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Maduro festeja con militares seis años en el poder… pero la calle es de Guaidó

Señaló también que con su victoria del 14 de abril de 2013 frente a Henrique Capriles, denunciada por la oposición y parte de la comunidad internacional por fraude, el pueblo venezolano “ratificó su lealtad” a Hugo Chávez, y piensa permanecer en el poder como mínimo hasta 2024.

Maduro festeja con militares seis años en el poder… pero la calle es de Guaidó

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cumplió este domingo seis años en el poder, en plena crisis humanitaria por la dura crisis económica y la falta de alimentos y servicios de salud, pero contento por haber resistido y sobrevivido a la presión de la oposición, el aislamiento diplomático y las sanciones de EU para forzarlo a que renuncie. “Han sido 6 Años de Unidad, Lucha, Batalla y Victoria. La Patria sigue”, expresó el líder chavista en su cuenta de Twitter.

Señaló también que con su victoria del 14 de abril de 2013 frente a Henrique Capriles, denunciada por la oposición y parte de la comunidad internacional por fraude, el pueblo venezolano “ratificó su lealtad” a Hugo Chávez, y piensa permanecer en el poder como mínimo hasta 2024.

Pese a cantar victoria, Maduro lo tuvo que hacer de nuevo en un cuartel militar, donde todavía encuentra lealtad suficiente para mantenerse en el poder.

La calle, por el contrario, pertenece a su rival, el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó. Ayer, el líder opositor se dio un baño de masas en Maracaibo, capital del estado petrolero de Zulia y segunda ciudad de Venezuela.

Días después de los graves saqueos y disturbios, debido a los apagones, la ira de los habitantes de Maracaibo se transformó en alegría desbordada para recibir a quien consideran el único que realmente puede sacar al país del agujero negro donde los metió Maduro.

Tras fracasar la entrada de ayuda humanitaria y la petición a los militares para que abandonen a Maduro, Guaidó espera mantener viva la esperanza en la calle y que sea el otro bando el que tire la toalla, sin tener que recurrir a soluciones mucho más dramáticas y peligrosas como una intervención armada.