Opinión
David Gutiérrez Fuentes

McPRIAN política chatarra

Perro Mundo

McPRIAN breve origen empírico de la nomenclatura

Fue en una de sus videocolumnas cuando Alejandro Páez Varela le dio forma al verdadero nombre del monstruo opositor neocolonial que padecemos en México: el McPRIAN que dejó de bailar en los carnavales con máscaras y en las fiestas de salón con antifaces, peluquines blancos y abanicos. Sin embargo la primera vez que escuché el nombre de esa molienda de carne de Frankestein con todas sus letras fue una semana antes en voz de Fabrizio Mejía, durante el segmento de opinión que a mí me gusta de Aristegui Noticias. Le queda bien porque por analogía es posible asociarlo con la comida chatarra. Es decir, la misión del McPRIAN es hacer política chatarra con mucha publicidad para convencer que su estrategia negacionista de oponerse a todo y victimizarse por sus canalladas políticas como su “voto patriótico” por las compañías extranjeras que subsidiamos los mexicanos o su anuncio de votar contra la Reforma Electoral, antes de conocerla como lo hizo el Frankestein que acabará con el PRI: Alito.

Foto: Especial

Es muy posible que la terminología tenga más antigüedad, que ya se haya escrito y medio socializado en redes, pero con el voto contra la Reforma Eléctrica de la franquicia superdemocrática de otro Frankestein: Dante Delgado, dueño de Movimiento Ciudadano, cobró cuerpo la nueva nomenclatura al servicio del Señor X: el McPRIAN. De las recientes aportaciones del PAN naranja a la súper democracia nos referiremos en su debido apartado.

La verdadera alianza

Ya sin máscaras la oposición de derecha se llama McPRIAN y rápidamente se va incorporando en la cultura política del mexicano. Aunque ya les conocíamos varias movidas, ahora es muy fácil ubicar esta confederación de pillastres que la componen y le sirven, directa o indirectamente, a su cacique, el Señor X, quien la planificó desde su casa de las Lomas según reconocen varios de sus siervos.

Esta molienda de carne de Frankestein convirtió el servicio público en las tres instancias de poder, y en varios organismos “autónomos” en un conglomerado de intereses, duplicidad de funciones y burocracia para los cuates. Tal es el caso del INE cupular, la nueva víctima del “autoritario de palacio“ según tildan al presidente mejor calificado, un día sí y otro también, con más rabia que argumentación, varios porristas o porros del McPRIAN, muchos de los cuales hacen alarde de vulgaridad, racismo, clasismo y jactancia por la recreación de universos, como dice con sensato juicio Rafael Barajas, para Lelos.

Las redes de este proyecto que cada vez son más visibles, tuvieron treinta años para demostrar su ineficiencia mediante prácticas corporativistas, tráfico de influencias, desplegados doctrinarios de intelectuales ídem y un discurso beligerante que llama beligerancia a quienes se les oponen y los nombran por lo que son: traidores a la patria.

Si seguimos la línea del tiempo la conformación del McPRIAN sería la siguiente: PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. Démosle un vistazo a cada uno de ellos, sin atender a la cronología que hermana a los monstruos:

El PRD: perderemos el registro con los Chuchos

Si el lector es acucioso, notará que tanto en el Frankeistein original PRIAN, ideado, por cierto, por Agustín Basave Benítez, como en el actual: McPRIAN no aparecen las siglas del PRD. Más que a razones de economía de lenguaje o cacofónicas, la omisión es natural: el PRD es casi nada. La mejor representación de su talla política es cómo dibujan los caricaturistas al chucho enojón que hoy preside al organismo: chiquitito, a pesar de estar del mismo pelo que el señor Alito. El odio que destila Jesús Zambrano contra Morena y contra AMLO es natural, no lo puede disimular pese a sus constantes lapsus cuando aparece el trío de Hulks leyendo guiones de las oficinas de la Confederación Súper Democrática presidida por el Señor X.

El mini PRI

Alito, quien, “presumiblemente”, le pasó billete gordo al publicista Solá, creador de la campaña “AMLO es un peligro para México” (ahora en su versión 4.0) es la réplica de Boh, el bebé torpe y berrinchudo de Yubaba en el Viaje de Chihiro. Cada paso, cada declaración, cada ocurrencia del dirigente priísta es una palada de tierra más a ese partido que medio construyó la patria tras el porfiriato, pero desde De la Madrid hasta el 2018 la fue rematando. En la reciente discusión de la Reforma Eléctrica la bancada priísta ofreció una proverbial muestra de la mentalidad agiotista que caracteriza a ese partidito que le vendió su alma al libre mercado, salvo el diputado Carlos Miguel Aysa, campechano que votó por la reforma, los priístas patalean por ser nombrados por lo que son: traidores a la patria. Adicionalmente, el reducto de lo que queda del tricolor, se caracteriza por desafiar con éxito a la lógica y el equilibrio: prueba de ello fue su argumentación en tribuna de lo dañino que son los contratos con esas empresas para la CFE y a la hora de emitir el voto, votar contra Mexicalpán de las Tunas. Con respecto al equilibrio, basta ver cómo caminan como aves espinadas las “pluris” que se pasean cacareando: “no pasará, no pasará”.

El PAN: partido de la desmemoria y la hipocresía

Bueno qué decir de un partido que “presumiblemente” robóse la silla grande, desconocióse que nuestra seguridad estaba en manos narcas y lavóse las sucias manoplas con dinero de los iberdrolos, cuyo líder empresarial, por cierto, tuvo que disculparse con los españoles por pasado de lanza.

La hipocresía ganona que genera simpatías en los mexicanos robalos (magnífica la explicación pedagógica del peje) o descreedores del psicoanálisis, es la única capitalizable por este partido de marras. De Marko Cortés, a Ricardo Anaya, Quadri, Lili Téllez, la diputada iberdrola y su pariente legislativa, mejor ni hablar. Son enemigos de sí mismos.

Movimiento Ciudadano: el PAN naranja.

El Mc que le da cuerpo al McPRIAN, sólo engaña a los despistados. Lo cierto es que antes de ponerle punto final a estas líneas chairas, protozombies y fanáticas, con base en la línea científica y cuantificable de la intelectualidad al servicio del Señor X, hay que reconocer que entre el Dante Delgado que zapatea sones y el hígado que alza el flamígero para propagar odio a diestra y siniestra, prefiero al primero. Todos los gallos de este senador se despluman sin ninguna ayuda y cada vez a mayor velocidad, como si fueran víctimas de las plagas apocalípticas que rondan por la cabeza de la epidemióloga al servicio del Señor X, Laurie Ann Ximénez-Fyvie. Sólo nombro a algunos de ellos: Enrique Alfaro, Samuel García y su pareja simpatía, Colosio Junior y Roberto Palazuelos, el señor de los disparos que les dio cátedra a esta oposición de pesadilla del significado de dispararse en el pie una y otra vez, día tras día mientras conducen a su lamentable alianza al precipicio en medio de graciosos pasos brincolines.