
Los ataques y menosprecios “sin precedentes” del presidente estadounidense, Donald Trump, “no podrán con el prestigio ni con el progreso de la lengua y la cultura en español en Estados Unidos”, dijoel director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado.
“La cultura y la lengua (españolas) son bastante más importante que el señor Trump. Su Gobierno es transitorio y algún día acabará”, aseguróel historiador y catedrático de Derecho Administrativo, que participó esta semana en el XXII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH) que se celebra en Chile.
A las pocas de tomar posesión el pasado enero, Trump eliminó la versión en español de la página web de la Casa Blanca, así como los perfiles en redes sociales en español de la institución.
El pasado marzo, además, firmó un decreto para establecer por primera vez a nivel federal el inglés como lengua oficial en un país donde se hablan más de 300 lenguas y donde los hispanos suponen la minoría más numerosa, con una población que supera los 65 millones y representa cerca del 20 % de la población total, según la Oficina del Censo estadounidense.
La medida, según grupos de defensa de los derechos de los migrantes y los demócratas del Congreso, podría alienar a los inmigrantes y hacer más difícil que las personas que no hablan inglés obtengan servicios gubernamentales, rellenen formularios de salud o voten.
“Es imposible que Trump destruya la culta hispana en Estados Unidos. Ni se establecen las culturas por decreto, ni se suprimen las lenguas que habla la gente a golpe de firma (...) Son choques que habrá que soportar, que habrá que combatir, pero que son -a mí juicio- transitorios”, agregó Muñoz Machado.
Democracia eficiente, pero delicada
Al frente de la RAE desde 2018, el jurista aprovechó su estancia en Chile para presentar también su último libro, ‘De la democracia en Hispanoamérica’, un ensayo histórico que recorre los hitos de los dos últimos siglos en la región para comprender los desafíos democráticos actuales.
La presentación tuvo lugar en la misma semana en la que se celebró en Santiago una cumbre en la que cinco líderes progresistas de Iberoamérica, entre ellos los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, o del Gobierno español, Pedro Sánchez, denunciaron que la democracia está amenazada en muchos países del mundo.
Muñoz Machado dijo que coincide con el diagnóstico de la cumbre: “La democracia está amenazada tanto por los populismos de derechas como por los populismo de izquierdas, por partidos que no creen en la democracia y que pretenden apoderarse de los Estados y del poder, por gobernantes que llegan al poder y luego no lo dejan”.
El jurista hizo autocrítica y aseguró que hemos llegado a este punto por “no cuidar las cosas” como sociedad, ya que “la democracia es una forma de gobierno muy eficiente, pero también muy delicada, que hace falta estar cuidando continuamente y perfeccionando”.
Insultos en el debate político
Presidente también de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Muñoz Machado destacó que la lengua puede ser una “buena herramienta para fortalecer la democracia” y que las malas palabras o los insultos que abundan en los debates políticos de cada vez más países no hacen sino “empeorar la calidad democrática”.
“Los políticos son los primeros que tendrían que dar ejemplo de buen uso del lenguaje. Los miran no solo adultos, también jóvenes y niños que son moldeables y cuyas conductas lingüísticas son sensibles de ser empeorables”, indicó el jurista, que antes de Chile, estuvo en Argentina, donde los insultos se han convertido en una constante en los discursos de su presidente, el libertario Javier Milei.
La Academia, añadió, “puede hacer poco con esto, además de advertir contra la perversidad y aconsejarles (a los políticos) que, antes de hablar, revisen el diccionario”.
La RAE constituyó hace tres años, precisamente en Santiago, la Red Panhispánica de Lenguaje Claro y Accesible, integrada por instituciones de toda la región y cuyo objetivo es fortalecer del derecho fundamental de los ciudadanos a comprender las leyes y normas básicas reguladoras de la convivencia social.
En tiempos como hoy de debilitamiento democrático, esta iniciativa es “más necesaria que nunca”: “El lenguaje bueno y claro tiende a una mayor democratización de nuestras sociedades”, concluyó.