
El Palacio de Cultura Banamex-Palacio de Iturbide presenta una exposición dedicada al milenario arte en cera, una manifestación estética que acompaña a la humanidad y cuya trascendencia llega a nuestros días. La muestra permanecerá abierta hasta el 21 de septiembre de 2025, con entrada libre.
Las antiguas culturas de Mesoamérica utilizaron la cera de abejas meliponas como aglutinante en la elaboración de piezas artesanales decoradas con plumas y minerales. Posteriormente, en la Grecia helenística y el Egipto ptolemaico, la cera se empleó para crear retratos funerarios mediante la técnica de encáustica, considerada uno de los primeros métodos para lograr representaciones realistas en la historia del arte.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, la ceroplástica alcanzó un alto nivel de perfeccionamiento en ciudades como Florencia y Bolonia, destacándose por la producción de modelos anatómicos y botánicos que contribuyeron al avance de la medicina y las ciencias naturales. Con la llegada de maestros cereros a la Nueva España, la tradición se expandió a ciudades como México, Valladolid y Puebla, donde se desarrollaron talleres que producían velas, figuras religiosas, exvotos y nacimientos de gran valor artístico y simbólico.
La muestra reúne piezas que permiten apreciar la diversidad de técnicas y usos de la ceroplástica a lo largo del tiempo, desde los agnus dei –medallones devocionales que eran consagrados como amuletos protectores– y los exvotos ofrecidos en agradecimiento por milagros recibidos, hasta retratos detallados, cuerpos relicario, velas votivas decoradas y muñecas con cabezas de cera que marcaron una época en la historia del juguete artesanal.
Asimismo, se exponen ejemplos de la ceroplástica anatómica y botánica, que revelan la precisión con que artesanos y científicos colaboraron para la elaboración de modelos utilizados en la enseñanza y el estudio del cuerpo humano y las especies vegetales. También se incluye la pintura encáustica, una técnica milenaria que combina cera caliente y pigmentos para crear imágenes vibrantes y duraderas, y que se mantuvo vigente desde la antigüedad hasta el arte moderno.
La exposición no solo revisita el pasado: también presenta propuestas contemporáneas en las que artistas actuales reinterpretan la ceroplástica desde perspectivas ecológicas y conceptuales, explorando nuevas posibilidades expresivas que promueven el uso de materiales naturales y sostenibles.
Entre los núcleos de la exposición se encuentran exvotos y agnus dei, símbolos de fe y gratitud; ceras anatómicas y botánicas, testimonio de la unión entre arte y ciencia; retratos, cuerpos relicario, velas y figuras religiosas, que muestran la maestría alcanzada por los artesanos de la cera; ceroplástica figurativa, con escenas de la vida popular y personajes históricos; muñecas, maniquíes y pintura encáustica, ejemplos de la versatilidad de este material a lo largo del tiempo; y ceroplástica contemporánea, que rescata la tradición para adaptarla a los discursos artísticos actuales.