
Conocida sobre todo por su castillo medieval, la ciudad ucraniana de Lutsk adquiere actualmente impulso en plena guerra como destino nacional de turismo cultural y espera darse a conocer también en el extranjero gracias a la acción ambiciosa e incansable de una constelación de oenegés y activistas sociales poco habitual en municipios de su tamaño.
Con poco más de 200.000 habitantes y situada en el noroeste de Ucrania, cerca de la frontera con Polonia, la capital de la región histórica de Volinia se enfrenta como muchos otros lugares de sus características en la Europa poscomunista a la amenaza de la despoblación y la depresión económica.
La invasión militar rusa de Ucrania ha agudizado esas amenazas, pero también ha espoleado la iniciativa ciudadana que transforma en la actualidad la vida cultural y el paisaje urbano de Lutsk, que pese a estar entre las ciudades de Ucrania más alejadas del frente ha sido objetivo frecuente de los ataques rusos por albergar una importante base aérea del Ejército ucraniano.
“Lutsk era considerada a menudo una ciudad de tránsito hacia Polonia, y mucha gente de aquí emigraba al extranjero o se iba a Leópolis o Kiev”, dijo a EFE Ella Yatsuta, fundadora de la oenegé Frontera y líder del colectivo cívico Algorytm.
“Ahora la gente de otras ciudades ve que en Kutsk hay oportunidades para desarrollar su propio potencial”, agregó.
Rehabilitar edificios y espacios
Uno de los proyectos más emblemáticos que se han puesto en marcha recientemente en Lutsk es el espacio Abo Abo, que sus impulsores definen como un centro de desarrollo para las industrias creativas y servirá una vez terminado para organizar exposiciones, grabar pódcast y ser lugar de reunión de artistas y emprendedores culturales.
Además de remodelar y abrir al público el edificio, esta iniciativa de la oenegé Algorytm ha dado vida a la pequeña plaza que hay delante del antiguo palacio de telecomunicaciones, que ya es lugar de reunión habitual espontánea hasta la hora del toque de queda de muchos jóvenes de Lutsk.
Igual de importante para transformar la geografía del municipio puede llegar a ser el proyecto con el que colectivos ciudadanos como Misto.Reboot quieren transformar la antigua zona industrial de Luchanka.
En los edificios generalmente decrépitos que un día albergaron una de las fábricas textiles más importantes de la Unión Soviética han empezado a funcionar nuevos negocios como un taller de restauración de instrumentos tradicionales y un espacio de confección y venta de ropa alternativa que ya atrae a muchos clientes a una zona de la ciudad que antes casi todos descartaban.
Casa Pako
Gracias al trabajo de Algorytm y de sus socios de la oenegé Frontera, que organiza este fin de semana en Lutsk uno de los festivales de Literatura más destacados de Ucrania, también ha tomado cuerpo un programa de residencia artística.
Dicho programa está dedicado a la memoria de Yurko Pokalchuk, una de las figuras más queridas e influyentes de la escena literaria y musical de las últimas décadas en la región de Volinia, y dotará además a la ciudad de un nuevo espacio de expresión e intercambio artístico.
El proyecto gravita en torno a la llamada Casa Pako, en honor a Pokalchuk, escritor, poeta y cantante conocido por todos como Pako por un juego con las vocales de sus primeras letras de su nombre que refleja por accidente las conexiones de Pako con la lengua española.
Políglota y pionero en la introducción de la literatura hispanoamericana en la Unión Soviética, Pako (1941-2008) hablaba español y fue uno de los primeros traductores de autores como Borges y Cortázar Detrás del telón de acero.
“No buscamos construir bustos de bronze o crear un relato sobre el pasado, sino hablar del presente, porque esto es lo que nos ha formado, es el lugar del que partimos”, dijo a EFE Anna Yekimenko-Polishchuk, de la oenegé Frontera y una más de los muchos ucranianos influenciados por el legado del artista, en el jardín de la casa que la familia de Pako ha legado para el proyecto.