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Asunción Izquierdo, la mujer que escribía escondida en un clóset

La Colección Vindictas rescata parte de su obra y publica la novela “Cena de cenizas”, escrita en 1975

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La escritora Asunción Izquierdo Albiñana.

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Asunción Izquierdo Albiñana fue una escritora mexicana que estuvo en el olvido 50 años y ahora la Colección Vindictas de la UNAM rescata parte de su trabajo con la publicación de la novela “Cena de cenizas”, una historia escrita en 1975 que narra una rebelión estudiantil, la decisión de abortar y el por qué una computadora controla a una sociedad.

“Asunción creció en San Luis Potosí, su madre y padre migraron de España y su padre tenía una librería, ahí ella se formó como escritora. Las primeras obras que publicó fueron ‘Caos’ y ‘Andréïda o el tercer sexo’, bajo su nombre real. En aquel momento ya se había casado con Gilberto Flores Muñoz pero todavía no era un político renombrado”, indica Francesca Dennstedt, investigadora en Southern Illinois University-Carbondale.

Este político le prohibió escribir a Asunción por lo que la autora usó diversos seudónimos para engañar al marido, pero cada que la descubría, ella se inventaba uno más.

“También escribía a escondidas en un clóset con una máquina de escribir. Ana Mairena es el seudónimo que utilizó más tiempo, lo mantuvo sé si por gusto o porque el esposo no lo descubrió”, comenta Dennstedt.

El primer libro que la investigadora leyó de Asunción Izquierdo fue “Los extraordinarios”, encontró un ejemplar en una librería de viejo cuando estudiaba la licenciatura en literatura.

“En aquella época me interesaban escritoras mexicanas. Cuando terminé la novela me dejó un sabor de boca extraño porque no entendí mucho, sin embargo, había algo que me atraía. Años después leí un libro de un académico estadunidense donde menciona a Andréïda y a Ana Mairela: ahí me cayó el veinte que era la misma escritora”, narra.

Entonces Dennstedt releyó “Andréïda o el tercer sexo” y le sorprendió que una escritora de los años 30 del siglo pasado hablara de un personaje andrógino con ideas feministas.

“Releí ‘Los extraordinarios’, obra que quedó como finalista del premio Biblioteca Breve de 1960, busqué más de sus novelas y me di cuenta que había escrito bastante con seudónimos, siete novelas, además de que publicó cuentos y tuvo una columna en un periódico de la época”, detalla.

- ¿Es novedoso que en Cena de cenizas ella hable de la matanza de 1968?

El 68 y la crítica, en la década de los 70, fueron importantes, entonces no fue tan novedoso en una cuestión de tema, pero sí una mirada marcada por el género, que remarca la violencia patriarcal.

“También es un libro que aborda los temas políticos no desde una crítica testimonial o directa como quizá lo hacían otros escritores de la época, lo hizo a través de un estilo diferente: usó recursos formales desde cambio de voces hasta muchas temporalidades, combinó novela realista e histórica, es decir, combinó géneros dentro de la novela que la hacen singular”.

Un sello de Asunción Izquierdo Albiñana es el humor, añade. “Su manejo de la ironía, de un humor negro que no termina de serlo, es un humor muy pretencioso pero muy rico y es un elemento que marca sus libros”.

- ¿Tuvo relación con autores contemporáneos a ella?

Asunción empezó a publicar en los años 30 y la profesionalización de la escritura de mujeres en México sucedió hasta entrada la década de los 50, entonces sus primeras décadas de escritura probablemente no tenía relación con mucha gente.

“Después de la profesionalización de la escritura quizá ciertos grupos o nombres se relacionaron pero ella nunca lo estuvo, sé que varios críticos de los 70 la han nombrado en diccionarios y enciclopedias, sí la leían pero ella estaba aislada del mundo literario, quizá se conoce más por sus columnas pero no creo que haya tenido relación literaria con alguien más por su condición de vida y por la limitante que tenían las mujeres escritoras en aquella época”.

ASUNCIÓN VIVIÓ ENTRE LIBROS.

Asunción Izquierdo Albiñana (San Luis Potosí 1910 - Ciudad de México 1978). Haber crecido en la librería que fundó su padre, rodeada del ambiente intelectual, sentó las bases de su carrera literaria. Debió ser una lectora feroz, su escritura lo demuestra. Sus dos primeras novelas “Andreída. El tercer sexo” (1938) y “Caos”, 1940 fueron firmadas con su nombre, pero en las siguientes, “La selva encantada” (1945), “Taetzani” (1946) y “La ciudad sobre el lago” (1949) se vio obligada a usar diferentes seudónimos. Su novela “Los extraordinarios”, quedó finalista del premio Seix Barral en 1961. “Cena de cenizas” (1975) fue su última novela.