Opinión

Viruela símica (Monkeypox). ¿Qué sabemos?

Autoridades de salud y expertos en enfermedades infecciosas han dirigido su interés y preocupación a los nuevos casos notificados en las últimas 3 semanas de viruela símica o Monkey pox desde países consideradas no endémicos para esta enfermedad en Europa y América del Norte. Esta enfermedad infecciosa emergente es causada por un virus ADN (Ácido desoxirribonucleico) de la familia Poxviridae, género Orthopoxvirus al cual también pertenece la viruela, enfermedad altamente letal de gran importancia histórica y considerada erradicada en el mundo desde 1980, gracias a la vacunación.

Imagen de las lesiones en la piel provocadas por la viruela del mono

EFE

En 1970 se describió el primer caso de viruela símica en humanos en lo que hoy es la República Democrática del Congo y desde entonces se ha considerado endémica en países del centro y oeste de África. Hasta antes de mayo del 2022, en Estados Unidos y algunos países europeos se habían reportado brotes localizados típicamente considerados de transmisión zoonótica (de un animal al humano). La transmisión entre humanos también se había registrado, aunque en forma menos común, a través de contacto estrecho, o por inhalación de gotas.

El virus de la viruela símica se identificó por primera vez en primates no humanos, y de ahí su nombre, en realidad inadecuado pues los principales reservorios naturales incluyen diversas especies de roedores como ardillas y otros mamíferos pequeños. Los primates humanos y no humanos son hospederos incidentales del virus. En el brote actual, se reportaron los primeros casos en el Reino Unido, España y Portugal y, al 28 de mayo, hay 403 casos confirmados en 28 países de todos los continentes. En forma peculiar, la transmisión predominante en este brote parece ser de humano a humano y ha ocurrido en personas sin historia de viaje a zonas endémicas en el continente africano. No se ha reportado algún deceso entre los individuos afectados. El 28 de mayo las autoridades sanitarias de México confirmaron el primer caso en el país, al parecer en una persona que reside en Estados Unidos.

La enfermedad por virus de viruela símica tiene una presentación similar a la de la viruela clásica, aunque sus desenlaces son más benignos. Tiene un periodo de incubación de 6 a 13 días, que puede llegar hasta 21. Las personas presentan fiebre, dolor de cabeza, dolor de cuerpo y característicamente, a diferencia de otras enfermedades exantemáticas, ganglios inflamados en el cuello y otras áreas. Unos días después aparecen lesiones en la piel que pueden ir de pápulas, vesículas y costras afectando cualquier parte del cuerpo y semejar otro tipo de infecciones. Usualmente la enfermedad se limita por sí misma en un lapso de 2 a 4 semanas. A diferencia de la viruela clásica que tiene una tasa de letalidad de 30%, la viruela símica tiene desenlaces fatales en una proporción más baja. En la variante del oeste africano, que parece corresponder al brote actual en el oeste de Europa, la tasa de letalidad se ha reportado entre 1% y 4% en comparación con la variante del centro de África que es del 11%.

Para hacer el diagnóstico se requiere tener un índice de sospecha alto, pues se puede confundir con otro tipo de enfermedades, infecciosas o no, que se acompañan de erupciones cutáneas. La confirmación del diagnóstico se hace a través de estudios moleculares que detectan ácidos nucleicos del virus en raspados de las lesiones cutáneas. En este momento no están fácilmente disponibles estas pruebas en laboratorios de rutina, por lo que deben utilizarse servicios de laboratorios de referencia.

Una pregunta obligada es ¿qué condiciona el brote actual y por qué ocurre en este momento? La vacuna de viruela clásica otorga protección cruzada contra la viruela símica con una eficacia hasta del 85%. En los años 80 debido a la vacunación amplia contra viruela, la proporción de personas inmunes era mayor al 80%. Actualmente, a más de 40 años de no aplicar la vacuna de viruela, la proporción ha disminuido a 30%. El crecimiento poblacional, migraciones, viajes, y mayor intercambio comercial puede generar más oportunidades para que poblaciones susceptibles entren en contacto con potenciales reservorios animales. La transmisión entre humanos, si bien no era común, se hace más probable si se dan las condiciones apropiadas que faciliten el contacto estrecho entre personas.

En el brote actual, la mayor parte de los casos confirmados han sido en hombres, muchos de ellos se identificaron como hombres que tienen sexo con otros hombres. Algunos se han presentado en clínicas de salud sexual. A pesar de ello, es inexacto en este momento decir que la viruela símica es una infección de transmisión sexual. También es inexacto y puede ser peligroso asumir que es una infección propia de la comunidad gay. Todos conocemos el daño y las consecuencias en Salud Pública que la estigmatización de poblaciones ha causado en otras pandemias.

La información disponible actualmente sugiere que la aplicación de la vacuna de viruela puede prevenir la enfermedad o su gravedad si se administra después de una exposición, por tanto, vacunar a contactos directos de personas con viruela símica confirmada puede ser una estrategia adecuada que algunos países han empezado a adoptar principalmente con personal de salud. Será responsabilidad de autoridades de salud de cada país y de las agencias internacionales favorecer la implementación y distribución de las vacunas en los diferentes países afectados en las próximas semanas si el brote actual se extiende.

Es importante que se difunda información completa y responsable al personal de salud y población general. El personal de salud debe tener alto índice de sospecha e informar los casos sospechosos a las instancias de salud correspondientes para establecer políticas de diagnóstico oportuno, aislamiento y rastreo de contactos. Sin duda debemos buscar ampliar el acceso a pruebas de detección si se extiende el número de casos. El personal de salud que sospecha un caso de viruela símica debe usar equipo de protección para evitar exposición por contacto directo, así como inhalación de aerosoles.

En este momento hay posiblemente más interrogantes que certezas. Si la viruela símica se va a convertir en un problema de salud pública de impacto global y qué tan grave puede ser en este momento, no lo sabemos. Intentar hacer predicciones en este momento tan temprano puede llevar a estimaciones erróneas que terminen por afectar la confianza del público en la salud pública. Ni la salud pública ni la medicina funcionan con base en adivinanzas. Lo importante es generar y comunicar información correcta conforme se vaya generando, no caer en actitudes de pánico, por un lado, o minimización por el otro. Solo enfrentando los problemas de salud con base a evidencia científica tendremos mejores opciones que ofrecer a la población. Debemos haber aprendido bastante de la pandemia de COVID-19. Usemos esas lecciones y no repitamos errores.

Dr. Juan Sierra Madero*

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán

*Por invitación