Imaginemos que nos topamos por la vida con un habilidoso en las artes marciales y en las oscuras artes de las matemáticas —con bastante ironía claro— y nos cuestiona qué tanto cambia el peso de un objeto si reducimos a la mitad sus dimensiones.

Uno pensaría de manera casi inmediata que el nuevo peso pasaría a ser la mitad del original, pero la respuesta encierra un artilugio bastante más curioso.  Lo podemos ver de la siguiente manera: si Juanito tiene un dado de seis caras que pesa 10 kg, ¿Cuánto pesaría uno con la mitad en sus dimensiones?

En primer lugar, pasaría de tener (por así decirlo) 10 cm de lado a tener 5 cm y podríamos decir que el nuevo dadito pesaría a lo más 5 kg ¡Pero no!

Pues a la hora de saber cuál es el nuevo volumen veríamos que si pasamos de 10 a 5 cm, el volumen inicial sería algo como 10x10x10=1,000 centímetros cúbicos cuando el nuevo es 5x5x5=125 centímetros cúbicos lo que nos da una proporción de 8 a 1, por lo que reducir un cubo a la mitad de sus lados es reducirlo a 8 veces en volumen y esto por la fórmula de calcular dicho espacio tridimensional.

Así que si alguien llega y te quiere ofrecer un cubo a la mitad de sus lados con la mitad del precio… ¡No le compres! Y no es que me haya pasado, literal le pasó a un amigo de un primo y pues no, no está chido comprar quesos con este tipo de trucos. Más vale saber un poquito de matemáticas que perder un poquito de dinero, ya saben lo que dicen el conocimiento es poder, y en la vida no es la excepción.

Twitter: @chicoparticulas