Cultura

"1519: Contacto, literatura y memoria lingüística en México"

En la Fiesta del Libro y la Rosa se presentará el 21 de abril esta novedad editorial. Aquí les adelantamos un fragmento 

el colegio nacional

La colegiada Concepción Company Company.

La colegiada Concepción Company Company.

Colnal

El próximo domingo 21 de abril, a las 16:00 horas, la lingüista Concepción Company Company y el investigador Pedro Martín Butragueño presentarán el libro 1519: Contacto, literatura y memoria lingüística en México (El Colegio Nacional, 2024). La actividad tendrá lugar en la Fiesta del Libro y la Rosa, que se llevará a cabo en el Centro Cultural Universitario (Avenida del Imán 5, Ciudad Universitaria, 04510, Ciudad de México). Compartimos un fragmento del volumen para invitar a los lectores de Crónica a la presentación editorial.

(…) La lengua española inició, como es sabido, como una lengua de conquista, una lengua impuesta por tanto, que cambio profundamente las coordenadas de vida de los pobladores originarios, quienes en un lento proceso debieron aprehenderla por necesidad para seguir adelante en la vida. El arribo a América, a los territorios que hoy constituyen México, cambio también de forma profunda, pero menos catastrófica, las coordenadas experienciales de los españoles. Lentamente y de modo no lineal esa lengua impuesta fue adquirida y aprendida como lengua materna por millones de hablantes —criollos, indios, mestizos o hijos de emigrantes no españoles, entre otros grupos— y se convirtió de manera paulatina en la lengua patrimonial de más de 120 millones de mexicanos que hoy la tienen como única lengua materna. El proceso de patrimonialización sigue vivo. La lengua española fue también el soporte de creación de literatura, oral y escrita, en una compleja y creativa transformación a partir de patrones traídos de España y renovados en América con las nuevas experiencias de este continente. (…) plantearnos cómo la lengua y la literatura españolas tomaron nuevas formas para construir los soportes actuales de la literatura tradicional mexicana y del español actual en México.

Los tres capítulos de este libro corresponden a los tres aspectos puntuales que se abordaron. Inicia con un texto de mi autoría, “La apropiación de una nueva realidad”, en el que analizo tres hechos vinculados: por un lado, la idea que está en la base de numerosas cosmovisiones de que hay que nombrar la realidad para que ésta exista; por otro, el hecho obvio de que el estado natural de los seres humanos es vivir en contacto, a pesar de la extrañeza y complejidad que éste entraña, y, finalmente, cuáles fueron las principales estrategias lingüísticas empleadas por los españoles para aprehender, entender y apropiarse de la realidad americana con la que entraron en contacto a finales del siglo XV y a lo largo del XVI.

El segundo capítulo, “La literatura que en 1519 traían en la memoria”, a cargo de Aurelio González, muestra que los españoles arribados a este continente traían no solamente una lengua, sino también expresiones conformadas estéticamente en lengua española, es decir, llegaron al actual México con una literatura tradicional que constituyó una manera de entender el mundo e interpretar tanto la realidad bien conocida que dejaron atrás en España como la nueva realidad que los rodeó y abrumó en el Nuevo Mundo. Este capítulo se centra en el género romancístico.

El último capítulo, “Contacto, difusión y desplazamiento. El pasado en el presente y el español poscolonial en México”, de Pedro Martín Butragueño, analiza el español actual mexicano en situaciones de contacto —un español poscolonial— como una vía metodológica para estudiar procesos de contacto que, iniciados en el pasado, siguen activos, sin que tales modos de estructura y comunicación constituyan arcaísmos, sino que son la lengua cotidiana de varios millones de hablantes mexicanos que funcionan en un bilingüismo activo entre una lengua indígena y el español. El capítulo plantea que una de las mejores formas de entender y reconstruir la historia sociolingüística de México es inquirir en las comunidades actuales y proyectar su estructura y sus circunstancias hacia el pasado, en tanto que la difusión del español y el desplazamiento histórico de las lenguas originarias son, en buena medida, un mismo proceso.

El volumen.

El volumen.

[…]

Introducción. Lengua, pensamiento y realidad

Dos principios de naturaleza filosófica cognitiva subyacen al funcionamiento social y cultural de la gran mayoría de las comunidades lingüísticas en el mundo, los cuales se hunden, por lo general, en una memoria histórica milenaria y suelen estar estrechamente vinculados al pensamiento mágico de esas sociedades. Uno es que para que algo adquiera existencia debe ser nombrado, esto es, debe asignársele una palabra; es decir, la realidad existe porque tenemos la capacidad de nombrarla y hablar de ella. El otro principio filosófico es que lengua, pensamiento y visión de mundo están indisolublemente asociados, o, en otras palabras, la lengua es el soporte de nuestra visión de mundo y de nuestra identidad, y somos como somos porque hablamos una determinada lengua o unas determinadas lenguas.

Ejemplos varios del primer principio aparecen en la tradición judeocristiana, en la Biblia, como se aprecia en los ejemplos de (1). Expresiones del tipo “dijo tal y al instante hubo tal” se repiten en esta obra; dos ejemplos muy conocidos son el inicio del Génesis (1a) y el inicio del evangelio de San Juan (1b) —recordemos que verbo en latín significa ‘palabra’—. El mismo principio surge en la tradición maya quiché de Mesoamérica, cuando en el capítulo primero del Popol Vuh se dice: “Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra. ¡Tierra! —dijeron—, y al instante fue hecha”, y está presente en numerosas otras cosmovisiones.

  • (1). a. Dijo Dios: “haya luz”. Y hubo luz [Génesis 1:1]

  • b. En el principio fue el verbo [ Juan 1:1]

El segundo principio está ejemplificado en (2), procedente de la General estoria. Primera parte, de Alfonso X el Sabio, escrita hacia 1280. Cuando se menciona el mito de Babel; se nos dice que hablar lenguas distintas lleva a modos de sentir distintos y a costumbres distintas, lo cual podría desembocar en disensos fuertes que pueden terminar en enfrentamientos entre seres humanos: “porque desacordaron en las lenguas, terminaron con sentimientos y costumbres distintos”. En suma, hablar una lengua nos otorga pensamiento, cotidianidad e identidad.

  • (2). Los otros linages quando esto sintieron del, como desacordauan

  • en las lenguas assi començaron a desacordar enlas uoluntades,

  • et otrossi y luego en las costumbres [vol. 1, pág. 44, líns. 21a-25a]

Ambos principios nos dicen que gracias a la palabra existe el mundo. La palabra, la capacidad de nombrar, nos hace humanos, nos hace seres históricos y nos hace entender y enfrentarnos al mundo de cierta manera y no de otra. Lengua, pensamiento y cultura son tres aspectos inseparables del ser humano. La capacidad de hablar una lengua es lo único que nos hace ser seres históricos, porque ella es el soporte fundamental para transmitir experiencias de generación en generación. Todos los seres humanos hemos recibido la lengua que hablamos como una herencia del pasado, que, además de permitirnos la comunicación con nuestros semejantes, nos hace depositarios también de la cultura y de la visión de mundo de los seres que la utilizaron antes de nosotros. Lo que nos hace únicos en el planeta es, en efecto, la posibilidad de transmitir experiencias verbalmente, de manera oral en primer plano y, en segundo plano, mediante la escritura. La historicidad está cargada de rutinas ritualmente repetidas a lo largo de siglos y generaciones. Este conjunto de rutinas o hábitos aprendidos y, sobre todo, heredados por los hablantes, transmitido de padres a hijos fundamentalmente a través de la oralidad es, en esencia, la lengua. Hablar una determinada lengua nos hace, en suma, ser seres con una determinada historia y con una determinada identidad, que para el caso de México es la identidad mexicana, multidialectal, multisocial y multicultural, como cualquier realidad lingüística.

[…]

El objetivo de este capítulo es analizar las diversas estrategias empleadas por los españoles para nombrar la nueva realidad americana a su arribo a este continente a finales del siglo XV y a lo largo del siglo XVI; un nombrar que fue necesario para aprehender, entender y, finalmente, apropiarse de unas nuevas coordenadas espaciales, temporales y experienciales. Tal realidad fue nueva para los españoles, en tanto que les era desconocida —más desconocida, si cabe—, puesto que en un inicio creyeron, como es bien sabido, que habían llegado a Oriente, a la India, motivo por el cual los nuevos territorios americanos fueron denominados muy pronto Indias Occidentales. Además, sin duda, también fue una realidad nueva y totalmente extraña para los naturales, quienes debieron nombrar realidades nuevas, tuvieron que adaptarse y se vieron obligados a entender las nuevas coordenadas culturales y experienciales que les fueron impuestas. En ambos grupos, de manera transitiva pero nunca simétrica, se trató de nombrar para sobrevivir.

Actividades.

Actividades.