Cultura

Jonathan Franzen: Perdí la fe en el progreso y la razón para tener un mundo mejor

El escritor estadunidense presenta su novela "Encrucijadas", el inicio de una trilogía sobre la sociedad americana de los últimos 30 años


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Encrucijadas se sitúa en 1971, una época muy especial en la cultura de Estados Unidos, dice Jonathan Franzen.

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“He perdido la fe en el progreso y en el poder de la razón. He perdido la fe en que la razón haga del mundo un lugar mejor porque si hace 30 años éramos personas racionales hubiéramos mirado la evidencia científica y hubiéramos hecho algo pero no lo hicimos y ése fue el último y mayor fracaso de la racionalidad”, expresó Jonathan Franzen (Western Springs, Illinois, 1959) en conferencia de prensa con motivo del lanzamiento de su nueva novela Encrucijadas.

La obra editada por Salamandra pretende ser la primera entrega de una trilogía sobre la sociedad americana de las tres últimas décadas y es narrada a través del matrimonio entre Russ Hildebrandt y Marion, así como de sus cuatro hijos.

“Encrucijadas se sitúa en 1971, una época muy especial en la cultura de Estados Unidos, antes la gente se casaba y el matrimonio duraba toda la vida aunque no fueran felices y mis padres son un ejemplo, pero a principios de los años 70 empezaron los divorcios, muchos, también fue el principio de la conciencia feminista por parte de esas esposas”, destacó.

En la novela aparece un padre que se gana el sueldo como segundo pastor de una iglesia y aunque no es muy inteligente como su mujer, él es quien recibe toda la atención y quien gana un sueldo cuando ella es totalmente invisible.

“Es una novela sobre las creencias religiosas y las mitologías actuales que no son religiosas. Miro a mi alrededor y veo en Estados Unidos a personas que piensan que las vacunas son más peligrosas que el coronavirus, veo que un tercio de la población piensa que Trump ganó las elecciones de 2020 de calle y luego esas mitologías sobre personas que hacen ritos satánicos y abusan de niños”, expresó Franzen.

“¿Cómo se relaciona todo esto con la situación de este mundo que se deteriora? La gente está cada vez más asustada, sufre tensiones económicas, ahora sufre tensiones por culpa de la pandemia y las personas cuando tienen problemas suelen buscar narrativas que expliquen las cosas, que los tranquilicen”, dijo.

El autor de Las correcciones considera que la gente sabe que la vida actual no es sostenible, pero se aferran a lo contrario.

“Los reformistas y los activistas piensan que los seres humanos pueden mejorar y mejorar pero mis pies están muy enraizados en una literatura que tiene una visión más trágica y que piensa que la gente no cambia o parece que cambian durante una temporada pero luego vuelven a hacer lo mismo que antes”, afirmó.

La historia es como si nos hiciera trampas constantemente, añadió Franzen.

“Te hace pensar que hay progreso y después llegan los genocidios, en el siglo XX los hubo al igual que cosas más locales en Estados Unidos, por ejemplo, el auge de políticas nacionales de corte fascista, si hubiera un verdadero progreso ¿no habríamos aprendido ya la lección de que el fascismo es malo? En cambio es algo recurrente y esa continuidad de los bueno y malo es un poco materia prima para la literatura”, cuestionó.

FRACASOS. 

Franzen mencionó que otro elemento para la literatura son los fracasos. “Si la gente no cometiera errores los novelistas se quedarían sin trabajo. Es divertido mirar el fracaso porque los errores son hilarantes. Cuando las personas fracasan aterrizan fuera de su zona de confort y empiezan a comportarse de modos interesantes. Cualquier persona que se equivoque encontrará un lugar en los libros que escribo porque ése es también mi hogar”, dijo.