Cultura

‘El loco de Dios en el fin del mundo’ cuenta la historia real de un hombre ateo que se sumerge en el Vaticano y acompaña al papa Francisco a un viaje a Mongolia

Javier Cercas se redefine con su último libro: “Me ha cambiado la visión de todo”

Autor. El escritor español Javier Cercas. (Paolo Aguilar/EFE)

La nueva novela de Javier Cercas (1962) no solo ha cambiado su visión de la Iglesia, sino de todo lo demás, según afirma el escritor español, que en su paso por la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL) reflexiona sobre la literatura en un mundo sin certezas.

‘El loco de Dios en el fin del mundo’ cuenta la historia real de un hombre ateo que se sumerge en el Vaticano y acompaña al papa Francisco a un viaje a Mongolia, una historia que se está convirtiendo en un fenómeno editorial porque “es un libro distinto”, según indica su autor en una entrevista a EFE.

“Este libro no me ha cambiado la visión de la Iglesia, me ha cambiado la visión de todo, absolutamente. Un libro que no te cambia la visión de las cosas no puede ser un buen libro, un libro es una aventura y una aventura que no te cambia, no es una aventura”, sostiene Cercas.

En este sentido, dijo que la literatura, además de placer, es una forma de conocimiento, “y el conocimiento que no te cambia no es conocimiento”.

Cercas recuerda que el mayor reto con esta novela fue adentrarse al Vaticano sin prejuicios, con la mirada limpia, para precisamente entender, explicar y matizar lo que pasa dentro.

Aunque asegura que no sintió presión escribiendo sobre un tema “del que todo el mundo opina”, pues cuando trabaja se olvida de todo, sí esperaba que el libro generara cierta polémica.

“Mis libros han generado mucha controversia siempre, ¿y qué vamos a hacer? Bienvenido sea. Si la literatura no genera controversia, no es literatura. Está para ‘armarla’ y pocos libros la ‘arman’, muy poquitos, lo cual quiere decir que la literatura es cada día más irrelevante”, señala Cerca, lo que califica como “una desgracia”.

El escritor define su última publicación como una “novela sin ficción” que mezcla ensayo, autobiografía y crónica, y que en el fondo responde al modelo de novela policíaca que intenta descubrir una incógnita; solo que en esta ocasión pretende descifrar el misterio de la fe católica, “el enigma de los enigmas”.

Invitación única

El Vaticano abrió por primera vez sus puertas a un escritor, una oportunidad que Cercas, pese a ser ateo, aceptó y acompañó al anterior papa a Mongolia.

“Esta invitación forma parte de esa sacudida que quería darle el papa Francisco y sus colaboradores al Vaticano”, declara el escritor, quien afirma que Francisco fue muy disruptivo. Pero Cercas se aventura en este viaje movido por la fe de su madre, ferviente católica que ya era muy mayor.

“Comparada con la fe de mi madre, la del papa Francisco es más bien dubitativa. Ella era una de esas personas de creencia rocosa. Cuando me hacen esta propuesta, lo primero que pienso es en ella”, dice el autor extremeño.

Añade que ella siempre decía que al morirse se reencontraría con su marido, y Cercas entendió que le quería preguntar al papa si eso se iba a cumplir, para así llevarle la respuesta de vuelta a su madre.

La pregunta más elemental

“Cuando yo recordé eso, supe inmediatamente de qué iba a tratar este libro, de cómo un ‘loco’ sin Dios, es decir, yo, un tipo normal que se ha educado en el cristianismo y que ha perdido la fe, va a buscar al ‘loco’ de Dios a Mongolia para hacerle la pregunta más elemental y a la vez fundamental, más personal y más universal”, relata.

Durante la conversación, reflexiona que vivimos un momento especial, pues desde hace más de un siglo el catolicismo está en decadencia y “Dios ya no es la explicación de todo”.

“Ahora estamos en lo que Jean-François Lyotard llamaba la condición posmoderna. No hay grandes relatos, ni grandes explicaciones globales (...) Vivimos en un mundo sin certezas y esto es nuevo porque la gente antes vivía en un mundo ordenado con Dios, que daba sentido a todo”, dice.

Escritor lector

Tras declararse lector acérrimo, admite que revisa con frecuencia a sus autores favoritos pues releer a los suyos provoca que leer pase de ser informativo a algo verdaderamente literario.

“Para decir la verdad, releo más que leo, pero también leo cosas nuevas. Por ejemplo, venir a Latinoamérica es muy estimulante porque siempre te llevas libros de autores que allí no llegan o que son menos conocidos”, manifiesta.

Por ejemplo en este viaje a Perú, cuna de su tan querido Mario Vargas Llosa, lee una antología de ensayos del mexicano Luis Villoro, el último volumen de la pentalogía del autor italiano Antonio Scurati sobre Benito Mussolini y reconoce que siempre va a cuestas con Rubén Darío.

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