarro diseñó experimentos para que robots exploradores de la NASA puedan identificar aminoácidos presentes en el suelo de Marte.

UNAM

Sólo un mexicano ha sido reconocido con el honor de que una montaña del planeta Marte lleve su nombre: Rafael Navarro González, astrobiólogo mexicano que hizo grandes contribuciones en la búsqueda de rastros de vida en el planeta rojo. Hoy, a punto de que se cumpla un año de su deceso, por COVID19, el legado del profesor, científico, padre, abuelo y esposo sigue presente y generando frutos, como comparte con los lectores de Crónica, Fabiola Aceves Díaz, viuda del investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Mi nieta, de 5 años, me preguntaba dónde estaba su abuelito. Al principio le dije que estaba en el cielo, pero cuando ella me pidió enseñarle en qué parte del cielo estaba, para poder verlo, le expliqué que ahora es como el viento, que te puede tocar, aunque no lo veas”, explicó la compañera de vida del hombre que ayudó a diseñar experimentos para que los robots exploradores de la NASA puedan identificar aminoácidos presentes en el suelo del Planeta Rojo.

Rafael Navarro estudió Biología, en la Facultad de Ciencias de la UNAM; a los 25 años se casó con Fabiola Aceves y juntos viajaron a la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, donde obtuvo el grado de Doctor en Química. Más de una década vivieron en el país vecino, haciendo largos recorridos en auto, hasta México y Canadá, acompañados con sus dos hijos, Rafael y Karina. Se mudaron a Boston, para trabajar con el doctor Mario Molina, y después regresaron a México.

“Rafael era un hombre que sabía escuchar. Eso es fundamental para cuidar a una pareja y a una familia, pero también fue fundamental en su vida para conocer a grandes colegas que siempre le proponían cooperar, en lugar de competir. Era un hombre que sabía que los planes no se cumplen como uno los planea y gracias a que podía cambiar llegó a reorientar su interés original en estudiar relámpagos volcánicos a su pasión por buscar rastros químicos de la vida en Marte”, agrega.

Fabiola Aceves dice que el trabajo de su esposo sigue germinando porque nunca pensó ni trabajó solo, eso ha permitido que colegas jóvenes y veteranos acrecientes las líneas de investigación que compartieron; mientras que en el círculo familiar son sus hijos, nieta y ella misma quienes siguen cultivando valores que siempre rinden frutos, como escuchar, estar dispuestos a cambiar el punto de vista cuando es justificado, privilegiar el cuidado de la familia por encima de cualquier proyecto individual y, sobre todo, entender que nada se logra solo ni sobrevive a largo plazo solo.

El sentido de la Fundación.

En abril de 2021 la familia y colegas del astrobiólogo mexicano informaron que integrarán una Fundación que ayude a fomentar las vocaciones de niños y jóvenes para estudiar carreras relacionadas en ciencia y tecnología. Fabiola Aceves explicó a Crónica que el proyecto se ha detenido por el contexto de la pandemia y por la planeación para colectar fondos. Adicionalmente apuntó que no sólo se trata de fortalecer la vocación científica de los jóvenes, sino de ayudarles con otro tipo de habilidades:

“Rafael y yo observamos, a lo largo de los años, que había jóvenes con mucha vocación y deseo de crecer pero que enfrentaban otro tipo de dificultades para seguir adelante en sus carreras, como el no hablar suficiente inglés o no tener habilidades de comunicación para tomar la palabra, expresar sus temas o sus ideas. La Fundación que queremos construir podría ayudar a fomentar las vocaciones de manera más integral, aprovechando todo lo que aprendimos al conocer a tantos jóvenes mexicanos luchando por crecer en los campos que les apasionaban”, detalló la mujer que convivió 36 años con el investigador universitario.

Su nombre en el planeta Marte.

Fabiola Aceves le decía su esposo: Un día tu nombre va a estar en Marte. No sé cómo, pero yo lo sabía porque él trabajaba día y noche. A veces despertaba en la noche y decía ‘Fabi, se me acaba de ocurrir algo’, y nos veníamos al estudio y se ponía a trabajar hasta la madrugada. Yo me traía una cobijita y le ayudaba en lo que podía. Era una mente brillante, quizá fue un sabio. Yo lo veía y sentía electricidad. Fuimos muy felices.

Premio Crónica.

En el año 2012, el doctor Rafael Navarro recibió el Premio Crónica en el área de Ciencia y Tecnología. El galardón le fue entregado en reconocimiento de su gran trayectoria y aportes como científico, además de ser uno de los docentes cuya labor fue sustancial para la formación de generaciones de investigadores en la UNAM.