Opinión

Apuntes frívolos: racismo y monarquía

Apuntes frívolos: racismo y monarquía

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La filtración episódica, y hasta antier parcial de la carta que el Presidente le envió a “su majestad” Felipe VI o Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y de Grecia, puso al descubierto algunas cañerías por las que fluyen pensamientos racistas, tanto en España como en nuestro propio país. También reabrió antiguos debates que con alguna regularidad se reciclan, se intensifican y oscilan, como el péndulo, de derecha a izquierda.

Entre la risa y la pena ajena causaron una serie de mensajes que desde sus redes dispararon varios súbditos mexicanos que le salieron al paso al atribulado hijo del “caza elefantes” (Carlos Ferreyra, dixit), algunos de ellos con intereses en empresas o bancos españoles, según revelaciones de Alfredo Jalife Rahme.

La mayoría de estos vasallos clasemedieros son consumidores del Hola y envidiosos aspiracionales de quienes figuran en las ridículas páginas de la publicación por donde se cuelan los chismes de la realeza española o de su corte global, como aquel por el que nos enteramos que Mario Vargas Llosa se había separado de su mujer poco tiempo después de haber derramado lágrimas de cocodrilo por ella durante la entrega del merecido premio Nobel de Literatura.

Ni modo: en las ciencias y en el arte, el comportamiento reaccionario a veces va tomado de la mano del talento transformador o creativo.

Esa “bola ensalivada” lanzada por el tabasqueño, me recordó también que mientras Rafael Cabrera hojeaba el Hola en la fila del súper, se gestó la idea del reportaje bomba que cimbró la presidencia de Peña Nieto: La Casa Blanca, cuyas repercusiones ­desatarían la furia del neoporfirismo y el silencio de colegas fifís y no fifís. Los términos, aunque puedan no agradarnos, estarán circulando por un rato y hay que tomarlos con humor, pese a los actos de exhibicionismo de algunos cretinos que también destilan por Twitter su incompetencia.

En otras palabras, el modelo monárquico ha extendido su base de operaciones a otros dominios como el periodismo. Aunque en México, conforme transcurren las generaciones, se va tornando cada vez más chafa. ¿O serán capaces de negarme las galaxias que separan a aquél simpático y bonachón avistador de ovnis, y los seres cuasi extraterrestres que representan en la actualidad a la dinastía que heredó el apellido?

Lo cierto es que más allá de las disculpas, la Conquista existió y muchos pueblos indígenas siguen padeciendo sutiles, bárbaras o demagógicas formas de desprecio colonialista.