
El novelista tanzano Abdulrazak Gurnah bromea el mismo día que se ha conocido el Premio Nobel de Literatura 2025, con que está “encantado” de llevar desde 2021 el “peso” que supone esta distinción, en un momento, además, en el que tiene nueva novela, ‘Un largo camino’, una historia que transcurre en su Zanzíbar natal.
“Lo que me interesaba en esta novela es ver cómo las personas gestionan la vida que les es dada, qué hacen con las cartas que les han tocado”, precisa.
La obra sitúa al lector a finales de los años noventa del siglo pasado, aunque alude a hechos y situaciones de los años cincuenta y anteriores, y en la misma cuenta la vida de tres jóvenes, dos hombres y una mujer, que alcanzan la edad adulta en el África oriental poscolonial.
“Todos nosotros heredamos las consecuencias de las acciones que han realizado en el pasado otras personas y muchas veces, sobre todo, mientras crecemos, no siempre comprendemos lo que nos ha precedido”, afirma.
En ocasiones, hay gente que tiene “la suerte de que les acaban contando lo sucedido, pero la mayoría tiene que ir sonsacándole a padres y familiares y conocer historias fragmentarias”.
Apunta que es de los que cree que la vida “se repite”, aunque las cosas “no ocurran de la misma manera”.
Hay muchas maneras de ser en África
Aunque residente en Reino Unido desde 1967, sigue el devenir de los diferentes países del continente africano, con “muchas maneras de ser, muchas historias, muchas culturas distintas”, pero advierte de que no tiene “ni idea” sobre si alguno puede sobresalir y adquirir rango de gran potencia.
“Es cierto -dice- que existen centros de energía muy potentes que, quizá, puedan despegar y estar en auge en el futuro, pero también hay partes que experimentan todavía de una manera violenta las consecuencias de la colonización, como la República Centroafricana o Sudán, con problemas muy graves y, en mi opinión, muy difíciles de resolver pronto”.
Con todo, ve países con “muchas posibilidades” como Sudáfrica, Nigeria, algunos del norte, así como de África Oriental, que son zonas “más tranquilas y pacificadas y espero que ojalá sea así”.
En cuanto a si está preocupado por una nueva colonización, piensa que no hay “diferencias esenciales” en cómo las grandes multinacionales o las grandes organizaciones capitalistas mundiales han intervenido o influido en los países africanos y lo que ocurre ahora.
El autor de ‘Paraíso’ o ‘La vida, después’ siente que hay que esperar para ver qué reparan las nuevas relaciones que establecen algunos países africanos con potencias como China o Rusia y “ver si tienen un peso menor en términos de coacción que lo que hemos tenido hasta ahora”.
No siente presión tras el Nobel
No duda en afirmar, por otra parte, que no siente presión tras haber ganado el Nobel de Literatura, porque cuando escribe no piensa en él, sino en ir elaborando las frases, en verificar las ideas que tiene o en si funciona todo el conjunto.
“Mi ordenador no sabe si he ganado o no el Nobel”, apostilla, para agregar que con la Inteligencia Artificial (IA) igual sí que será el ordenador el encargado de escribir las frases.
Respecto al ganador del Nobel de este año, otorgado al húngaro László Krasznahorkai, se muestra “muy feliz y muy dispuesto a felicitarlo encarecidamente”.
En su visita a España, Gurnah recalará en Barcelona y Madrid y mañana viernes será investido Honoris Causa por la Universidad de Lleida, en Cataluña (noreste).