
El Mausoleo de Augusto, uno de los monumentos funerarios más emblemáticos de la Roma antigua, se acerca a su esperada reapertura, prevista para finales de 2026, tras la inauguración este viernes de la nueva plaza que lleva el nombre del fundador del Imperio romano.
“Con esta intervención, los ciudadanos podrán disfrutar del Mausoleo desde un punto de vista diferente: nace una nueva plaza en torno a uno de los monumentos más importantes del mundo, que durante siglos fue un centro de la ciudad y luego fue escondido y archivado”, dijo el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, durante la inauguración.
La nueva plaza del Emperador Augusto, que ha costado más de 17 millones de euros, fue concebida con el objetivo de restituir al Mausoleo su relación histórica y visual con el entorno urbano, tras décadas de aislamiento y descontextualización derivadas de las intervenciones urbanísticas realizadas durante el siglo XX.
“Es increíble e inaceptable que un lugar como el Mausoleo de Augusto no fuera accesible”, añadió el alcalde sobre la grandiosa tumba que el primer emperador de Roma mandó construir para su dinastía hace dos milenios.
El diseño de la nueva plaza, situada también junto al Ara Pacis, el emblemático altar dedicado a la paz que inauguró Augusto, surge del proyecto ganador del concurso internacional convocado en 2006, aunque no fue hasta 14 años después, en mayo de 2020 cuando comenzaron las obras.
La construcción del nuevo espacio estuvo marcada por importantes hallazgos arqueológicos, como estructuras tardoantiguas, fragmentos de mosaicos o una valiosa cabeza de divinidad femenina en mármol, que serán ubicados en el mismo monumento y formarán parte de la visita al edificio.
El mausoleo, el mayor sepulcro circular conocido del mundo antiguo, fue construido para acoger las cenizas del emperador Augusto y de los miembros de la dinastía Julio-Claudia, aunque en su larga historia desde la Edad Media ha sido utilizado de muchas maneras: como fortaleza, jardín, anfiteatro o incluso sala de conciertos.Con 86 metros de diámetro y una altura que debía superar los 45 metros, aunque ahora solo se puede ver una parte, es el monumento de Roma que mayor número de transformaciones ha sufrido desde su construcción.
El acto de inauguración de la nueva plaza este viernes también dio inicio a la esperada fase final de la restauración y musealización del Mausoleo de Augusto, que durará 18 meses y costará cerca de 8 millones de euros, financiados entre el Ayuntamiento de Roma, la Fundación TIM y la firma de lujo Bulgari.
La intervención, muy esperada tras la conclusión de la primera fase en 2019, consistirá en terminar los ambientes interiores, restaurar la celda funeraria e instalar los sistemas eléctricos y de iluminación y la videovigilancia, entre otros.Además, durante el acto se avanzó que, una vez reabierto el Museo, se habilitará un nuevo recorrido de visita en el área vede anular y se reemplazarán los cipreses de alrededor del mausoleo con nuevos ejemplares.Uno de los objetivos de esta actuación era reconectar el monumento antiguo con la ciudad contemporánea.
En palabras del asesor de Cultura de Roma, Massimiliano Smeriglio, se trata de “reconectar la ciudad de abajo con la ciudad de arriba”, con la “capacidad, que desde hace algunos años se está desarrollando, de observar los monumentos antiguos desde diferentes puntos de vista”.