
La ciencia de calidad per se genera riqueza y tiene la posibilidad de resolver problemas nacionales, además nos ayuda a tomar mejores decisiones, sus innovaciones se traducen en empleos de mayor valor agregado y produce conocimientos, “desafortunadamente en México, la comunidad científica no es suficientemente grande para lo que requiere el país”, dice la doctora Laura Alicia Palomares.
El próximo 22 de octubre la directora del Instituto de Biotecnología de la UNAM recibirá el Premio Crónica en el área de Ciencia y Tecnología en el auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología, y en entrevista habla de la ciencia, de su difusión y de las vacunas, entre otros temas.
Sobre el acercar a los niños y jóvenes a las ciencias, dice que “cuando vemos cómo se interesan, podemos creer que estamos sembrando la semilla de la curiosidad y deseo de aprender”.
Cuenta que los que se dedican a la ciencia “no tenemos en nuestras expectativas volvernos millonarios o algo así, pero sí es importante que haya una certeza de que habrá un nivel de vida adecuado para vivir sin preocupaciones. Es decir, una digna medianía, como dirían ahora nuestros gobernantes”.
¿Cómo recibe el Premio Crónica?
Ya lo conocía y sabía quienes fueron los galardonados, pero ahora que fui seleccionada, me di cuenta que la magnitud del reconocimiento es mucho mayor de como la percibía. Entonces, me siento muy satisfecha y, por otro lado, muy humilde al ver a quienes han recibido este gran premio.
Porque es un reconocimiento que va más allá del ámbito académico y como lo veo busca acercar las ciencias a la sociedad. Entonces, creo que es una gran manera de acercarnos a la sociedad, de dar a conocer lo que se está haciendo en México con criterios que van más allá de las métricas comunes de la vida académica, que siempre es cuántos artículos publicados tienes, cuántos alumnos tienes… Lo otro importante del premio, es que entregado más por la sociedad civil que por instancias académicas, eso lo hace muy valioso.
¿Por qué necesitamos tener ciencia de calidad?
Porque la ciencia per se genera riqueza y tiene la posibilidad de resolver problemas nacionales. También cierra círculos virtuosos a través de la innovación y genera conocimiento que se traduce en empleos de mayor valor agregado para las personas. Es muy diferente un entorno económico basado más en actividades primarias, como las agrícolas, que los entornos donde hay innovación y alta tecnología.
Desafortunadamente en México, la comunidad científica no es suficientemente grande para lo que requiere el país. Tiene grandes profesionales, pero no son suficientes, y considero que conforme se amplíe ese número de investigadores, también habrá un ecosistema que favorecerá la formación de estos círculos virtuosos científicos que resulten en una ganancia para los mexicanos.
Esto tiene una gran ventaja: ya no podrán seguir vendiéndonos espejitos. Al tener en México altas capacidades científicas y tecnológicas, nos permitirá interactuar con otros países de otra manera. Como ya mencioné, que no nos vendan espejitos. Conocemos muchas historias de cosas que llegaron a México y no tienen la calidad o que simplemente no tienen el sustento científico que deben tener. También una ciencia de calidad y amplia nos permitirá interactuar con otros países en otro nivel de diálogo.
Hay otro punto importante, doctora, la ciencia quita miedos y nos muestra sus beneficios, muy alejados de los antivacunas o las mentiras que salieron con la pandemia de Covid-19.
¡Claro, por supuesto! Nos ayuda a tomar mejores decisiones. Y aquí de nuevo la importancia de este tipo de reconocimientos como el Premio Crónica, que ayuda a acercar el conocimiento a la sociedad y en esto también se vuelve muy importante la labor de nosotros los científicos para divulgar lo que hacemos, interaccionar con las comunidades.
Por ejemplo, el Instituto de Biotecnología lleva una vez al año El Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia a escuelas primarias vecinas. Y, aunque estamos atendiendo a un pequeño grupo, sí vemos cómo su mirada cambia al conocer las ciencias. Es ver cómo hay un despertar mediante lo que es el conocimiento y la visión científica. Entonces, este tipo de iniciativas como el de Crónica, muestran a la sociedad lo que está pasando en México en cuanto al desarrollo científico.
Estos son los esfuerzos que debemos hacer para acercar la ciencia a la población, una actividad indispensable para el desarrollo del país. Y algo también importante es la formación del personal docente, porque en los temas científicos y técnicos, ellos son quienes lo transmiten a sus estudiantes.
¿Acercar la ciencia a los niños es sustancial porque les puede cambiar la vida?
Esto es fundamental y cuando vemos cómo se interesan, es importante, porque creemos que estamos sembrando la semilla de la curiosidad y deseo de aprender. Pero esto no se queda ahí, muchas veces visitamos, por ejemplo, en Cuernavaca la Plaza de Armas y ahí hay personas de todas las edades, personas incluso de la tercera edad, que no tuvieron la oportunidad de recibir una educación y preguntan, se sorprenden, al estar frente a los experimentos o conocimientos.
Lo anterior es algo que los científicos debemos entender y darle la importancia que tiene el transmitir conocimientos. Es un gran privilegio que tenemos al poder hacer ciencia y ofrendarla al resto de la población.
Y esa curiosidad que tenemos, debemos mostrarla a la sociedad. Ese estar inquieto, de preguntarse todo, de cuestionarse todo y, como bien dijo usted, no dejarse llevar porque dice no sé quién, o que me dijo la comadre, o porque lo dice algún gobernante. Generalmente son ideas incorrectas, sin sustento.

Maestra, en este campo de llevar a la ciencia, ¿qué nos hace falta en México para que haya más estudiantes, más gente que le interese la ciencia? ¿Qué le hace falta a la ciencia?
Hablamos de recursos, de espacios físicos y de programas que sean completamente divertidos para los niños y atractivos para los adolescentes… Lo que debemos crear son ecosistemas, ya que nos referimos, que sean favorables para que pueda haber un desarrollo científico. Y estos entornos favorables, por un lado, requiere investigadores e investigadoras, que como ya mencioné, es menor que el que se esperaría para una economía de nuestro tamaño.
Por lo que es importante que las personas que se dedican a la ciencia, pues, tengan un trabajo. Los que nos dedicamos a la ciencia no tenemos en nuestras expectativas volvernos millonarios o algo así, pero sí es importante que haya una certeza de que habrá un nivel de vida adecuado para vivir sin preocupaciones. Es decir, una digna medianía, como dirían ahora nuestros gobernantes.
Y esto, la única manera de crearlo, tiene que ver con el sector productivo nacional que debe avanzar en sus apoyos y, por otro lado, se requiere de certeza que no ha existido en el país. Sabemos que hay cambios y no tenemos una política científica estable de largo plazo, sino, que cada gobernante en turno llega cambia las cosas.
A estos mandatarios se le ocurren algunas ideas y luego los inversionistas o los empresarios no saben qué va a pasar. Conocemos que el empresario nacional es muy adverso al riesgo y sí no tiene esta estabilidad, no le gusta asumir los altísimos riesgos que conllevan proyectos de alta tecnología.
En el Instituto hemos buscado cerrar esta brecha con una estrecha relación con la industria. Y un resultado es que la gran mayoría de mis alumnos, aún en el doctorado, trabajan en la industria y no son académicos.
Los formamos de manera que puedan contribuir a investigación aplicada del tipo que se realiza en la industria nacional e internacional.
¿En el campo de las vacunas, cómo vamos aquí en México? ¿Cuál es nuestra perspectiva?
Soy optimista precavida. Hay un interés por el Gobierno federal de fomentar la producción nacional, lo cual me parece excelente. Esto, espero, vaya de la mano con un fomento al desarrollo nacional y, sobre todo, en un análisis cuidadoso de las necesidades del país en cuanto a la disponibilidad de vacunas. Entonces, el campo de las vacunas es especialmente retador, porque una persona sana difícilmente está dispuesta a gastar mucho dinero para una vacuna cuando no está enferma, en comparación con alguien que tiene una enfermedad y que está dispuesta a hacer un gasto muy importante para curarse.
Pero las vacunas, cuando estamos sanos, es la cantidad de dinero que estamos dispuestos a gastar o el mismo Gobierno tiene, porque se debe inmunizar a toda la población y no es menor.
Eso nos ha llevado a que cuestiones económicas mundiales y que en India o China se produzcan por algunos centavos. La dosis se vende barata, por lo que resulta que la fabricación nacional no sea económicamente viable. Me estoy refiriendo sobre todo a lo que llamamos las vacunas tradicionales, pero que son muy importantes.
Recientemente leímos que bajó la cobertura de vacunación en México, después de que estábamos en los niveles más altos en el mundo, ahora se tenemos llegamos al 80%, lo cual tiene un gran efecto en la sociedad. La vacunación es una estrategia pública que privilegia la salud de la población sobre el bienestar económico.