• México tiene la razón en reglas de origen • Mazda, primer lugar en satisfacción al cliente • Del Valle, detenido porque no pagó un crédito
De no llegar a un acuerdo en la fase de consultas para resolver el diferendo entre México y Estados Unidos sobre la interpretación de las reglas de origen en el sector automotriz y en el caso de que un panel de controversias otorgue la razón a Estados Unidos la industria mexicana sufrirá un fuerte impacto, pero sobre todo cambiará las reglas del juego que históricamente han regido la relación comercial.
El punto es muy importante y de principio la Secretaría de Economía, que dirige Tatiana Clouthier, tiene la razón; sin embargo, un resultado negativo restaría el interés de México por mantenerse dentro del T-MEC, dado que perdería el atractivo en el sector de manufactura.Alejandro N. Gómez Strozzi, socio de Foley Arena, hace un análisis de las potenciales consecuencias y explica que “la regla de origen establece que las partes esenciales de un vehículo (motor, chasis y carrocería, ejes, transmisión, sistema de suspensión, dirección y baterías de litio), deberán llegar a un 75% de contenido regional. Conforme a lo acordado por los negociadores del T-MEC, si se cumple con ese porcentaje, automáticamente el 100% de dichas partes contribuye al valor de los vehículos en los que serán utilizadas".Estados Unidos ha interpretado de manera distinta lo acordado y no reconoce que el 100% de su valor se considere como originario de Norteamérica. De tal forma, si se exporta una parte esencial para ser incorporada a un vehículo en la región, cualquier porcentaje que no se considere como originario, digamos el 25% restante, no debería de contabilizarse para que dicho vehículo cumpla a su vez con el valor de contenido regional.
“Esto es problemático para México, porque si no podemos contar con el 100% del valor de la producción de autopartes esenciales, cuando éstas efectivamente cumplen con las reglas de origen acordadas en el T-MEC, nuestras exportaciones perderían el atractivo de contribuir en toda su importancia con la manufactura automotriz de la región”, explica el socio de Foley Arena.
“¿Para qué voy a producir un motor de automóvil en la región de Norteamérica cumpliendo con la regla de origen del T-MEC y observando todas sus obligaciones adicionales, si al final esa pieza no puede contribuir al 100% de su valor en un vehículo de la región?” Puede darse el caso de que la manufactura conforme a las reglas del tratado pierda atractivo y se empiece a considerar exportar automóviles desde México al mercado estadounidense pagando el 2.5% de arancel conforme a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, como ya lo anunció BMW.