
Llorar en el espacio puede ser muy peligroso. “Las lágrimas se quedan en el ojo y no puedes ver. Han sucedido casos de astronautas que lloran o tienen los ojos llorosos, especialmente durante la caminata especial, y no pueden continuar con el trabajo”, explicó Katya Echazarreta González, primera mujer nacida en México en ir al espacio.
Así respondió la pregunta ¿se puede llorar en el espacio? planteada por un niño de entre 10 y 11 años de edad, finalista del Concurso de Ciencias de la Feria de Ciencias Richmond Solution Science México.
Previo al anuncio de los ganadores, en el auditorio de la Megapantalla del Papalote Museo del Niño, los 10 niños y niñas finalistas se reunieron con la astronauta, ingeniera electrónica, divulgadora científica, joven empresaria y activista espacial.
Además de contarles sobre su experiencia, Katya respondió sus preguntas.
-¿Cómo pueden tomar agua si no hay gravedad?
“Porque nuestros cuerpos tienen todo lo necesario para poder tomar agua. Cuando tú tomas algo, vas a sentir que tu garganta solita se lo pasa. Si alguna vez se te ha atorado una pastilla, por ejemplo, tu garganta solita te ayuda a bajarlo”, contestó por un lado.
-¿Qué cosas se pueden comer en el espacio?
“Hay de todo, hasta tacos… pero la comida espacial no es muy rica. De hecho, tuvimos un campamento con algunos niños de su edad, les dimos comida espacial de la NASA y uno se vomitó. Si les gusta comer muy rico, el espacio no es el lugar”, respondió por otro.
En todo momento, la ingeniera y astronauta se expresó de forma sencilla, pero sin subestimar la capacidad de comprensión de su audiencia.
“Estás viviendo lo que es como una caída libre y controlada, que es esa sensación de la microgravedad. Cuando alguien dice gravedad cero, eso no existe. Sí existe menos gravedad…”, ahondó sobre la sensación de falta de gravedad, que se puede emular pasando varios minutos recostados en la cama, boca arriba, con los hombros al borde y la cabeza colgando hacia abajo.
También informó que el viaje desde la tierra hasta el punto en el cielo donde comienza el espacio es de tan solo 5 minutos. “Te tardas más en levantarte de tu cama en la mañana”, se rió.

PROMOCIÓN ESPACIAL
Katya Echazarreta es originaria de Guadalajara, Jalisco. A los siete años migró a San Diego, California, con su familia. Siempre fue una persona muy dedicada a sus estudios y eventualmente estudió ingeniería eléctrica, en la Universidad de California en Los Ángeles, a la vez que trabajó como becaria en la NASA, donde participó en varias misiones y fue al espacio.
En congruencia con la coherencia y confianza que se dirigió a los niños, la mujer más joven que ha ido al espacio se dirigió a los padres del auditorio con un mensaje fundamental para apoyar carreras STEM en un contexto latinoamericano:
“Para mí fue importante la honestidad de mi mamá sobre las realidades y oportunidades, pero eso no quiere decir que no lo voy a lograr. Lo que quiere decir es que va a ser difícil y estas son las cosas que hay que hacer para lograrlo”, compartió.
Como parte de la gran final de la Feria de Ciencias Richmond Solution Science México (empresa dedicada a la creación de contenidos educativos en inglés), cuyo objetivo es promover la difusión de la ciencia, así como fomentar el interés por el enfoque STEM, tras convivir y platicar con los concursantes, la astronauta científica suborbital compartió algunas ideas sobre lograr sus sueños y sobre su Fundación Espacial.
“No es decir solo ‘claro que sí, adelante mi niña tú puedes’, sino claro que sí: esto es lo que vas a tener que lograr para poder llegar hasta acá y como mujer mexicana va a ser aún más difícil, porque esta es la realidad”, aconsejó durante la charla, en la que también expuso las muchas dificultades que se pueden encontrar en el camino de la ciencia e innovación tecnológica.
“Gracias a ella [mamá] entendí muchas cosas cuando era niña y logré continuar con esas metas y sueños”, añadió. Al dirigirse directamente a las niñas y niños les advirtió que lo más difícil no es entrenar, ni conseguir las becas, “sino creer que tú eres la persona indicada” por lo que necesitan mucha convicción, perseverancia y confianza en su pasión.
Al igual que ha mencionado en otras ocasiones, recordó que México carece de un marco legal en materia aeroespacial, por lo tras su experiencia en la NASA convirtió en su misión personal desarrollarlo para comenzar esta industria en el país.
“Al regresar tenía dos caminos. Me acuerdo que cuando regreso de esta misión me están llamando constantemente para preguntarme qué es lo que voy a hacer, si voy a regresar a la NASA. Me están contactando de todas las empresas aeroespaciales para preguntarme si me interesa trabajar con ellos…o puedo regresar a México y puedo trabajar para desarrollar esta industria aeroespacial que realmente no existe en el país”, detalló.
Su intención al volver y crear su Fundación Espacial fue que “si un niño o una niña llega y me pregunta ¿cómo puedo lograr lo que tú has logrado? la respuesta no tenga que ser: te tienes que ir de tu país, tienes que dejar a tu familia, tienes que dejar tu cultura, tienes que dejar tu idioma y tienes que dejar todo lo que conoces en búsqueda de este sueño”.
“Que la respuesta simplemente sea la que escuchan los niños en Europa o en Estados Unidos y es échale ganas, estudia, prepárate”, expresó.

CONCURSO DE CIENCIAS
Por segunda ocasión se realizó el concurso de la Feria de Ciencias, en el que fueron galardonados como tercer y segundo lugar: Bruno Escamilla González (del Instituto Luis Pasteur, Unidad San Nicolás, con el proyecto “Survival Water Filter”) y su maestra Carla Daniela Salazar Obregón; y Romina Sánchez Cruz (del Centro de Psicopedagogía Infantil de Aguascalientes, con el proyecto “Hydrogen Flavored Water Bubbles”, acompañada de su profesora Sugey Margarita Ma. Romo), respectivamente.
El primer lugar fue para Fernanda Flores, del Colegio del Tepeyac (CDMX), quien hizo un transformador de energía cinética en energía eléctrica (“Manual Energy Transformer”) y fue acompañada de la profesora Minerva Cortés García,
“I feel excited and happy because Richmond gives me the opportunity to prove the scientific method. Thank you”, expresó en inglés la ganadora 2025.
“Es una manivela, al momento de girarla se genera la energía”, según indicó su mamá, Violeta Granados Ángeles.
-¿Qué implicaciones tiene para los padres de familia apoyar a sus hijos en un proyecto así?
“Es totalmente estar comprometidos con ellos, es ir de la mano con ellos en cada en cada momento. Las investigaciones son prueba y error, prueba y error”, comentó a Crónica.
El jurado estuvo compuesto por las científicas y divulgadoras María Diana Lorena Rubio Navarro (Doctora en Ciencias Biomédicas por el INB de la UNAM y Maestra en Ciencias Neurobiología por la misma institución); Cristina Martínez Pinto (Fundadora y Directora de PIT Policy Lab); Graciela Rojas Montemayor (Fundadora y Presidenta | Movimiento STEM+).
El año pasado, Marisol Férez Vergara ganó el primer concurso de la Feria de Ciencias, organizado por Richmond y Universum de la UNAM, con un proyecto sobre las enzimas en los detergentes, la piña y el ablandador de carne.
Al igual que entonces, el reconocimiento incluye un viaje a Houston, Texas para visitar el Space Center de la NASA en 2026, junto a uno de sus padres y la docente con la que participó en el concurso.