
Con una guardia de honor, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) se despidió de la física, astrónoma, divulgadora y científica, Julieta Norma Fierro Gossman (Ciudad de México, 24 de febrero de 1948-19 de septiembre de 2025).
Tras la guardia de honor junto al féretro, en la que participaron Flavio González Mello, Jesús Silva Herzog Márquez, Angelina Muñiz Huberman, Rodrigo Martínez Baracs, Marina Garone, Adolfo Castañón, Jorge Ruiz Dueñas, Liliana Weinberg, Margo Glantz, Gonzalo Celorio, Alejandro Higashi, José Luis Díaz Gómez, Raúl Arroyo (Pachuca) y Sara Poot Herrera (Mérida), los académicos pasaron uno por uno a despedirse del cuerpo.
Después, Rafael Fierro Grossman tomó la palabra para señalar que todos lucían muy lúgubres, mientras que la noche previa, familiares, amigos y estudiantes de Julieta Fierro Grossman se reunieron en la funeraria para velar su cuerpo con mucho más optimismo.
“Toda la gente empezó a acordarse de la loca, de sus bailes y sus patines y su capacidad de alegría y de ser un poquito impertinente, que hacía verdaderamente memorable las cosas”, compartió su hermano Rafael.
Rafael Fierro Grossman comentó que en la sala de junto velaron a alguien que había compuesto mambos y las personas llevaron música, “era exactamente lo que necesitábamos”.
“Les agradezco mucho. No estén tan sombríos. Sonrían porque no es con tristeza. Gracias por estar aquí”, agregó.
Sus palabras fueron seguidas de un minuto de aplausos y se escuchó un “Viva Julieta”. Luego, de forma natural los asistentes comenzaron a platicar sobre ella y recordaron su discurso de ingreso a la AML, “Imaginemos un caracol”.
En consideración con los medios de comunicación, el titular de la AML Gonzalo Celorio habló de lo que su ausencia representa para la institución.
“Hace muy pocos días, el día 11 de septiembre, en la conmemoración de nuestro sesquicentenario -150 años de la AML- yo presumí que por primera vez en muchos años las 36 sillas de número de la academia estaban ocupadas y ahora, bueno, pues nos enfrentamos a una vacancia muy difícil de llenar”, comentó.
Recordó el ingreso de Julieta Fierro a la AML como una explosión de simpatía, espontaneidad y jovialidad, en el que la divulgadora “pronunció un discurso con un caracol en la mano, muy divertido que acabó con un acto de magia para explicar no sé qué fenómeno”.
La recordó como una voz muy simpática y muy alegre, “que le quitaba a la Academia esta solemnidad inherente de hace 150 años” y que mantuvo siempre una actitud muy positiva.
“Me atrevería a decir que casi eufórica frente a cada una de las intervenciones de los académicos. Era muy estimulante porque era muy agradecida del conocimiento que los académicos tenían sobre sus respectivos temas y era muy aplaudida, digamos”.
Reconoció que la recordará con muchísimo cariño y alegría.

A modo de compartir una anécdota que reflejara su personalidad multifacética, Gonzalo Celorio relató que a Julieta le tocó participar en un homenaje en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, “porque no teníamos auditorio todavía, y entonces ella…pues he de decir que se empezó a quitar la ropa y nos hizo una especie de striptease, se quedó en mallas, pero bailó en homenaje al recuerdo de Miguel Capistrano, es decir que le quitó todo el sentido lúgubre que tenía ese homenaje y lo convirtió realmente en una especie de happening, para decirle en el mejor castellano”.
El narrador, ensayista y poeta Adolfo Castañón destacó que Julieta Fierro Grossman no fue un milagro “ella es parte de un gran árbol que es el árbol de la ciencia, la divulgación, la universidad y el saber”.
“Fue uno de los frutos más maduros de este árbol. Ella era capaz de llevar ese saber que está perdido en los laboratorios y los lugares más recónditos a una esfera de luz. En ese sentido, Julieta era una personalidad enormemente Política, con mayúscula, porque era capaz de ciudadanizar los temas menos fáciles de manejar”, opinó.
También observó que desde Monsiváis y Agustín Lara, Pedro Infante o María Félix, no había una persona que tuviera esa capacidad de crear unanimidad.
“Desde la presidenta de la República, al Rector, hasta los distintos centros de investigación, sus alumnos, compañeros, etcétera. Hay una espectro de unanimidad y esto habla también de una cosa que tiene que ver con ustedes, conmigo, con México”, apuntó.
A Julieta Fierro Grossman la sobreviven dos hermanos, Rafael y Héctor Fierro Grossman, así como sus dos hijos, Agustín Rayo Fierro y Luis Rayo Fierro.
Sus restos serán cremados y resguardados por la familia, mientras deciden su última morada.
¿HABRÁ MÁS HOMENAJES?
La familia no rendirá homenajes públicos, sino que guardará luto en privado, aunque se expresaron dispuestos a compartir materiales con ciertas instituciones y hacer seguimiento de investigaciones que la doctora Julieta Fierro Grossman tenía en desarrollo.
“Tenía un libro que estaba por concluir y material de difusión constante y de actualización de algunos fenómenos que ella le daba seguimiento, como las visiones de los telescopios internacionales, y documentos que están todavía en resguardo. Muy probablemente y si el Instituto de Astronomía tiene interés en dar seguimiento a las líneas de investigación que tenía al respecto, evidentemente estaremos abiertos para cooperar con la que era su casa laboral”, informó el vocero familiar.
Gonzalo Celorio recordó que la tradición de la AML es guardar luto por lo menos 6 meses antes de realizar un evento de homenaje, aunque anticipó que sí lo habrá.
“De la misma manera, para someter a votación la silla que deja vacante tenemos que esperar también tiempo de luto”, indicó.
Por su parte, la titular de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI) de México, Rosaura Ruiz Gutiérrez asistió a presenciar la guardia de honor y comentó que hablará con la AML, la UNAM y otras instituciones para programar un homenaje a Julieta Fierro.
INCONCLUSOS
Además de las investigaciones y seguimiento de proyectos en el que estaba involucrada, Julieta Fierro dejó inconclusos algunos proyectos literarios.
Angelina Muñiz Huberman, con quien fue coautora de “Astronomía, ¿para qué?” (Sexto Piso, 2024) detalló que preparaban un segundo libro, en el que comenzaron a combinar astronomía y poesía.
“Se iba a llamar ‘Astros, galaxias y más’. Estábamos como la mitad o tres cuartos del libro, ella me mandaba su capítulo científico de astronomía y yo lo convertía en un en un poema, que últimamente no me llegaban y yo le pregunté en uno de los correos, “Estoy preocupada ¿por qué no me envías?” Y ya nunca me contestó”, platicó.
“Entonces el libro se quedó a medio hacer. Estamos pensando si se publica así, como un homenaje, aunque haya quedado interrumpido, para seguirla recordando de cómo estuvo trabajando hasta el último momento”, continuó.
La poeta recalcó que la astrónoma siempre va a estar presente, aunque la rapidez de su partida haya dejado a tantas personas tan tristes y tan sorprendidas, por lo inesperado de la noticia.
“Pero pues así es la vida. Llega un momento en que nos despedimos y en el caso de ella, se convierte en una estrella”.
Asimismo, el divulgador científico, físico y Premio Crónica Gerardo Herrera Corral publicó en sus redes sociales que hace apenas unos días había conversado con Julieta Fierro sobre un proyecto de libro a dos manos.
“Hablaríamos del Micro y del Macro cosmos; de lo grande y lo pequeño; del Gran Colisionador de Hadrones y los grandes telescopios del mundo. “Podría tener al menos 100 imágenes”, decía Julieta. Y luego agregaba: “Las demás las podríamos generar con inteligencia artificial”, dice el texto con el que el divulgador adjuntó una imagen creada en IA de ambos. “Yo no me parezco, pero ella es inconfundible”, añadió.