
¿Hasta dónde puede llegar la escultura? ¿Qué se esculpe y qué no? ¿Qué cosas ocupan el espacio y de qué maneras? A través de 41 piezas, el Museo de Arte Moderno (MAM) explora estas preguntas en la producción escultórica en México, de 1927 a la actualidad: “Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad” se puede visitar en la planta baja del recinto, desde este jueves y hasta finales de septiembre.
“La escultura en el Museo de Arte Moderno es uno de nuestros ejes principales. Yo siempre he dicho que el jardín escultórico es la sexta sala del museo, renovado desde hace un par de años -en la conservación de las esculturas, recorridos, y un camino con táctil, que hemos realizado con mucha seriedad”, invita la directora del recinto, Natalia Pollak.
Asimismo, la directora del MAM detalla que en esta exposición colectiva participan 38 artistas de diferentes generaciones, de los cuales 17 son mujeres y 21 hombres.
“Es una invitación a que recorran la exposición, el jardín y encuentren correspondencias que sugerimos acá, a partir de cuatro aproximaciones”, agrega.
Si bien la exposición tiene como punto de partida obras del acervo del MAM que participaron en certámenes nacionales organizados por el INBAL, también incluye piezas de colecciones particulares y otros recintos, como el Museo Tamayo y del Museo Carrillo Gil.
Reúne autores como Luis Ortiz Monasterio, Mathias Goeritz, Geles Cabrera, Ángela Gurría, Estanislao Contreras, Feliciano Béjar, Ana Pellicer, Adolfo Riestra, Yvonne Domenge, Gabriel Orozco, Paloma Torres, Rosario Guillermo, Laura Anderson Barbata, Jorge Méndez Blake, Diego Pérez, Emanuel Tovar, Aurora Noreña, Perla Krauze, Jorge Ismael Rodríguez, Manuel Velázquez, Cynthia Gutiérrez, Hilda Palafox, Claudia Luna, Germán Cueto, Mardonio Magaña, Helen Escobedo, Jesús Mayagoitia, Jorge Dubon, Naomi Siegmann, María Lagunes y Maribel Portela.
La muestra se hace una mirada por las múltiples transformaciones de la escultura en México, de 1927 a la actualidad, que parten del interés moderno por construir una identidad nacional y los hallazgos de la vanguardia durante la primera mitad del siglo XX, hasta la abstracción y las prácticas contemporáneas que cuestionan los alcances de lo escultórico como medio artístico.
DERIVAS DE LA FORMA
Por su parte, en recorrido por la sala circular de la muestra escultórica, los curadores, Katnira Bello y Silverio Orduña destacan que la disposición de obras está pensada a modo de generar una “danza” de los espectadores.
“No era nuestra intención hacer un recorrido sobre lo que ha pasado en la escultura como tal de manera historiográfica, sino directamente hacer una exposición de escultura sobre la escultura misma”, explica la curadora, aunque aclara que sí hay una investigación histórica detrás sobre las bienales de arte y las obras que se presentaron.
La organización contempla cuatro ejes: la exploración de la forma; las aproximaciones matéricas; la producción de espacio y el cuestionamiento del medio.
“Está pensada para este tipo de espacio que es circular, cosa que a veces plantea algunas dificultades, pero también ciertas ventajas”, indica Katnira Bello.
“En este caso nos permite hacer cuatro ejes pensados como ejes viales, hay momentos que cruzan entre sí y a momentos van solos: hay lecturas que se hacen cambiantes de la sala, de punta a punta, aunque algunas piezas están más agrupadas dentro de alguna de las secciones”, continúa.
Cada uno de dichos ejes aborda relaciones entre lo figurativo y lo abstracto; técnicas y corporalidades vinculadas con la dureza o la fragilidad de los materiales; operaciones de irrupción, modificación o alteración del espacio; y prácticas de investigación contemporánea que plantean a la escultura como problema estético.
Los visitantes podrán encontrar diálogos entre piezas en la medida en que se acerquen, se alejen o caminen entre ellas.“Tú los vas generando como espectador, nos interesaba mucho plantear algo y que la presencia de los visitantes fuera el punto de partida”, detalla la curadora.
Silverio Orduña ahonda que el desarrollo de la escultura “no es completamente lineal, no se acabó la figuración y llegó la abstracción para siempre, más bien son inquietudes que lo escultórico ha abierto a través del tiempo y varios años”.