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A dos días de que entren en vigor las normas de la UE para los modelos de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, de OpenAI, o Gemini, de Google, las organizaciones señalaron en un comunicado que las reglas “no abordan las preocupaciones fundamentales” del sector

Autores, artistas y editores muestran su “insatisfacción” con las normas de la UE sobre IA

Arte. La ley de la UE obliga a que estos modelos de inteligencia artificial se entrenen con datos que respetan los derechos de autor y a no proporcionar información discriminatoria ni contraria a los derechos fundamentales.

Cuarenta organizaciones europeas e internacionales de artistas, editores y poseedores de derechos de autor mostraron este miércoles su “insatisfacción” porque consideran que la Comisión Europea no ha salvaguardado sus intereses frente a las empresas de inteligencia artificial (IA) generativa.

A dos días de que entren en vigor las normas de la UE para los modelos de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, de OpenAI, o Gemini, de Google, las organizaciones señalaron en un comunicado que las reglas “no abordan las preocupaciones fundamentales” del sector.

La ley de la UE obliga a que estos modelos de inteligencia artificial se entrenen con datos que respetan los derechos de autor y a no proporcionar información discriminatoria ni contraria a los derechos fundamentales.

El Ejecutivo comunitario presentó hace dos semanas el código de conducta que tendrán que seguir las empresas para cumplir con los requisitos, un documento voluntario que para estas organizaciones es “una oportunidad perdida para brindar una protección significativa de los derechos de propiedad intelectual”.

“La ley de inteligencia artificial se diseño específicamente para facilitar a los titulares de copyright aplicar sus derechos en virtud del Derecho de la UE, en respuesta al uso continuo, generalizado y sin licencia de sus obras y otros contenidos protegidos por parte de los proveedores de modelos de inteligencia artificial generativa”, apuntaron.Sin embargo, consideraron que las observaciones que los poseedores de derechos de autor han hecho a la Comisión Europa durante el proceso de elaboración del código de conducta “han sido ampliamente ignoradas”.

El código de conducta es voluntario y Meta ya ha dicho que no lo va a firmar, aunque la Comisión Europea ha señalado que las empresas que no se adscriban deberán demostrar por otros medios que están cumpliendo los requisitos.

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