Cultura

“Historia del ojo” se inaugura este jueves 10, a las 19:00 horas en la Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana

Armando de la Garza expone la delgada línea entre lo sagrado y lo erótico en la naturaleza humana

Muestra. El cartel de la exposición.

En el arte barroco, la representación visual y simbólica del misticismo religioso incorporó elementos eróticos para expresar la intensidad de la experiencia religiosa y la unión con lo divino, con los que los artistas buscaban generar una respuesta emocional intensa en el espectador, recurriendo a la sensibilidad y al deseo como medios para la comprensión de lo sagrado. 

A partir de esta idea, pero centrando esta experiencia visual- sensorial en el ojo, órgano cuyo simbolismo es vasto y que va más allá del simple “ver”, Armando de la Garza invita a percibir la delgada línea entre lo sagrado y lo erótico, el dolor y el placer, lo racional y lo animal, en su exposición Historia del ojo, a inaugurarse el jueves 10, a las 19 horas, en la Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ).

Inspirada en la novela homónima del pensador y escritor francés Georges Bataille, en la que se narran los diversos encuentros sexuales cargados de perversiones del narrador y su pareja, y donde el ojo, mejor dicho, la mirada, la percepción, y la transformación a través de esta, juegan un papel fundamental en la obra.

Por su parte, Armando de la Garza, a través de 25 óleos sobre masonite o lino, intervenidos con dripping (goteo), algunos con pastas o con la inclusión de elementos metálicos, telas, cabellos, conchas de mar, entre otros, recrea esta visión entre lo espiritual y lo carnal, plasmada en obras barrocas de artistas como Guido Reni, Caravaggio o José de Ribera.

Tras una investigación de poco más de dos años, de la Garza dio vida a esta serie pictórica enmarcada en pequeños óvalos —similares a la pintura religiosa en forma ovalada, comúnmente llamada tavoletta—, donde prioriza al ojo, a la sección del ojo, de los ojos del retratado. “Mis proyectos surgen de esa exploración o investigación en lo clásico y contraponerlo o cuestionando lo contemporáneo”.

Destacó que, en su obra, explora imágenes como el San Sebastián y Santa Margarita, del pintor y grabador italiano Guido Reni, así como piezas del pintor español José de Rivera (muchas veces basadas en imágenes mitológicas que derrochan sensualidad) y se enfoca en cuestionar sus gestos y expresiones extasiadas, dejando abierto al público la reflexión si son resultado del contacto con lo sagrado o con lo profano.

“Es un cuestionamiento contemporáneo sobre lo que somos, como el equivalente en este momento. Estos personajes que están en éxtasis religioso, en realidad tiene una parte humana o una parte mucho más animal, en donde ese éxtasis es más bien como como sexual”, afirmó.

Armando de la Garza compartió que todas las piezas cuentan con elementos animales añadidos como caracoles de mar o cuernos, que rompen, tanto conceptualmente como físicamente, con la obra en cuestión, para reforzar el cuestionamiento sobre la naturaleza del ser humano: animales o espirituales, “somos más racionales o más libres, ese es el debate que queda abierto al espectador, que es el que siempre tiene la última palabra”.

Para el pintor, los marcos ovalados (ojos) son el canal entre el interior y el exterior de quien contempla los retratos de los santos y santas, plasmados en la pintura religiosa de esa forma tan carnal y expresiva, por lo que sus creaciones se centran solamente en los ojos de los personajes, dejando de lado el resto de la composición del artista.

“Enrojecidos, expresivos, brillantes, vibrantes, húmedos, con la pupila casi en blanco, ¿esos ojos están teniendo un éxtasis religioso o es un orgasmo?”, cuestionó.

“Individuos ostentosos, emocionalmente exaltados y profundamente complejos se llenan los fabulosos retratos que de la Garza nos ofrece, dibujando un panorama de identidades sensacionales, que gracias a la máxima meticulosidad y exigencia posibles con que fueron plasmadas nos ayudan a entender esa dicotomía entre y el dolor y el placer individuales”, consigna la hoja de sala en la exposición.

Para de la Garza la represión social, política o religiosa, limita al ser humano, lo que genera que se reprima la parte “animal”, por lo que, en su obra, elementos como conchas de mar o cuernos, intervienen las piezas para cuestionar si, en determinado momento, “nos gana la balanza para un lado o para el otro”.

La exposición se exhibe hasta el 30 de agosto con horarios de lunes a viernes: de 10 a 18 horas y los sábados de 10 a 15 horas. La entrada es gratuita.

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