Cultura

La la única información existente del pergamino es un artículo del arqueólogo Alfonso Caso, realizado en 1947

Inician estudio para develar el misterio del origen del Mapa Popotla

Mapa. Un detalle del Mapa Popotla resguardado en la bóveda de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. (INAH)

El Mapa de Popotla, códice que se teoriza data del siglo XVII, será sometido, por primera vez, a pruebas científicas para determinar su procedencia, contexto colonial y su vínculo con el paisaje sagrado mexica, mediante un proyecto interinstitucional y multidisciplinario que profundizará sobre su materialidad y contenido.

La iniciativa, liderada por la antropóloga adscrita al Center for Research and Practice in Cultural Continuity de la Universidad de Varsovia, en Polonia, Isabel Bueno Bravo, cuenta con la colaboración de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Se trata de una investigación que aportará datos sobre la técnica de manufactura del documento, la temporalidad de sus elementos constitutivos y su posible procedencia, pues se desconoce si es original o un calco. Se espera concluir a principios de 2026.

La especialista en guerra prehispánica explicó que la única información existente del pergamino, resguardado en la bóveda de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, “Dr. Eusebio Dávalos Hurtado” (BNAH), ubicada en el Museo Nacional de Antropología, corresponde a un artículo del arqueólogo Alfonso Caso, realizado en 1947, por lo que ahora será estudiado con técnicas científicas y etnohistóricas.

“El objetivo es plantear una hipótesis sobre su contexto histórico, la cual será confirmada o replanteada en función de los resultados del análisis material”, puntualizó al detallar que este se realizará a partir de tres muestras, menores a cinco milímetros, tomadas con autorización de las autoridades correspondientes y bajo estrictas normas de seguridad y conservación.

Mapa El estudio del mapa. (INAH)

La investigadora considera que, posiblemente, el documento, catalogado como códice y que mide 72 por 83 centímetros, “se desprende de un expediente, un título primordial, con el que los habitantes del ‘lugar de los popotes’ hacían valer su derecho sobre la tierra, en el territorio representado”.

Respecto a la iconografía resaltó que hay una representación de caciques, similar a la que aparece en los llamados códices Techialoyan, de finales del siglo XVII; sin embargo, lo demás es de tradición indígena, por lo que se cree que podría corresponder a los primeros momentos del contacto con los españoles y, quizá, se le agregó información en distintos momentos de su historia.

Otro hallazgo relevante, apuntó Isabel Bueno, es que se ubicaron cuatro copias del mapa, dos en la Biblioteca Nacional de Austria, en Viena, ambos en piel animal, y dos más en la BNAH, uno de papel semitransparente, elaborado en 1720 y conocido como “Calco de Gómez de Orozco” (77 por 98.5 cm), y otro en papel vegetal, de medidas aún por determinar, que posiblemente fue encargado por Alfonso Caso, hacia el final de la primera mitad del siglo XX.

Relativo a la naturaleza orgánica del soporte, la bióloga del Laboratorio de Arqueobotánica de la Subdirección de Laboratorio y Apoyo Académico (SLAA), María Susana Xelhuantzi López, anotó que presenta características morfológicas microscópicas propias de la epidermis de chivo, lo que permitiría situarlo, cronológicamente, en la época colonial.

Esta hipótesis se verificará mediante análisis proteómicos, que serán realizados por el investigador de la UNAM, Abel Moreno Cárcamo.

A su vez, la investigadora del Laboratorio de Geología de la SLAA, Alba Azucena Barrios Ruíz, encargada de obtener las micromuestras, dijo que los pigmentos presentan una textura distinta a las encontradas en códices prehispánicos, como el Maya de México, por lo que se tiene la hipótesis de que utilizaron tinturas producidas en serie y no de manera artesanal.

Agregó que los colores presentes son: azul, verde oscuro, amarillo, café rojizo, negro y rosa claro. La naturaleza de los pigmentos será analizada por medio de microscopía óptica estereoscópica, microscopía electrónica de barrido y técnicas vibracionales.

La antropóloga Isabel Bueno subrayó que aún quedan elementos por descifrar, como el tzompantli que aparece al centro de la imagen, que “refuerza la hipótesis de que Popotla tuvo relevancia en la época mexica, no solo como uno de los primeros asentamientos previos a la fundación de Tenochtitlan, sino como parte del paisaje sagrado y ceremonial del imperio”.

Por último, dijo, la contextualización temporal del mapa estaría incompleta sin una datación precisa que determine el momento de la muerte del animal del cual procede la piel, cuyos fechamientos serán realizados por los investigadores de la UNAM, Miguel Martínez Carrillo, Corina Solís Rosales y María Rodríguez Ceja.

Tendencias