
Elena de la Luz Ramírez Aguirre es la guardiana del zapateado de Tlacotalpan, Veracruz, y el próximo 18 de agosto cumplirá 100 años, de los cuales 90 fueron a ritmo del son, confeccionando vestidos y alegrías para ella y los otros. Un siglo ya puebla su memoria llena de baile, de placer, de arte, reconocimientos y resistencia para mantener su esencia como bailadora. A esto, ayer miércoles se le añadió otra dicha: recibió la Medalla Bellas Artes en la disciplina de danza.
Una breve la frase fue suficiente de Elena para inundar la Sala Manuel M. Ponce con el orgullo y alegría por recibir el galardón: “Agradezco Bellas Artes por entregarme la Medalla”, dijo en un video proyectado. No pudo asistir a la ceremonia y su nieta Nandy Luna Ramírez recibió la presea.
Nandy, a nombre de su abuela, recibió la presea y dijo que lo hace con “honor y emoción que desbordan mi corazón”.
En su discurso, la nieta dijo que Mamá-Elena, a sus casi 100 años, es el pilar del son jarocho y una raíz firme de nuestra tradición. “Ella es más que una bailadora. Es una guardiana del ritmo, de los tejidos, del canto, del zapateado que nace del corazón de Tlacotalpan. Una mujer del campo, hija de la tierra y del río, que ha dedicado su vida a preservar y compartir la riqueza del son jarocho con generaciones enteras”.
Pero también su vida, agregó, es un testimonio de resistencia, alegría y sabiduría de nuestras ancestras. “Esas mujeres que, como ella, han tejido cultura con sus manos, su cuerpo, su palabra y con su silencio también. Mujeres afrodescendientes, indígenas, campesinas que cuidan la tierra como se cuida a una madre, con amor, respeto y memoria”.
Y una de sus grandes enseñanzas. Añade la nieta, es que de ella aprendimos que no hay futuro sin raíz, que las tradiciones no se archivan, se bailan, se cantan, se heredan. “En sus pasos firmes sobre la tarima, en el vuelo de sus faldas, en su voz que aún canta al fandango, ella sembró en nosotros el amor por nuestra identidad, por nuestros pueblos, por nuestras formas de estar y resistir en el mundo. Este reconocimiento no es sólo para Elena, sino para todas las mujeres que han sostenido la cultura con el alma, para las abuelas sabias que sin pedir permiso han hecho historia.
Nandy Luna anunció que el próximo 16 de agosto, se va a realizar un gran fandango en Tlacotalpan para celebrar los 100 años de Mamá-Eleana, que los cumple el 18 de ese mes y van a presentarse bailadores y músicos de todo México. “Además, estamos organizando una exposición con todos sus vestidos que ella mismo diseñó, con sus retratos familiares y de baile, además de una conferencia sobre el son jarocho y el baile”.
En la ceremonia estuvieron presentes la directora general del INBAL, Alejandra de la Paz Nájera; la subdirectora general de Bellas Artes, Haydee Boetto Bárcena, y la secretaria de Cultura de Veracruz, Xóchitl Molina González.
En su discurso, Alejandra de la Paz dijo que “Mamá Elena representa 90 años de historia viva del son jarocho en el país, desde los fandangos de su infancia en su natal Tlacotalpan hasta los festivales actuales en los que su presencia y su legado sigue presente para la comunidad y el resto de las y los mexicanos”,
De la Paz aseguró que la entrega de la medalla representa un reconocimiento institucional a su constancia, labor artística y pedagógica, así como a su compromiso con la difusión de la herencia afromexicana y las expresiones tradicionales de la región del Papaloapan.
“Su trayectoria en las danzas y la cultura popular es testimonio de la permanencia de nuestras raíces. Bailadora incansable, especialista en la confección del traje jarocho, formadora de generaciones de bailadores en Veracruz y sobre todo creadora de comunidad, María Elena de Luz Ramírez ha hecho del zapateado una forma de abrazar la vida”, agregó la directora del INBAL .