

“Hablando se entiende la gente” se llama la muestra que revisa la labor creativa de Mónica Mayer en los años recientes. Se puede visitar en la Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), hasta febrero de 2026.
“Llevo desde el 2012 haciendo piezas con mi archivo, pero he tenido el Sistema Nacional de creadores los últimos 3 años y propuse este proyecto: ‘Hablando se entiende la gente: interviniendo el Archivo Pinto mi Raya a partir del texto, la imagen y la palabra’”, explica la artista, en entrevista.
Fotografías, carteles, videos cortos y registros de algunos de sus performances, entre otros objetos y piezas realizadas en los últimos tres años de labor creativa son los que componen la muestra.
Son producto de diálogos entre archivos del acervo creado por Mónica Mayer junto con Víctor Lerma, titulado “Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales” (1989), que reunió la prensa y los textos de opinión en los periódicos sobre artes visuales durante 25 años.
“Mi propuesta original era centrarme en las conferencias que he dado desde los años 70 y 80, que han sido muchas y de todo tipo, como muchas conferencias performanceadas -mucho de mi trabajo es así - y hacer obra nueva a partir de estos materiales del archivo”, comenta.
Además de conferencias, ponencias, diapositivas de conferencias, en el archivo hay 999 artículos que Mónica Mayer escribió para un medio de comunicación nacional, “los que he publicado en otros lados no los tengo tan reunidos” y todos los textos de opinión sobre artes visuales publicados a lo largo de 25 años.
“Son como 40 000 textos y hay 250 000 noticias, entonces el archivo de Pinto mi raya es enorme, como para trabajar toda la vida”, detalla.
Desde hace más de 10 años, Mónica Mayer trabaja en reactivar archivos, pues guardados no sirven de nada. Así como el suyo, ha intervenido el de Olivier Debroise y Ana Victoria Jiménez, entre otros.
TECNOLOGÍA Y REDES
“En esta exposición para mí ha sido bien divertido porque estoy trabajando con pura gente mucho más joven que yo”, indica la artista sobre la curaduría a cargo de Yuruen Lerma Mayer, la museografía de Brenda Hernández y la realización del proyecto expositivo con el apoyo de Natali Olac Farfán y Tonantzin Arreola.
La muestra reúne nueve piezas que han transitado soportes: empezaron como performance, luego se hicieron gráfica en Facebook, luego se hicieron videos hechos con inteligencia artificial.
Entre ellas, la autora destaca un panel con cerca de 80 pequeños videos, podcast, páginas de Instagram, TikTok, donde ha estado distribuida su obra durante los últimos 3 años.
“La obra sí cambia de acuerdo al medio, eso a mí me ha interesado siempre”, señala.
Mónica Mayer recuerda algunas performances que hizo para televisión desde los años 80, cosas de gráfica digital y fotocopia desde los años 70. “La tecnología siempre me ha interesado mucho. Estoy en las redes desde que empezaron por estos rumbos, pero sí ha sido un reto, por ejemplo, TikTok. Ahí sí no me había metido, yo como viejita trabajaba más en Facebook y en Instagram”, continúa.
-En varios aspectos muchos artistas lo están apartando de sus herramientas, pero tú no, ¿cuál es tu postura sobre la IA?
“Creo que estas son discusiones que llevan mucho tiempo. Yo me acuerdo haber leído Apocalípticos e integrados a una cultura de masa de Umberto Eco y desde entonces estaban estas problemáticas. En esa época nosotros estábamos haciendo performances para la televisión, entendiendo la tecnología y entendiendo los medios masivos como un espacio a través del que podíamos también hacer un arte público”, dice Mónica Mayer.
“Para mí no es raro. En los 90s, cuando era high tech hacer fotocopia a color e impresiones grandotas -que empezaba aquí a llegar el equipo- estábamos organizando electrografía monumental sobre papel de algodón y mímesis, entonces, para mí no es raro acercarme a la tecnología. Me divierte mucho”, añade.
La artista asegura que conoce las problemáticas que tiene, “pero en este caso ha sido muy divertido”.
“Hay una pieza que hicimos que está en un podcast que saco yo de mi de mi archivo cinco textos que son muy irónicos (...) los metimos a programas de inteligencia artificial y por un lado nos lo convierten en un podcast. Es maravilloso, no sé si has hecho eso alguna vez, pero metes la conferencia o el artículo y te lo convierte en un podcast hablando dos personas, en un ratito, y después lo metimos a otro programa que te lo convierte en canción”.
Para ella la tecnología ha sido una herramienta maravillosa y un gran cambio en la manera de difundir su trabajo.
“Llega a muchas personas, entonces atraviesa fronteras, es inmediato y permite un diálogo. Muchas de mis obras ahora se construyen en diálogo con la gente en Facebook y en Instagram que van participando, van diciendo y así se va construyendo”, ahonda.
Por un lado, “Hablando se entiende la gente” se trata de una muestra de procesos lúdicos y “ por otro lado es el atrevernos como mujeres artistas a tomar la palabra y a decir que somos las más fregonas del condado”, indica Mónica Mayer.
UN NIDO DE ARTE
Mónica Mayer fue una de las primeras artistas en México en revindicarse con la etiqueta “feminista”, aunque ella misma quizás diría ahora que “no pertenezco a ninguna rama del feminismo, más bien he construido un nidito dentro del arte feminista”.
“En los años 80 creo que había tres grupos de arte feminista; del 2016, incluso, que hice yo una investigación para mi exposición en el Muac y había como 5-10 grupos, rascándole mucho; y ahora por las redes hay toda una comunidad joven, más joven y jovencísima, que se identifican como artistas feministas, que no le tienen miedo que las ves en las manifestaciones, en las redes, en colectivos, en grupos, haciendo murales, haciendo música, haciendo teatro, haciendo performance y artes visuales”, observa.
Opina que en ese sentido las redes sociales han permitido una masificación de las ideas, “para bien y para mal”, aunque en términos de creación de arte feminista, apunta la existencia de una comunidad muy amplia y diversa.
-¿Qué significa para ti ser feminista hoy?
“Siempre he dicho que el arte feminista es lo que cada una de nosotros definamos, mientras lo podamos argumentar. Mi definición es muy amplia. Lo que ha cambiado es que hace 30 o 40 años decía yo que era artista feminista y me encantaba decirlo en esa época porque la gente era como una almeja cuando le echas limón, había mucho escándalo al respecto… y hoy en día es algo que no encuentra tanta resistencia”, responde.
Sin embargo, a pesar de los cambios con el tiempo, la artista señala que el arte
feminista es un nidito porque ya se conocen las curadoras y las artistas, “somos cómplices de muchas batallas desde hace muchos años”.
“Para mí es un espacio de afecto con la artistas en general, con las que están en la historia del arte, en la gestión, mi relación es de afecto, es un espacio de cuidados”, comparte.
Advierte que seguramente también hay discusiones y pleitos, “que en el feminismo los hay y chonchos y los ha habido desde siempre, pero para mí el arte feminista es ese espacio-nidito en donde están mis colegas, mis compas, mis amigas”.
“Ser artista feminista es muy divertido”, agrega.

¿QUIÉN ES MÓNICA MAYER?
Nacida en la Ciudad de México (16 de marzo de 1954), estudió la licenciatura de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de México (ENAP) y obtuvo la maestría en Sociología del arte en el Goddard College de Estados Unidos.
Actualmente es conocida por sus creaciones artísticas en performance, gráfica digital, dibujo y práctica social feminista.
En 1983 creó el grupo de arte Polvo de Gallina Negra, junto con Maris Bustamante, dedicado al arte conceptual feminista y político.
Recientemente fue reconocida con el “Distinguished Feminist Award” en arte por el College Art Association (2025). Anteriormente, en 2021 recibió la Medalla de Bellas Artes en la categoría de Artes Visuales y en 2016 la presea Omecíhuatl por parte del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México.