Cultura

Matthias Davids procura mostrar una faceta liviana y hasta humorística de Richard Wagner, cuya obra está marcada por las grandes tragedias

Bayreuth trata de mostrar un Wagner liviano en la apertura con Los Maestros Cantores

ópera. BAYREUTH, 24/07/2025.- El Festival de Bayreuth se inaugurós con el estreno de una nueva puesta en escena de 'Los maestros cantores de Núremberg' con dirección musical del italiano Daniele Gatti y la puesta en escena del alemán Matthias Davids. (Rodrigo Zuleta/EFE)

El Festival de Bayreuth se abrió este viernes con el estreno de una nueva versión de Los Maestros Cantores de Núremberg, con dirección musical de Daniele Gatti y dirección escénica de Matthias Davids, en la que se procura mostrar una faceta liviana y hasta humorística de Richard Wagner, cuya obra está marcada por las grandes tragedias.

Un espectador, antes del estreno, decía que ya la elección de Los Maestros Cantores para la apertura era algo que apuntaba a un Bayreuth menos cargado de grandes dramas. “Es la única ópera de Wagner en la que no hay muertos”, señaló.

Esto último es algo que habría que comprobar, pero en todo caso Los Maestros Cantores está muy lejos de las catástrofes cósmicas que viven dioses y humanos en El Anillo de los Nibelungos o también del amor trágico entre Tristán e Isolda que los lleva a la muerte.

La versión de Davids es algo que se propone resaltar ese contraste y ha definido incluso la obra como comedia y de hecho durante el estreno ha logrado arrancar al público algunas risas en algunos momentos de la lucha entre Walther von Stolzing y el escribano Beckmesser por ganarse el derecho a casarse con Eva, para lo que necesitan imponerse en una competición entre cantores.

Algo así, según Davids, como “Alemania busca superestrella” -título de un programa de televisión de música popular- pero en versión wagneriana.

En el programa del estreno se asegura que no hay una sólo foto de Wagner en la que el compositor se ría, lo que se trata de arreglar recurriendo a la inteligencia artificial, que arranca una carcajada a una imagen del compositor.

La escenografía y el vestuario tienden a un cierto eclecticismo. Hay gente vestida con trajes del siglo XVI o XVII, la época en la que trascurre el argumento de la obra, pero también hay personajes vestidos con ropas actuales, entre otros el protagonista,Walther von Stolzing, que parece salido de alguna fiesta juvenil en el primer acto.

 Un festival que se cuestiona

La versión de Davids apunta a una tendencia del Festival de Bayreuth a cuestionarse a sí mismo y a sus tradiciones. Ya desde hace un año, detrás del teatro del festival hay una documentación dedicada a los músicos judíos que sufrieron persecución durante el nacionalsocialismo y el recuerdo del antisemitismo visceral de Wagner es algo que no se oculta.

Este año, hay una exposición dedicada a la presencia de Wagner en la caricatura, con ejemplos alemanes, austriacos y franceses. Hay caricaturas que apuntan estrictamente a lo musical y a sus composiciones que a veces resultan grandilocuentes y apabullantes.

Hay dibujos que muestran a músicos dirigidos por Wagner que tienen que ponerse bolsas de hielo en la cabeza para soportarlo. Otros que muestran a las estatuas de Mozart y Beethoven tambaleándose ante la estridencia de la música de Wagner.

Otras caricaturas apuntan a temas políticos, Wagner con el casco prusiano, o a la doble moral del compositor ante los judíos a quienes detestaba -lo prueba su ensayo “El judaismo en la música”-, pero a quienes recibía con los brazos abiertos cuando se trataba financiar su festival.

Es conocido que muchos de los mecenas de Bayreuth al comienzo fueron judíos.

 ¿Un exorcismo?

La versión de Davids, como algunas otras versiones anteriores, puede tener algo de exorcismo. Los Maestros Cantores era una de las óperas preferidas de Hitler, que tendía a ver a Beckmesser como una representación de un judío a quien los artesanos alemanes terminaban negándole la victoria.

Sin embargo, esa interpretación fue siempre problemática, ya que en la ópera es el propio Walther von Stolzing el que llega de fuera, es decir el advenedizo que tiene que esforzarse por ser aceptado, lo que al final consigue.

El propio Wagner no siempre fue el mito en el que se convirtió aún en vida con la construcción del teatro de Bayreuth, gracias al apoyo del rey Luis II de Baviera. Antes también había vivido el exilio y con dificultades económicas por sus proyectos megalómanos.

En ese sentido, Davids lo ha sugerido, Walher von Stolzing puede tener mucho de retrato de Wagner antes de su llegada a Bayreuth. 

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