
Abstraídos en los audífonos que conectamos al teléfono celular, vivimos “una degradación en la escucha” que sólo se puede recuperar con la experiencia de la música en vivo. Así lo consideró el clarinetista Fernando Domínguez, integrante del ensamble Duplum Dúo, después de ofrecer un viaje sonoro, a través de la música contemporánea, en El Colegio Nacional.
“Escuchamos la música en chiquitito, como si todo estuviera comprimido en una cajita y eso degrada nuestra capacidad de escucha. Nuestros oídos tienen una enorme capacidad de refinamiento de la escucha y eso solo se logra cuando estamos frente a la fuente sonora; no critico que tenemos esa oportunidad de escuchar tanta música, pero cuando eso no está contrapuesto con experiencias de escuchar la música en vivo, la capacidad de escucha se degrada”, sostuvo el músico en un diálogo encabezado por la compositora Gabriela Ortiz, integrante de El Colegio Nacional.
En el Aula Mayor de la institución, Duplum Dúo se presentó juntó al compositor Rodrigo Sigal en un concierto titulado “Exploraciones sonoras”, que fue coordinado por la colegiada. Se trató de una travesía musical donde el clarinete, las percusiones y la computadora dialogaron en un paisaje sonoro envolvente, desafiando los límites de la improvisación y la composición.
Tras el concierto, que incluyó la ejecución de siete piezas de música contemporánea, Gabriela Ortiz coincidió con Fernando Domínguez en una charla posterior con el público asistente: “Aunque la música sea generada por un medio tecnológico, no es música en vivo; siempre va a ser algo muy distinto escucharlo en vivo que poner esto en tu casa y oírlo de manera estereofónica”.
La colegiada señaló: “Evidentemente tener a los músicos en vivo, tener a Rodrigo (Sigal) interactuando de manera simultánea con los músicos en este diálogo, eso lo hace una experiencia absolutamente única. Creo que no se puede replicar de otra manera, por eso es tan importante que tengamos más conciertos, más oportunidades de escuchar este tipo de trabajo, porque con la música en vivo la experiencia es otra, y esto es por lo que hay que luchar: por tener más espacios”.
De la misma forma que un chef ordena el menú de una cena, el programa ofrecido por Duplum Dúo y Rodrigo Sigal llevó al público a través de texturas electrónicas entrelazadas con ritmos hipnóticos y melodías orgánicas, vibraciones profundas, pulsos impredecibles y atmósferas inmersivas para crear una convivencia auditiva única.
Integrado por el clarinetista Fernando Domínguez y el percusionista Iván Manzanilla, ambos también solistas de Ensamble Ónix, que integran con el flautista Alejandro Escuer, Duplum Dúo tocó por primera vez durante los Internationalen Ferienkursen für Neue Musik (Cursos internacionales de verano para nueva música) realizados en Darmstadt, Alemania en 2004.
Se trata de un ensamble que explora distintas posibilidades sonoras, y que a través de los años ha producido piezas nuevas para la combinación de sus instrumentos, hasta conformar una propuesta artística única en México. Además del repertorio tradicional, Duplum experimenta con el uso de nuevas tecnologías, la improvisación, así como el teatro musical.
En tanto, Rodrigo Sigal es un compositor y gestor cultural, así como profesor titular de tiempo completo en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, unidad Morelia, de la UNAM, en donde co-fundó la Licenciatura en Música y Tecnología Artística. Su interés está en el trabajo con nuevas tecnologías especialmente en el ámbito de la música electroacústica.
“Un proceso que es muy interesante son las distintas etapas que hay en la preparación de un concierto como este. Comenzando en la etapa del estudio individual de cada uno con su instrumento. Primeramente, la composición, claramente; después el trabajo en el instrumento”, explicó el percusionista Iván Manzanilla.
Posteriormente, agregó, “hay un trabajo de ensamble, de música y cámara, de trabajar juntos. Ya a estas alturas de nuestra carrera, como dúo, Fernando y yo lo tenemos muy desarrollado. Es una actividad que hemos hecho muchos años y nos conocemos muy bien, eso ahorra tiempo y hace las cosas más o menos fáciles, entre comillas”.
El recorrido sonoro en El Colegio Nacional arrancó con la pieza Hang in there, compuesta por Rodrigo Sigal en 2014; del mismo autor siguió Límite (clarinete y electrónica) de 2008 y Obtura (percusiones, clarinete y electrónica) de 2009, así como Brain inPulse (electrónica) de 2015. El programa continúo con Negro fuego cruzado (clarinete bajo, video y electrónica), compuesta por Javier Álvarez en 2016; Kontrol (para un intérprete y electrónica) de Joao Pedro Oliveira y cerró con Sueño para armar (percusiones, clarinete y electrónica), también de Sigal.
Un tercer elemento, agregó Manzanilla, “es la parte curatorial de cómo acomodar un concierto para que tenga una cierta dinámica, probarlo en el escenario y ver si funciona, o no, ese tipo de orden en el concierto, para que todos estemos contentos con el resultado”.
Igual como se ve una película, de principio a fin, también así se conforma un concierto, agregó Fernando Domínguez: “Pero acá la percepción es auditiva, sin interrupción, cuidando que una cosa encadene bien con la otra. Nosotros también decidimos el orden en que ustedes escuchan esta música”.
“De la misma forma en que a un chef les serviría una cena, no le daría el postre primero, les iría encadenando un platillo con otro, les iría acompañando de ciertos sabores, para que eso vaya generando una historia sensorial, digamos. Y nosotros también decidimos un orden, que creemos que es el más adecuado”, abundó.
“Mi maestro, Harry Sparnaay, que era un músico extraordinario, decía: ‘una buena obra, puesta en un mal lugar de un programa, la arruina por completo’. Entonces, hay que saber ordenar, digamos, el menú sonoro, que lo pensamos para quienes van a escuchar”.
El objetivo, agregó Rodrigo Sigal, fue conformar una experiencia envolvente: “Que tuviera cierta movilidad, para también cortar un poco la parte de que uno está todo el tiempo recibiendo información visual. Y también es una música que es espacial o que pretende ser espacial, que es raro porque, por ejemplo, cuando ellos no están en el escenario, es una música que solo se puede hacer en vivo, pero no se ve nada mientras se toca, no hay nada pasando”.
“Es una música que pretende, por supuesto, generar imágenes, generar una historia, un discurso, que para cada uno es diferente”, enfatizó.
Básicamente, continuó Sigal, “a mí lo que me atrae mucho es la posibilidad de que cuando tocas con músicos que, por supuesto, leen perfecto las partituras y miden perfecto y afinan perfecto, pero también escuchan muy bien. Entonces, crear gestos improvisados entre tres personas me parece fantástico”.
“Tener la posibilidad de que desde la computadora suceden cosas y la búsqueda, por ejemplo, en estas piezas, tiene que ver con una improvisación de timbres, de conectar y de reaccionar a lo que están escuchando, que eso es fantástico, y ese es un ámbito de la improvisación particular, hay muchos otros”.
“La electroacústica se presta muy bien para eso, porque hay una posibilidad de reaccionar muy como en el sentido de la música de cámara, como si hubiera un tercer instrumento acústico y uno se escucha y se contesta y se propone algunas cosas y los demás responden”, dijo el compositor.
El concierto “Exploraciones sonoras”, a cargo del ensamble Duplum Dúo y Rodrigo Sigal y la charla que lo acompañó se encuentran disponibles en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.