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Conservando la biodiversidad amenazada mediante áreas protegidas comunitarias y privadas

. En México, las APs no gubernamentales son menos numerosas y mucho más pequeñas que las APs gubernamentales, sin embargo, su papel para la protección de la biodiversidad resulta relevante

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Bosque en área protegida comunitaria.

José Luis Aguilar López

Las Áreas Protegidas (APs) son el instrumento a nivel global más difundido y efectivo para la conservación de la biodiversidad en su estado natural. A la fecha, 188 países alrededor del mundo poseen al menos una AP; sin embargo, la extensión del área protegida con respecto al territorio total varía considerablemente entre países, desde el 54% hasta 0.1%. Una centena de países están por debajo de la sugerencia internacional de proteger el 17% de su territorio. México está cerca de cumplir con esta cifra sugerida, tiene poco más de 1,200 APs terrestres que abarcan cerca del 15% del territorio nacional.

Las APs en México se pueden distinguir según diferentes criterios. Uno de los criterios más empleados es su tipo de administración, dividiéndose en áreas gubernamentales y áreas no gubernamentales. La primera categoría comprende a las reservas que están a resguardo de los gobiernos federal, estatal o municipal, mientras que las segundas son aquellas administradas y resguardadas por una persona o por grupo de personas, por ejemplo, por un propietario particular o bien, por una comunidad. Las APs gubernamentales se originan mediante un decreto por parte de las autoridades gubernamentales, mientras que las APs no gubernamentales son creadas por iniciativa o voluntad de los propietarios o de la comunidad, y tienen reconocimiento ante la ley, por parte del gobierno.

En el país, las APs gubernamentales son más numerosas y de mucho mayor tamaño que las APs privadas y comunitarias. Las casi 700 APs gubernamentales abarcan en conjunto 283,893 km2, esto es cerca del 14.6% del territorio nacional, mientras que las 530 APs privadas y comunitarias abarcan en total 10,588 km2, lo que significa solo el 0.5% del territorio nacional. La mayoría de estas APs no gubernamentales se concentran en los estados de Oaxaca, Guerrero, Hidalgo y Quintana Roo.

A pesar de su extensión relativamente pequeña, las APs privadas y comunitarias parecen estar jugando un papel relevante en la conservación de la biodiversidad, particularmente, en la protección de la biodiversidad amenazada o en peligro de extinción. Un ejemplo de ello es el caso de los anfibios (ranas, sapos, salamandras, cecílidos), el grupo de vertebrados terrestres más amenazado a nivel mundial. En México, de las 418 especies de anfibios que habitan en el país, el 56% se consideran amenazadas. La gran mayoría de estas especies amenazadas tienen una distribución espacial muy reducida y sólo habitan en áreas o regiones específicas del país. Del total de especies amenazadas (234), el 59% habita (parcial o totalmente) en alguna AP, el 48% habita en alguna AP gubernamental, mientras que el 18% habita en alguna AP privada o comunitaria. Es decir, en una extensión 27 veces menor (el área de las APs no gubernamentales con respecto a las APs gubernamentales) habita una de cada cinco especies de anfibios en peligro de extinción, mientras que en las APs gubernamentales, habitan una de cada dos especies amenazadas.

Al parecer, el papel relevante que desempeñan las AP privadas y comunitarias para los anfibios amenazados se relaciona con su ubicación en el territorio nacional, ya que un gran número de estas reservas coincide con áreas que concentran una alta diversidad de especies, como los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas e Hidalgo. Además, generalmente las APs privadas y comunitarias tienen una mayor proporción de su territorio en buen estado de conservación, presumiblemente porque los propietarios o comunidades tienen una mejor vigilancia y cuidado o manejo de los espacios que protegen.

Una porción relevante de las especies de anfibios amenazados que no se encuentran actualmente dentro de alguna AP podría ser protegida mediante APs privadas o comunitarias. Un sistema de reservas relativamente pequeñas, como las APs no gubernamentales, podría ser altamente eficaz para proteger especies en peligro con distribución restringida, como los anfibios, pero también podría proteger a especies en riesgo de otros grupos biológicos que habitan en el mismo espacio. El establecimiento de AP privadas y comunitarias en sitios de alta riqueza de especies, pero particularmente en sitios con alta riqueza de especies amenazadas, es una herramienta complementaria que podría ayudar a proteger gran parte de la biodiversidad amenazada en el país.

* Red de Biología y Conservación de Vertebrados

Instituto de Ecología, A.C.