Cultura

La actividad humana es, una vez más, la causante de la migración de especies que buscan encontrar un lugar aislado para su supervivencia

Skomer, la isla que ayuda a la conservación de aves marinas

Frailecillos

Los Frailecillos Atlánticos (Fratercula arctica), aves parecidas a los pingüinos, con las principales diferencias de que pertenecen a distintas familias y sí vuelan; como muchas otras especies, se enfrentan al problema de la destrucción de su hábitat natural a causa de la urbanización.

Y aunque no se encuentran categorizados en peligro de extinción, la pervivencia de los Frailecillos se mantiene vulnerable ante la reducción del espacio para las crías.

La esperanza para estas aves se presenta en una pequeña isla galesa con el nombre de Skomer. Con 2.92 kilómetros cuadrados, alberga también a una variedad de aves, como pardelas baleares, araos y alcas comunes.

El aislamiento de la isla los protege de la actividad humana, además de depredadores como gatos, perros y ratas. A su vez, les ofrece una abundante cantidad de peces para alimentarse.

Como cada año, el Fondo para la Vida Silvestre del Sur y el Oeste de Gales (WTSWW, por sus siglas en inglés) llevó a cabo, en 2025, el recuento de frailecillos que habitan en la isla: 43.626 ejemplares de esta especie, la cifra más alta jamás registrada.

Por desgracia, nuevas amenazas se presentan: en las costas de Reino Unido, la gripe aviar y las recientes olas de aumento de calor en el mar, ponen en riesgo la vida de estas aves.

(Con información de la BBC)

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