
Tenemos un rezago de ideas del siglo pasado que hacen una división entre humanidades, artes y ciencias, “es un despropósito porque sabemos que la buena literatura no tiene que ver con de qué trata la obra”, observa el zoólogo y divulgador Andrés Cota Hiriart (Ciudad de México, 1982) respecto de prejuicios que existen contra la no-ficción y la “literatura de naturaleza”, como géneros apartados de “lo literario”.
En conversación sobre “Fieras Interiores” (Penguin Random House, 2025) reciente publicación en la que explora el cuerpo humano y sus habitantes microscópicos, el autor ahonda sobre el concepto de liternatura y su percepción sobre el ejercicio divulgativo.
Asimismo, comenta algunos temas como locura y parasitismo.
“A mí me ha pasado varias veces a lo largo de estos años que en alguna Feria de libros me dicen ‘oye, pues sí, gracias por tu propuesta, pero es que esto es una feria más literaria’, como si la no ficción o la literatura de naturaleza no fuera literatura o no estuviera al mismo nivel. Hay una idea bastante anacrónica en México todavía de eso”.
-¿Qué piensas de ver la divulgación como un género aparte? ¿Qué intención tienes tú con tus obras y en particular ésta?
“Creo que un poco la intención siempre va a ser lo que marque la pauta de lo que distingue una cosa de otra, si hay una intención literaria, si hay una búsqueda de lenguaje o algo que va un poco más allá de la pretensión de divulgar conocimiento o ciencia. Al menos a mí lo que me guía son ambas cosas”.
En tanto que biólogo, Andrés Cota Hiriart reconoce en su trabajo una pretensión de compartir hallazgos y conocimiento. A la vez destaca que hay algo que va “más allá”.
“Una búsqueda estética, una intención literaria”, describe.
“No creo que toda obra de la liternatura necesariamente tenga que ser divulgativa, efectivamente dentro de esta corriente hay capas fuertes que vienen de las ciencias naturales, de la filosofía ambiental o cuestiones periodísticas que sí tienen que ver con la diseminación de conocimiento afín la divulgación, pero también va a venir toda otra capa de revalorar conocimientos ancestrales”, continúa.
“Creo que también va a haber liternatura más poética, que no tiene nada de divulgativo y nada más busca contagiar una especie de experiencia estética”, añade y confiesa que a él la pura divulgación, en el sentido “más canónica o clásica, no me gusta nada”.
LITERNATURA
Andrés Cota Hiriart considera que en Latinoamérica cada vez se hacen más obras de Liternatura o narrativaleza, entendidas como las obras que van más allá de la divulgación científica en un esfuerzo literario, a la par que versan sobre temas “naturales”.
“La literatura es un reflejo de la inquietud humana, es normal que cada vez más personas expresen en su obra estas preocupaciones”, apunta.
El escritor ofrece estos dos términos como una castellanización de “nature writing” y opina que su auge es un reflejo de la inquietud del momento de crisis ambiental y climática.
“Yo no necesariamente creo en los géneros literarios porque como sabemos son parte del mercado y no necesariamente de las obras, pero en este caso me parece importante nombrarle, también puede ser ecoescritura, puede ser biopoesía o letras verdes, el punto es nombrarle, para que la constelación de obras que están ahí -no estamos inventando nada, ahí está- cobre más fuerza”, plantea.
Desde su perspectiva, es deseable que esta corriente tenga más alcance pues muchas obras de este tipo se quedan en esfuerzos locales que no logran tomar impulso.
“Llevo 10 años escribiendo libros de este tipo, en general en trincheras más independientes, más locales, que tienen su propia escena de acción… pero creo que vale la pena el empuje para que no sea una tendencia pasajera y más bien ya se quedara”, expresa.
Para él sería buenísimo que uno pudiera ir a una librería y hubiera un anaquel dedicado a liternatura, donde cupiera toda la obra antes llamada inclasificable por ser permisiva con los géneros y la mezcla de estilos, “donde podamos encontrar ornitorrincos literarios o quimeras”.
FIERAS
La novela entreteje el mundo microscópico y la vida humana cotidiana. A través de anécdotas familiares, el escritor explora la relación que puede existir entre nuestras emociones y algunos parásitos.
“Es la historia de mi abuela, curiosamente sin tenerlo deliberado. Ya tenía una primera versión de los parásitos, que funcionaba como un libro más, que a lo mejor más divulgativo, aunque con chiste pues, pero ahí se cruzó la historia de mi abuela”, explica.
Le parece que al mezclarse las investigaciones y lecturas científicas con la historia de su abuela “queda más clara la correlación entre algunos tipos de esquizofrenia y la exposición a ciertos tipos de parásitos”.
Andrés Cota Hiriart señala que hay muchos niveles de esquizofrenia y que hay personas que pueden llevar una vida plena con apoyo de medicamentos, pero destaca que hay casos como el de su abuela, persona feroz con claroscuros, que son muy extremos.
“Con la edad fue agonizando cada vez más, pero incluso en esa locura extrema, hay momentos de dicha, hay momentos luminosos y de cariño …y otros terribles y violentos, esa es la complejidad y el claro-oscuro, los grises. Cada vez nos intentan polarizar todo, pero la gran mayoría de cosas humanas son grises, como el parasitismo y la locura: es agridulce, complejo y cambiante”.