Cultura

Adolfo Castañón recopila cinco siglos de literatura guadalupana

Luego de cinco años de intenso trabajo, el escritor, académico y ensayista Adolfo Castañón (México, 1952) concluyó una tarea titánica que, comenta emocionado, hoy lo deja más que satisfecho.

Lo dice mientras presume su libro antológico Arca de Guadalupe (Jus) en el que recopiló gran parte de la literatura que se ha escrito los últimos cinco siglos en torno a la Virgen de Guadalupe, desde el texto fundacional Nican mopohua, de Antonio Valeriano, pasando por obras de Octavio Paz, Alfonso Reyes, Paul Leduc o Andrés Henestrosa, hasta letras de canciones de grupos como Botellita de Jerez, el Tri o Los ángeles azules.

“La idea de este ejercicio antológico era hacer una selección de poemas guadalupanos que diera cuenta de la perspectiva contemporánea, por eso me di el lujo de incluir canciones de grupos actuales y obra de autores jóvenes como César Arístides.

Junto a estos, incluyó también un texto de Ricardo López Méndez, el autor, entre otras obras, del credo nacional “México, creo en ti”, así como fragmentos de textos de Carlos Pellicer, Javier de Icaza, Rodolfo Usigli y Fernando Benítez, por mencionar algunos.

Eso por el lado contemporáneo, sin embargo el libro también incluye importantes textos antiguos que habían sido omitidos por las dos obras (ninguna editada actualmente) que preceden el libro de Castañón: un cancionero guadalupano del sacerdote Jesús García Gutiérrez, y unos tomos de poesía del padre-poeta Joaquín Antonio Peñalosa.

Uno de los textos que rescata es el Nican mopohua —que aparece bajo una traducción de Miguel León Portilla—, con el que Antonio Valeriano funda literaria e institucionalmente la devoción a la Virgen de Guadalupe entre los indígenas.

“En el Nican mopohua se traspasaron una serie de valores que estaban en la poesía cristiana occidental, para ser injertados en la sensibilidad indígena náhuatl.

“Ese dispositivo verbal, esa máquina literaria fraguada por Valeriano, es en cierto modo el referente simétrico de la tilma milagrosa de la Virgen de Guadalupe, porque es en ese texto donde hace un ejercicio muy delicado de trasvase de la sensibilidad cristina occidental para que se reconcilie y se funda con la sensibilidad náhuatl indígena”, explica Castañón.

—El interés por la Virgen sigue vigente...

—La devoción guadalupana es oceánica, absolutamente abrumadora, tanto fuera de México como en el extranjero. No hablo sólo en términos religiosos, sino también literarios.

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