Luego de la denuncia del hallazgo de restos óseos en un predio ubicado en Paseo de la Reforma No. 159, en la colonia Guerrero, de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizó una visita de verificación, el 11 de julio de 2025, en la que confirmó que las osamentas encontradas corresponden a remanentes de lo que fue el panteón de Santa Paula, el cual funcionó entre los siglos XVIII y XIX.
El titular de la Dirección de Salvamento Arqueológico, Salvador Pulido Méndez, informó que lo anterior se sabe con exactitud debido a que, entre 2014 y 2015, se realizó una solicitud de visto bueno de obra, por lo que se implementó un trabajo de salvamento arqueológico, en dos etapas, las cuales derivaron en la localización de 365 esqueletos completos.
El especialista destacó que se trata de un conjunto único que refleja una situación social de la Ciudad de México en un periodo determinado y en el que “hay restos óseos de mujeres y hombres de diferentes edades. Es decir, es un conjunto representativo de la población, y es justamente una de las características para que se trate como una colección”.
Agregó que durante las investigaciones también se halló cerámica, la mayor parte de origen virreinal, así como prehispánica ya que, probablemente, el camposanto se construyó sobre algún asentamiento prehispánico.
“Además, se localizaron algunos ataúdes, y acompañando a algunos restos óseos había cruces de metal, botones, hebillas y anillos de diferentes materiales. También se encontraron algunos de los ajuares con los que comúnmente se sepultaba a las personas en aquella época”.
Pulido Méndez resaltó que en dichas exploraciones se registraron diferentes capas de ocupación, que van desde la primera mitad del siglo XVIII hasta la década de los años 40 del siglo XIX, lo que brinda un amplio panorama cronológico.
Durante la verificación reciente se observaron algunos vestigios humanos en la tierra removida al interior del predio, los cuales también corresponden al panteón, aunque “ya perdieron su contexto original y no tenemos mayores datos que el hueso mismo”.
El arqueólogo adelantó que ya hay contacto con la empresa responsable de las obras en el predio, con el fin de organizar una nueva etapa de excavaciones y dar continuidad a los trabajos en las zonas que no se pudieron explorar en su momento, además de supervisar que durante la construcción no se dañen otros vestigios aún no localizados.
“Durante las excavaciones que desarrollaremos esperamos encontrar otra vez vestigios históricos y arqueológicos, restos humanos en posición anatómica, junto con los implementos con los que fueron enterrados”.
El Panteón de Santa Paula funcionó entre 1786 y 1871, y fue uno de los primeros de carácter civil que se ocuparon en la Ciudad de México, luego de que, por muchos años, estos espacios estuvieran asociados a las iglesias, cuyos atrios y patios parroquiales servían para sepultar a los difuntos.
Por último, el especialista reiteró que el INAH tiene la facultad de resguardar este tipo de restos, ya que se trata de elementos históricos únicos. “Cada individuo es diferente, por lo tanto, pasa a formar parte del acervo histórico y, en este caso, bioarqueológico del país, particularmente de la Ciudad de México”.